El truco final (El prestigio)
Robert Angier y Alfred Borden son dos aprendices de magos que dedican parte de su tiempo a ayudar a pergeñar funciones para otros magos y espiar a la competencia con la finalidad de averiguar sus trucos. Sin embargo, durante una de las representaciones, la mujer de Angier fallece debido a un accidente en el que se culpa a Borden. A raíz de esto, ambos aprendices se convierten en enemigos saboteándose de manera constante y llevando su rivalidad hasta niveles inimaginables. (Cineycine).
Antes de alcanzar el estrellato, como director, Christopher Nolan ya iba demostrando su valía detrás de las cámaras. En su filmografía ya presentaba títulos de amplio reconocimiento antes de su bombazo con la taquillera ‘El caballero oscuro’ (2008). Entre esas cintas estaba una en particular con la que nos quiso introducir en el mundo de la magia y los magos del siglo XIX. Hablamos de un relato de amor y venganza, y también de rivalidad, entre Hugh Jackman y Christian Bale. Siéntense cómodamente para presenciar ‘El truco final (El prestigio)’.
“Todo truco de magia consta de tres actos. La presentación en la que el mago presenta algo ordinario: una baraja de cartas, un pájaro o una persona. Quizás te invite a inspeccionarlo para ver que no hay nada extraño, que todo es normal… El segundo acto es el cambio. El mago coge lo ordinario para convertirlo en extraordinario… Ahora buscas el truco, pero no lo encuentras porque no has mirado, no quieres saberlo, quieres ser engañado… pero aun no debes aplaudir, porque hacer que algo desaparezca no es suficiente, tienes que volver a hacer que aparezca. Y entonces llega el tercer acto: aquel que se llama el prestigio” (Cutter)
Crítica de El truco final (El prestigio)
A estas alturas de la historia, y mirando la filmografía de Christopher Nolan, este film que comento hoy suele pasar muy desapercibido a la hora de hablar de lo mejor del director londinense. ‘El truco final (El prestigio)’ fue de los pocos films no producidos íntegramente por Warner Bros. Eso sí, el estudio llevó la distribución a nivel internacional cuando Nolan todavía no era ese realizador revienta-taquillas que es actualmente. Tal y como he comentado en la introducción, su encumbramiento llegaría en 2008 con ‘El caballero oscuro’. Así pues, Nolan aún se encontraba haciéndose un nombre. Y para su siguiente película, después de ‘Batman Begins’ (2005), quería involucrarse en un proyecto más pequeño y alejado de las grandes superproducciones. Así fue como decidió llevar a la gran pantalla la adaptación de la novela de Christopher Priest.
Dicho esto, y después de años sin haberla revisionado, ‘El truco final’ se me antoja como una “rara avis” dentro de la filmografía de Nolan. Me explico: si uno mira su trayectoria se ve que al director inglés le apasiona el thriller épico y las películas cargadas de adrenalina y potente imaginación visual, tomando como referente de acción y diálogo a Michael Mann. Pero ‘El truco final’ se aleja de todo eso. Aquí estamos ante una película cuyo elemento narrativo es el duelo entre dos magos de alto nivel. Esa rivalidad brutal e implacable surge con Nolan apelando al elemento dramático: la muerte del personaje de Piper Perabo. A partir de ahí va escalando hasta explotar en un conflicto abierto. Un conflicto cuyas ramificaciones afectarán a los personajes que les rodean.
En este trabajo, y salvo en momentos puntuales, Nolan se aleja de las cámaras panorámicas y centra todas sus energías en la cámara en mano. De esta forma consigue dotar a la propuesta de un nerviosismo y sensación etérea (ojo a cierto plano con el que abre el film). Estas sensaciones se ven amplificadas por la banda sonora de David Julyan. Hablamos del compositor con el que trabajó en ‘Memento’ (2000) e ‘Insomnio’ (2002).
En la filmación también destacan los primeros planos tanto de Hugh Jackman como de Christian Bale, que son la “narrativa visual” de Nolan en esta ocasión. El realizador tampoco obvia su “marca” de jugar activamente con el metraje alternando tiempos. En este sentido, y cual mago, Nolan desgrana la historia en tres actos. A saber: La presentación, el cambio y el prestigio. Depende del propio espectador el dejarse engatusar por la narrativa, o destruirla por el engaño… Sin embargo, y como bien dice Cutter: “¡Queremos ser engañados!” Pero como suele pasar con Nolan, la polaridad de opiniones está servida… y, nuevamente, el final es objeto de absoluto debate (como en casi todas las películas del realizador).
Quiero que dejar claro que dentro de la filmografía de Nolan ‘El truco final’ es vibrante y sólida. Además destaca todo lo que concierne a las interpretaciones y el desgranamiento dramático de las vidas de Angier y Boden. Amén de como con el paso del tiempo los roles se van revirtiendo enormemente y cambiando la perspectiva del público en cuanto al posicionamiento de los personajes. Sin duda, una brillante decisión narrativa por parte de Nolan (y su hermano, Jonathan).
A todo lo anterior también hay que sumar el magnífico diseño de producción. La película nos lleva directamente a las calles del Londres del siglo XIX. En pantalla se aprecia un gran detalle gracias al habitual de Nolan, Nathan Crowley. Siguiendo con aspectos técnicos, decir que ‘El truco final’ fue nominada a la Mejor Fotografía obra de Wally Pfister, y también a la Mejor Dirección Artística para Nathan Crowley y Julie Ochipinti.
Por último, y como en toda producción de Nolan que se precie, el reparto no puede ser pasado por alto. Un reparto con nombres tan destacados como los de Michael Caine, Scarlett Johannson, Piper Perabo, Rebecca Hall, Andy Serkis o el ya desaparecido David Bowie como el misterioso Nikola Tesla, creador de numerosas invenciones de electromagnetismo. Todos estos actores y actrices desempeñan papeles secundarios, siendo algunos mejores que otros. Por ejemplo, se notaba que Scarlett Johansson aún era una medio-desconocida. Una actriz todavía lejos de lo que sería en años posteriores… Tampoco es que su Olivia Wenscombe tenga mucho desarrollo y prácticamente queda olvidada en el metraje. En cambio, Rebecca Hall, actriz infravalorada desde hace mucho tiempo, sí que triunfa como Sarah. Y lo hace tanto en desarrollo como en interpretación.
Por supuesto, los dos grandes protagonistas son Hugh Jackman (Robert Angier) y Christian Bale (Alfred Borden). Ambos sacan un jugo enorme a sus personajes y vuelven a demostrar porque son dos actores impecables y de un alto nivel interpretativo. Imperdonable que la Academia no se fijase en ellos en las nominaciones a mejor actor.
En conclusión.
Termino esta crítica de El truco final (El prestigio), una obra vibrante y una maduración del estilo en ciernes de Nolan, tanto narrativa como visualmente. Depende del público el aceptar, o no, el hecho de ser engañados para ser llevados por el director británico a través de este duelo entre magos. Dos magos interpretados por dos actores brillantes que llevan el mando de una forma sobresaliente. Y todo rematado con un magnifico diseño de producción.
Tráiler de El truco final (El prestigio)
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