Escape Room
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De un tiempo a esta parte se está poniendo muy de moda un tipo de aventura muy particular. Me refiero a un juego para adultos consistente en vivir una experiencia de escapada. Una escapada de una habitación temática para la que son necesarias las pistas y la cooperación. Ahora bien, ¿Qué sucede cuando el juego se convierte en algo mortal? La respuesta la tenemos en ‘Escape Room’.

“Básicamente son videojuegos llevados a la vida real” (Danny)

Crítica de Escape Room

En el año 2017, y producida por Lionsgate y Voltage Pictures, se estrenaba de manera limitada ‘Escape Room’ (Will Wernick). Para España fue traducida como ‘60 minutos para morir’. La premisa de esa cinta de serie B era prácticamente idéntica a este “nuevo” film de Adam Robitel. Incluso se mantiene el mismo número de protagonistas y título en inglés de aquella: ‘Escape Room’. No obstante, aclarar que, hasta dónde yo sé, ambas cintas no guardan relación (que no es poca la ya expuesta). Además, aquí se cuenta con un poco más de presupuesto (9 millones $) y la eliminación del gore (R por PG-13).

Por otro lado, esta nueva ‘Escape Room’ también bebe lo suyo de películas y sagas de culto. Me refiero a títulos comoCube (Vincenzo Natali, 1997) y las franquicias iniciadas con ‘Saw’ (James Wan, 2004) y Hostel (Eli Roth, 2005). De las dos primeras toma las habitaciones repletas de trampas y puzles. De la saga de Eli Roth toma cierto elemento que dejo en suspense para no caer en spoiler. Naturalmente, todas estas influencias se adaptan a gusto del guionista, Bragi F. Schut, para crear su propio universo. Un nuevo universo basado en las referidas “escape room” de los adultos y que pueden dar lugar a una nueva serie para Sony. De entrada, los buenos números del film (más de 133 millones en todo el mundo) garantizan ya su secuela.

Los 9 millones empleados en la producción del film lucen mucho. En este sentido, Adam Robitel ha sabido sacar provecho hasta del último dólar. Cada escenario/habitación es un lujo repleto de detalles y la filmación es absolutamente elegante y clara. Además, la transición de habitación en habitación resulta totalmente natural. Por ejemplo, pasaremos de una elegante y moderna sala de espera a una estancia que refleja un entorno completamente helado. Este es uno de los grandes logros de ‘Escape Room’, la transición entre habitaciones. Por si fuera poco, cada habitación es un mundo. Así pues, si no te gusta lo que sucede en una de ellas no vas a tener que esperar demasiado para pasar a la siguiente…

Lógicamente, el otro logro que ofrece el film es su gran entretenimiento. Cierto es que sus fuentes están ahí… ahora bien, después de una breve (pero eficaz) presentación de los personajes, la propuesta va directa al grano. Una vez que el espectáculo comienza ya no se detiene y es un disfrute para los amantes de las “escape room”, los puzles y las pistas. Los protagonistas deberán buscar ítems, apretar botones, leer documentos, observar el entorno, esquivar trampas,… Todo eso y más cómo afrontar sus propios demonios internos a contrarreloj. El único reproche que se le puede hacer al film es su falta de gore. No obstante, dado el contexto en el que se producen las muertes, la sangre tampoco es algo que sea necesario. Me refiero a que estamos ante muertes limpias sin necesidad de amputaciones, cortes,…

Respecto al casting, tenemos tan sólo a seis actores principales que cumplen bastante bien con su labor. Además, pese a ser personajes un tanto “planos” la mayor parte de ellos esconde su propio pasado y secretos. Esta vida pasada la iremos conociendo a lo largo de la trama mediante flashbacks y comentarios. Ni qué decir tiene que también influye en los puzles y los elementos de las estancias.

Para empezar tenemos a Taylor Russell que destaca por lo agradable de su personaje. En pantalla da vida a Zoey, una tímida estudiante de Ciencias que no se atreve a mostrar todo su potencial. Todo lo contrario resulta Jay Ellis como Jason, el típico y triunfador agente de bolsa. Naturalmente no podía faltar a la experiencia un gamer experto en videojuegos y escape-room. Me refiero a Nik Dodani como Danny. Resaltar que, lejos de caer mal, resulta un tipo curioso y no molesta sino al contrario.

Tampoco puede faltar la mujer dura de hoy en día. Este rol va para Deborah Ann Woll como Amanda. Atención a su despliegue físico en la sala de billar. Por su parte, Logan Miller da vida a Ben, un joven destruido que malvive trabajando como reponedor en un supermercado. Finalmente, el último jugador es Mike interpretado por Tyler Labine. Mike es el más veterano de todos, camionero de profesión y, a priori, no encaja mucho con el perfil del resto.

“Sobrevivir es una elección” (Amanda)

En conclusión.
Termino esta crítica de Escape Room, esta película es entretenimiento al cien por cien. No es una apuesta para Oscars ni fomenta las grandes charlas sobre cine. Sin embargo, resulta ideal para pasar una tarde amena comiendo palomitas viendo cómo otros se rompen la cabeza y la vida por buscar una ruta de escape. Si te gustan los puzles, las trampas y los personajes en apuros deberías considerar el darle una oportunidad. Y, finalmente, creo que admite más de un visionado para pillar en las habitaciones todas las referencias a los protagonistas.

Tráiler de Escape Room

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