Soy leyenda
Cuando un virus deja diezmada a la humanidad con una minoría de supervivientes, Robert Neville deberá tratar de sobrevivir a las criaturas que cada noche le hostigan intentando que se convierta en uno de ellos. (Cineycine).
Dicen que a la tercera va la vencida. Y hasta el estreno en 2007 de ‘Soy leyenda’ contábamos con otras dos adaptaciones del popular libro ‘I am Legend’ de Richard Matheson escrito en 1954. ¿Sería esta película la definitiva?
«Me llamo Robert Neville. Soy un superviviente que reside en Nueva York. Si hay alguien ahí… cualquiera, que sepas que no estás sólo…»
Soy leyenda: La trama.
Robert Neville vive solo en Nueva York con la única compañía de su fiel pastor alemán llamada Samantha. Hace 3 años, un letal virus acabó con el 90% de la población humana alrededor de todo el mundo, condenándolos a vivir como seres de oscuridad similares a mutantes. El 10% restante fue devorado por el hambre insaciable de dichos seres. El virus fue creado con fines médicos, pero resultó más peligroso de lo que inicialmente creyeron y mutó causando devastación por doquier. La transmisión a los humanos se produjo de dos maneras: por el aire y por la saliva (mordedura). A los perros, en cambio, sólo por saliva, hecho que permite que Neville siga con Sam durante todo este tiempo. Pero ocurre que existe una minoría de humanos que son inmunes al virus. Neville es uno de ellos.
Al no haberse contagiado, se ha autocondenado sin quererlo a vivir en el destierro de la peor de las soledades en una ciudad desolada donde él es el único ser humano que la habita. Por el día sale a adquirir bienes como comida o bebida que le permitan seguir viviendo. Puede entrar y salir de donde quiera, no hay nadie que se lo vaya a impedir. Pero cuando empieza a atardecer, la alarma de su reloj le indica que ya es hora de ponerse en marcha hacia su casa. Una casa que cierra de arriba a abajo, con protección en las ventanas y puertas para evitar que los infectados puedan encontrarle y acceder a su rincón particular.
Ya han pasado 3 años desde que la humanidad dejó de llamarse así y Neville tuvo que esconderse y sobrevivir como pudo. Desde entonces no ha cesado en buscar una cura para el virus. Una búsqueda que lo mantiene vivo, y con esperanza, en su propio laboratorio instalado en el sótano de su casa. Cada día que pasa siente que está más cerca de encontrarla… pero también cada día que pasa es otra oportunidad por parte de los infectados para acabar con él. Acechan en cada esquina esperando el momento en que Neville cometa un fallo, se quede sin gasolina en el peor momento o, simplemente, no resista más la soledad y la presión que ejercen sobre él y puedan atraparlo de una vez por todas.
Crítica de Soy leyenda
Will Smith nos volvió a demostrar con esta película que es uno de los intérpretes más populares de la actualidad. Pese a algunos «tropiezos» recientes, casi todo lo que toca se convierte en un gran éxito, por encima de estrellas (en teoría) con mucho más caché como actores. Al respecto de ‘Soy leyenda’, y pese a mis temores iniciales, Will cumple sobradamente con su gran interpretación de Robert Neville. En este aspecto el film se beneficia de su presencia.
Tengamos en cuenta que gran parte del metraje (por no decir todo) sólo veremos a Will Smith en pantalla. Por consiguiente, el protagonista expresó en su momento que no sabía si estaría a la altura, vamos, que si el público lo encontraría tan interesante como a Tom Hanks en ‘Náufrago’ (Robert Zemeckis, 2000), que se pasó buena parte del film como el único hombre vivo en la pantalla. Finalmente, Smith demostró con su labor que estaba capacitado para protagonizar esta película.
Otro aspecto digno de ensalzar de ‘Soy leyenda’ son los decorados. La primera escena que vemos al iniciarse la cinta se queda grabada en nuestras retinas: una Nueva York totalmente desolada, destruida por todos lados, con hierba y maleza donde antaño circulaban los coches, a la vez que totalmente deshabitada. Entonces aparece Neville en su coche junto a su perra, Sam. Neville está persiguiendo a unos ciervos, tal vez por deporte y/o entretenimiento… o tal vez porque se ha quedado sin carne. El caso es que la ciudad es totalmente suya. Sí, buena parte de la misma está en ruinas… pero puede ir donde quiera y coger lo que quiera de las tiendas. Lo único que debe evitar son los lugares oscuros, que es donde posiblemente se escondan los infectados durante el día, evitando el mortal sol (para ellos).
Destacar que a cualquier parte a la que Neville vaya encontraremos pruebas de que antaño hubo vida humana, que fue exterminada y queda patente que pocos años atrás hubo un histerismo colectivo en dicha zona. En este aspecto un 10 para la película, ya que consigue recrear una gran ciudad deshabitada (muy al estilo de la Inglaterra de ‘28 días después’ que ve el protagonista al despertar del hospital). Tal es el grado de detalle que muestra NY en cuanto a destrozos y maleza que nos hace preguntarnos cómo lo han podido lograr.
La parte más floja la encontramos hacia el final. Todo sucede muy deprisa, a veces incluso la filmación parece demasiado forzada, o rodada con demasiadas prisas casi sin tener claro cómo concluir. Las situaciones absurdas son muchas más de las que cabría esperar. Y no sólo eso, sino que varios cabos sueltos harán acto de presencia.
Otro tema que podría haber sido mejor es el trato que le dan a los infectados, al que le veo dos grandes defectos: el primero es su recreación mediante unos efectos no demasiado creíbles. Personalmente me hubiera decantado por actores profesionales maquillados. Y es que se nota bastante que están recreados por ordenador. El otro defecto es el hecho de mostrarlos muy abiertamente. Creo que si Francis Lawrence hubiera jugado con nuestra imaginación, y con el rostro que pone Neville al verlos, hubieran sido mucho más creíbles y terroríficos. Sí, hay escenas geniales que si no los vemos no hubieran sido posible pero, como comento, hubiera enfocado este tema de otra manera. En cualquier caso, es una simple apreciación personal que no empaña para nada el estupendo trabajo de producción de todo el film.
Soy leyenda: «El último hombre en pie».
Como he comentado inicialmente en esta crítica de Soy leyenda, esta fue la tercera adaptación al cine del libro de Richard Matheson. Las otras dos ya tienen su tiempo: la primera fue ‘The Last Man on Earth’ dirigida en 1964 por Ubaldo Ragona y protagonizada por Vincent Price que resultó ser una producción italiana con el título original de ‘L’Ultimo Uomo Della Terra’. Años más tarde, en 1971, se estrenó una nueva versión con el título de ‘The Omega Man’, que en nuestro país se tradujo como ‘El último hombre… vivo’. Esta cinta contaba con Charlton Heston interpretando a un Neville algo diferente al actual. Esta versión llegó a ser más famosa y, sin ser fabulosa, si podemos decir que resultó una buena película. Eso sí, se desvió demasiado de la novela original cambiando bastantes elementos.
Dejando a un lado lo anterior, otra versión pudo ver la luz. En los años 90, Ridley Scott iba a rodar su propia adaptación de ‘Soy leyenda’ con Arnold Schwarzenegger como protagonista. Dicho film tenía como propósito re-lanzar la carrera del actor y del director, que no atravesaban su mejor momento. Finalmente, se desechó esta opción por lo alto del presupuesto que Scott exigía para recrear el film como él creía que debía ser.
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