Cinturón rojo
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Después de las notables ‘El último golpe’ y ‘Spartan’, David Mamet regresó con este film. Una película que desprende su aroma por los cuatro costados. Aquí tenemos una galería de personajes sin escrúpulos alrededor de un hombre honorable. También sumamos sus diálogos marca de la casa, sus giros de guión, sus dobles identidades y una serie de actores en estado de gracia encabezados por Chiwetel Ejiofor. Es hora de ganarse el ‘Cinturón rojo’.

“Eres un adicto a la pobreza” (Bruno)

Crítica de Cinturón rojo

La idea para el argumento de esta película se le ocurrió a David Mamet gracias al amor y respeto por el Jiu-Jitsu. Su afición a este arte marcial se remonta a cuando empezó a estudiar Jiu-Jitsu brasileño en Los Ángeles junto a Renato Magno (experto marcial y coreógrafo de los combates del film). Mamet llevaba años buscando la manera de llevar a la gran pantalla toda la admiración que sentía por el Jiu-Jitsu, un arte marcial originario de Japón que se perfeccionó en Brasil.

El director y guionista explica así lo que es el Jiu-Jitsu: “Lo principal del Jiu-Jitsu es que el entendimiento vencerá a la fuerza. Y, aunque es filosófico, realmente es extraordinariamente práctico. No usas más fuerza de la que necesitas: el conocimiento conquistará a la fuerza. Si tomas dos fuerzas y las enfrentas, una de ellas será una fuerza perdida y acabará perdiendo fuelle. Si tienes un tipo más fuerte y otro más débil y el más débil puede agotar al más fuerte, dejarle sin fuelle, el más débil podrá poner entonces en práctica sus dotes. El jiu-jitsu no te pone a prueba de puñetazos. Lo que hace es darte la oportunidad, en el último momento, para poder dar la vuelta al combate”.

Y en este párrafo explica su interés por rodar ‘Cinturón rojo’: “Decidí bastante pronto contar mi experiencia con el Jiu-Jitsu, que es un mundo fascinante porque trasciende muchos estratos sociales distintos. Los tipos con los que entrenaba algunos eran polis, otros gorilas, otros miembros de las fuerzas de élite de la marina o tipos del SWAT. Algunos eran dobles de cine y otros éramos gente normal que simplemente queríamos aprender a defendernos. Me sentí inspirado porque quería escribir una historia acerca de esta gente. Escribir una historia acerca de estos luchadores”.

Una vez definido el tema, Mamet ideó un punto de partida básico sobre el que empezaría la historia: la Academia de Jiu-Jitsu propiedad del protagonista de la cinta, Mike Terry. Para el libreto se inspiraría también en el código de los Samuráis. Una vez acabado el guión, todavía le quedaban unas cuantas decisiones difíciles por tomar. La más importante sería elegir al protagonista. El papel recayó en el ascendente Chiwetel Ejiofor, al que rodeó de unos cuantos actores habituales en su cine. Entre ellos destacan personalidades como Joe Mantegna, Ricky Jay, David Paymer y la esposa de Mamet en la vida real, Rebecca Pidgeon. A estos se sumaron Emily Mortimer, Tim Allen, Alice Braga, el mítico “Jerjes” Rodrigo Santoro y el luchador de MMA Randy Couture. En cameos estelares podemos ver a los maestros John Machado, Renato Magno y Dan Inosanto.

No obstante todo lo anterior, me veo obligado a realizar un aviso para futuros espectadores: ‘Cinturón rojo’ NO es un film de artes marciales al uso. Tampoco es otra película más del tipo Jackie Chan o Tony Jaa. Todo lo contrario, ‘Cinturón rojo’ toma como base un arte marcial, el Jiu-Jitsu, para hablar de temas tan universales como: el honor, la lealtad, el deber, la codicia y el ser humano. Y lo hace destrozando mitos (como los luchadores que se venden por dinero), o atacando donde más duele (una poco disimulada crítica al sistema Hollywood). Todo ello bajo el constante sello Mamet.

David Mamet no es un cualquiera en la industria cinematográfica. No sólo pasa por ser uno de los mejores guionistas/dialoguistas de la historia del cine americano, sino que también ha mostrado su inagotable talento como novelista, ensayista, autor teatral, ganador del Premio Pulitzer y dos veces candidato al Oscar de la Academia. Amén de haber escrito algunos de los mejores guiones de los 80 y 90. Sirvan como ejemplo de esto último: ‘Veredicto final’ (Sidney Lumet, 1982), Los Intocables de Eliot Ness(Brian De Palma, 1987), o ‘La cortina de humo’ (Barry Levinson, 1997).

En los últimos años, su salto a la dirección ha sido definitivo. Mamet ha llevado a la gran pantalla guiones propios demasiado personales como para dejarlos en manos de otros. Así fue como debutó tras las cámaras en 1987 con el film Casa de juegos’, una película protagonizada por Joe Mantegna, al que podemos ver felizmente recuperado para el cine en ‘Cinturón rojo’. En su filmografía, David Mamet nos ha dejado films comerciales como ‘El último golpe’ o desafíos personales como la incomprendida Spartan’. En ‘Cinturón rojo’ se muestra envalentonado contra todo y todos. Empezando por Hollywood, que tan poco tiene en consideración su arte y a sus actores… y acabando con un discurso de esperanza en su plano final realmente sublime.

En la película, Mamet vuelve a desafiarse a si mismo y al espectador. Aquí construye su habitual montaña rusa narrativa alrededor de la figura de un magnífico Chiwetel Ejiofor. El actor se eleva con una presencia descomunal por encima del resto del reparto. Un cast donde sólo desentona Tim Allen. Ejiofor aguanta estoicamente las puñaladas narrativas que le propina Mamet. Y, llegado su tercer acto, da rienda suelta a su furia con el único objetivo de hacer prevalecer el honor ante las injusticias y la corrupción del ser humano.

No es ‘Cinturón rojo’ una de las mejores obras de Mamet. Pero, aún así, es un film notable y sorprendente, aunque seas un habitual del cine del autor. Por descontado, resulta de obligado visionado para los amantes de las artes marciales. Mamet las retrata de una forma digna, siempre y cuando se usen correctamente. Las coreografías de lucha son pocas, directas y secas, y muy reales. Tengamos en cuenta que el Jiu-Jitsu es un arte marcial muy eficaz que se basa en usar la fuerza del oponente contra él. Sin tener la espectacularidad de otras especialidades, el Jiu-Jitsu se usa para métodos rápidos de auto-defensa en policías o guardaespaldas. Esto no quita para que las escenas de lucha que podemos ver no sean de nivel. Principalmente veremos golpes contundentes buscando derrotar/tumbar/inmovilizar al adversario lo antes posible.

En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de Cinturón rojo, otra destacada muestra del cine de Mamet, tanto en su guión (que se engrandece más y más en cada acto) como en su sobria dirección. Gran trabajo actoral, en especial de un contenido Ejiofor que con una mirada o un simple movimiento consigue trasmitir todos los estados por los que atraviesa su personaje. Recomendada, aunque me da a mí que muchos una vez vista no la entenderán y echarán pestes de ella. ¿El problema? La mayoría de los espectadores del cine de artes marciales saldrán decepcionados. Y, por su parte, los amantes del cine más serio no le darán la oportunidad que se merece.

Tráiler de Cinturón rojo

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