El menú
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“Queríamos tener mucho cuidado a la hora de atacar a esta industria. Sabíamos que caminábamos por la cuerda floja hurgando en ella, pero sin dejar de ser profundamente respetuosos con el tipo de arte y los seres humanos que la componen”. Mark Mylod nos invita a degustar ‘El menú’.

“No coman… ¡Degusten! Saboreen nuestro menú… es famoso por eso” (Chef Slowik)

Crítica de El menú

Mark Mylod es un director que ha conseguido buena parte de su fama gracias a la televisión. En la “caja tonta” ha dirigido varios capítulos de ficciones tan importantes como ‘Sucession’ o ‘Juego de tronos’. También se ha movido en la gran pantalla en el género de la comedia y en la comedia negra con títulos como ‘Ali G anda suelto’ (2002) y ‘Un golpe de suerte’ (2005). Y, precisamente, en la comedia negra podemos encuadrar también su último estreno: ‘El menú’. Además del citado subgénero, el film también ahonda en la sátira, la intriga e incluso el terror humano.

Personalmente creo que la mayor virtud de Mylond es atrapar nuestro interés con tan sólo un escenario. El realizador va directo al grano y, en menos de 10 minutos, nos sitúa en la localización definitiva del film. Y esta no es otra que un minimalista y actual salón-cocina. Un único escenario compuesto por las mesas de los invitados para comer/cenar y la cocina donde se van preparando “en vivo y en directo” los 5 platos del lujoso menú de 1250 $. Unos platos “gourmet y elitistas” del tipo de esos en los que te plantan una aceituna adornada con 3 o 4 anchoas y te lo hacen pasar como si fuera el arte culinario del siglo… En la estancia descrita se van a ir sucediendo diferentes revelaciones acerca del Chef y de sus invitados que nos desencajarán la mandíbula.

El guión lo firman Seth Reiss y Will Tracy, siendo un gran ejemplo de que todavía se pueden escribir grandes y originales libretos sin recurrir a las secuelas, precuelas o remakes. Bien es cierto que ambos guionistas parecen inspirados por los clásicos de Alfred Hitchcock, pero dándoles un toque único. Y ese toque son la sátira, la intriga y el terror a los que me referí en el primer párrafo de esta review. La sátira queda perfectamente retratada en el carácter altivo de determinados personajes. El ejemplo perfecto sería la personificación de la crítica culinaria que, con sus reseñas, abre o cierra restaurantes. Otro ejemplo, pero más vulgar, lo tenemos en ese actor de Hollywood casi acabado que ahora hace documentales para streaming. Por otro lado, la intriga y el terror devienen de la presentación que de cada menú hace Chef Slowik con mensajes alegóricos y anticipativos…

Por descontado, el retrato de casi todos los invitados es realmente inhumano. Cada uno de ellos tiene algo de lo que avergonzarse, aunque de puertas para afuera se presenten como grandes y respetables comensales. Averiguar qué oculta cada uno es el principal atractivo del libreto. Eso sí, todos ellos están en la agenda de Slowik… todos menos una, que es la que más inquieta al Chef. Por supuesto, otros grandes momentos a saborear son las intervenciones del citado Chef. Intervenciones que suelen empezar con una tremebunda y molesta palmada que da paso a la presentación de cada plato y, posteriormente, a sucesos inenarrables. En este sentido, ojo al momento tortillas y tacos porque marca un punto de no retorno para todos.

También llama mucho la atención la organización en la isla de Hawthorne con Chef y sus cocineros como si fueran un grupo paramilitar. Un grupo en el que el frio e inexpresivo “maestro culinario” es una especie de Ayatola al que todos sirven fielmente en los fogones y fuera de ellos… Una especie de ‘Fantasy Island’ versión cocinera.

En el reparto destaca un excelente Ralph Fiennes como Chef Slowik. El actor inglés da otra lección regalándonos a un hombre aburrido de su profesión de cocinero, pero con un respeto y autoridad intocables. Atención a las presentaciones que Fiennes/Chef hace de cada plato. Chef es “un hombre quemado del sector servicios” que ya no disfruta cocinando y que está cansado de sus propios invitados (ojo a su frase: “Me engañaron para tratar de satisfacer a personas que nunca pueden estar satisfechas”). Slowik desearía volver a aquella etapa de su vida en la que la cocina representaba misterio e ilusión, pero eso ya no es posible…

Frente a él se alza Anya Taylor-Joy. La actriz nacida en Miami, nuevamente, nos entrega una destacada interpretación. Anya es capaz de plantar cara y tutear interpretativamente hablando a un tipo tan curtido como Fiennes en varias secuencias cara a cara. En el film interpreta a Margot, la única invitada que es un enigma para Slowik. Por último, el tercer gran protagonista es Nicholas Hoult como Tyler. En su caso entrega a un tipo totalmente extasiado con la cocina y personalidad de Chef Slowik. En la trama se hace acompañar de Margot y destacan sus humorísticos golpes de sabelotodo y cinismo mientras el resto de comensales no dan crédito a lo que va sucediendo.

El resto del reparto completa y amuebla la escena representando perfectamente los típicos clichés. Así pues, aquí nos encontraremos a la vieja pareja de ancianos millonarios que van a las cenas y/o comidas por rutina (Reed Birney y Judith Light), la creída crítica gastronómica y su editor (Janet McTeer y Paul Adelstein), los grandes expertos en nuevas tecnologías (Arturo Castro, Mark St. Cyr y Rob Yang) y la estrella de cine acabada y su secretaria (John Leguizamo y Aimee Carrero). Y no puedo terminar este repaso a los secundarios sin mencionar la férrea labor de Hong Chau como Elsa, la principal ayudante del equipo de cocineros de Chef Slowik.

“Comerá menos de lo que desea… pero más de lo que merece” (Elsa)

En conclusión.
Termino esta crítica de El menú, una película que nos sirve sus cinco platos sazonados con algo de esa originalidad que el cine actual, lastimosamente, ha perdido. Si usted disfruta de la cocina y los thrillers misteriosos con algo de terror, entonces, esta es una “comida” que, parafraseando a Chef Slowik, debe usted degustar y saborear ya mismo.

Tráiler de El menú

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