John Carter
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Disney tiró la casa por la ventana con esta película basada en los caracteres creados por Edgar Rice Burroughs. Se llegó a rumorear que la compañía del ratón Mickey había desembolsado alrededor de 300 millones de dólares o más. Es hora de saber cómo lució en pantalla tanto “verde”. Es la hora de visitar Barsoom de la mano de… ‘John Carter’.

“Un guerrero puede cambiar de armadura, pero no de corazón” (Princesa Dejah)

Crítica de John Carter

Mucho esperaba de ‘John Carter’ y mis expectativas hacia este film sólo se vieron compensadas en parte. Es innegable que sus efectos visuales son fabulosos. También es innegable que estamos ante una película espectacular y, por momentos, divertida. No obstante, tampoco se puede negar que se llega a hacer aburrida. Esto último provocado porque “esta historia de chico en apuros que conoce a princesa en apuros ya nos la han contado cientos de veces”. En consecuencia, la cinta se vuelve predecible hasta decir basta, un refrito que ha sido repetido hasta la saciedad. Por si fuera poco, la pareja protagonista no logra empatizar con el público.

Entonces ¿Qué nos queda? Pues nos queda sentarnos y disfrutar viendo la fabulosa ambientación del film y sus fenomenales efectos especiales. Lo demás ya está demasiado visto y, pese a la originalidad del comienzo, el resto nos lo sabemos de memoria de verlo en otros cientos de films. Una pena porque el tema prometía muchísimo y el intento de franquicia quedó en nada… Aclarar que la película está basada en la novela clásica de ciencia ficción de Edgar Rice Burroughs. Hablamos de un autor cuyas imaginativas aventuras han sido fuente de inspiración para muchos cineastas pasados y presentes.

En relación a la ambientación, el grueso del rodaje en estudio (4 meses) se filmó en los famosos Shepperton Studios de Londres y en los Longcross Studios de Chelburn. La filmación de los exteriores se desarrolló en Utah (EEUU). Allí se rodó durante otras 12 semanas con localizaciones en Moab, Lake Powell, las salinas del Delta, Hanksville (donde la NASA ha probado vehículos robóticos) y Big Water.

Ahondando en los aspectos positivos del film cabe recalcar que visualmente es sobresaliente. En pantalla tenemos una ambientación colosal. No es de extrañar que el coste de la cinta se disparara hasta los 300 millones de dólares porque su acabado es magnífico. Destacan, sobre todo: las batallas aéreas de las naves voladoras marcianas de Barsoom, la perfecta recreación de las razas tribales, el simpático perro Gula (tiene un cierto aire al Mandíbulas de ‘Los Inhumanos’) y, finalmente, los espléndidos y gigantescos monos blancos salvajes. También, y como ejemplo de su preciso diseño de producción, destacar que al haber tres culturas centrales en Barsoom (Zodanga, Helium y la cultura Thark) se crearon tres diferentes clases de arquitecturas.

Al respecto de las 3D decir que son unas tres dimensiones únicamente aprovechadas para recrear la sensación de profundidad con los escenarios. Nada más. Así pues, pienso que puede ser disfrutada plenamente en dos dimensiones de toda la vida, sin necesidad de cines o televisores adaptados al formato tridimensional.

Como vemos, casi todo lo anterior es de impresión y transmite un realismo bárbaro. Sin embargo, lo bueno de ‘John Carter’ prácticamente se acaba ahí o casi… El tema no da para mucho más. Sí, visualmente es un espectáculo de primer nivel, pero a una producción de este tipo hay que exigirle un poco más. No puede reducirse todo a deslumbrar al espectador a base de efectos descuidando los personajes y la historia. Y en los personajes entramos ya mismo…

“Eres feo pero hermoso”… Rebelión en Marte.

Uno de los principales defectos de ‘John Carter’ son sus protagonistas humanos. La pareja protagonista fracasa al intentar conectar con el respetable. La ausencia de fuerza y presencia se hace palpable en ellos… y en casi todos los protagonistas que habitan Marte. Taylor Kitsch y Lynn Collins ya habían trabajado juntos como secundarios en X-Men orígenes: Lobezno (Gavin Hood, 2009). En «JC» se les dio la oportunidad de sus vidas como pareja de baile. Y esta oportunidad de brillar con fuerza propia la desaprovecharon (¿alguien se acuerda ahora de Lynn Collins?).

No se puede negar que Taylor se esfuerza al máximo en su papel de John Carter. No obstante, es un esfuerzo estéril pues en ningún momento logra llenar la barra de carisma de su personaje. Esto, teniendo un papel como este en sus manos, es un gran fallo. Lynn Collins, por su parte, corre peor suerte en su interpretación de la Princesa Dejah. La actriz parece transmitir siempre la misma expresión, llegando incluso a veces a “hacer caer mal” a su personaje. Por otro lado, la química que se presume debe existir entre ambos actores como pareja protagonista resulta casi inexistente. Hay momentos en los que da exactamente igual lo que les pueda pasar…

Luego nos encontramos a otros actores como Ciarán Hinds, Dominic West o Mark Strong totalmente desaprovechados al máximo. Fuera de lugar clarísimamente se encuentra Ciarán Hinds como Tardos Mords (padre de Dejah). Ver a este actor irlandés vestido al estilo “romano/marciano” es algo tremendamente chocante y que ni él mismo se cree. Y totalmente desaprovechados se ven Dominic West como Sab Than (el villano de turno) y Mark Strong como Matai Shang. Strong se limita a poner todo el rato la misma “cara de palo” como el que está en el film esperando cobrar el cheque y salir pitando.

Así las cosas, son los personajes animados digitalmente los que resultan mejor parados. En este apartado hay que resaltar a Gula y a la raza de los Thark liderados por Tars Tarkas. A este último le presta su voz Willem Dafoe en la VO. Ojo, Dafoe también dio vida corporalmente a Tars, puesto que trabajó en plató con unos zancos para igualar la altura del personaje (unos 2,40 metros) y llevaba el cuerpo cubierto con un mono gris marcado con lunares negros. Esos lunares eran los puntos de referencia para que los animadores recrearan sus movimientos digitalmente en postproducción. En la cara también tenía lunares y dos cámaras que, suspendidas de un casco, grababan sus movimientos faciales. Por descontado destaca lo logradísima que está su interacción con los personajes de carne y hueso. Tan es así que incluso Tars y los suyos parecen reales.

“Llegué tarde una vez. No volverá a ocurrir” (John Carter)

En conclusión.
Termino esta crítica de John Carter, creo que no soy dudoso en mi gusto por las películas espectaculares y ésta lo es. Ahora bien, esta es una película clarísimamente con puntos positivos y negativos muy acentuados en ambos sentidos. Los mismos ya han sido puestos de manifiesto a lo largo de esta review. Ahora es el espectador el que tendrá que ponerlos en una balanza y sacar su propia conclusión. Como film espectacular desde luego que digo claramente que merece un visionado, eso lo tengo muy claro… otro tema es que le pidamos más.

Tráiler de John Carter

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