Cinturón rojo

Mike Terry (Chiwetel Ejiofor) es un joven dedicado instructor de Jiu-Jitsu en Los Angeles. Su labor es la de la instrucción a policías, guardaespaldas y soldados entrenado bajo la atenta mirada de su gran y honorable maestro y "cinturón rojo" Joao Moro (Dan Inosanto). Terry ha hecho de la enseñanza de las artes marciales su forma de vida huyendo siempre de la competición y optando por llevar una vida honorable, explotando un estudio de defensa personal basado en el código de los samuráis. Pero una serie de acontecimientos desastrosos a su alrededor amenazan con acabar con su modus-vivendis.
Vuelve David Mamet a la dirección tras las notables ‘El último golpe’ y ‘Spartan’, y lo hace con un film que desprende su aroma por los cuatro costados. Una galería de personajes sin escrúpulos alrededor de un hombre honorable, a lo que sumamos sus diálogos marca de la casa, sus giros de guión, sus dobles identidades y una serie de actores en estado de gracia, encabezados por Chiwetel Ejiofor , que ya no merece el calificativo del próximo Denzel Washington, sino del primer y gran Chiwetel Ejiofor. Bienvenidos a ‘Cinturón rojo’.
Falsas apariencias.
Todo comienza en una noche lluviosa, cuando una abogada cubierta de miedos Laura Black (Emily Mortimer) entra en la Academia de Mike Terry (Chiwetel Ejiofor) dando como resultado un aparatoso accidente. Allí se encuentra Joe Collins (Max Martini) un policía fuera de servicio que intenta ayudar a la joven, pero esta acaba disparando el arma reglamentaria del agente contra una de las lunas delanteras de la academia de forma involuntaria. El agente decide no dar parte del asunto, para no deshonrar la fama de la academia regentada por su amigo y maestro, y también para evitar los papeleos legales y las posibles consecuencias contra la abogada zanjando el asunto con su maestro Mike al que le une un estrecho lazo de creencia en el honor y la lealtad. Este hecho aparentemente sin consecuencias, pondrá en marcha una serie de acontecimientos que llevarán a Mike al límite.
El instructor se verá obligado por su esposa Sondra (Alice Braga) a ir a pedir dinero a su hermano Bruno Silva (Rodrigo Santoro) para arreglar los desperfectos. Silva es un propietario de un club nocturno además de promotor de lucha sin escrúpulos. Silva siempre ha visto en Mike potencial para la lucha profesional, pero este se ha negado sistemáticamente, pues cree que la lucha sólo debilita al hombre. Tras enterarse que Joe ha dejado el trabajo de portero en el club (trabajo que Mike le consiguió) porque Bruno no le pagaba y pedirle explicaciones, Mike abandona el club sin pedirle el préstamo a Bruno. Al irse del lugar, Mike se topa con una pelea en la que se está viendo envuelto Chet Frank (Tim Allen) un héroe del cine de acción en horas bajas, que está recibiendo una buena paliza. Mike sale en su ayuda y neutraliza a los agresores hasta que llega la policía. Frank, se cree en deuda con Mike, y decide invitarle a él y a su mujer a cenar a su casa y regalarle un Rolex. El día de la cena, Mike conoce al productor Jerry Weiss (Joe Mantegna). Mike decide explicarle uno de sus métodos de entrenamiento…
Dicho metodo es un ritual previo a la lucha, que aprendió de su maestro de Jiu-Jitsu, Joao Moro (Dan Inosanto). Coloca en un cuenco tres canicas, una negra y dos blancas. Antes de la lucha, los combatientes sacan una canica del cuenco. Si resulta ser blanca, el luchador emprenderá una lucha normal con todas las extremidades. De lo contrario, si resulta ser negra, deberá luchar con una desventaja, como por ejemplo con una mano atada. Weiss impresionado le ofrece un papel como instructor de lucha en el último film de Frank, que Mike acepta halagado.
Al mismo tiempo, ese mismo día por la mañana, Mike había ido a la comisaría local de policía a entregar a Joe su cinturón negro de Jiu-Jitsu, no sólo por haberse convertido en un sobresaliente artista de las artes marciales, sino por respetar y conservar el honor necesario para enseñar y mantener los valores del arte. Mike también le entrega a Joe el reloj para compensar su trabajo impagado en el club de Bruno, y le aconseja que lo empeñe. A partir de ese instante de aparente felicidad absoluta, Mamet comienza a tejer su maraña de codicia y engaños particulares.
Creando ‘Cinturón rojo’.
La idea para el argumento de ‘Cinturón rojo’ se le ocurrió a David Mamet debido al amor y respeto por el Jiu-jitsu, que se remonta a hace cinco años, entonces este ex-luchador en el instituto, boxeador y profesional del kung fu empezó a estudiar Jiu-Jitsu brasileño en Los Ángeles junto a Renato Magno (cinturón negro y coreógrafo de los combates de ‘Cinturón rojo’). El autor de guiones tan aplaudidos como los de ‘Los Intocables’ o ‘Éxito a cualquier precio’, llevaba años buscando la manera de llevar a la gran pantalla todo el amor y respeto que sentía por el Jiu-Jitsu.
El Jiu-Jitsu es un arte marcial originario de Japón que se perfeccionó en Brasil. “El Jiu-Jitsu es un arte marcial al igual que lo son el boxeo o el savate (kickboxing francés)”, explica Mamet. “Lo principal del Jiu-Jitsu es que el entendimiento vencerá a la fuerza. Y aunque es filosófico, realmente es extraordinariamente práctico. No uses más fuerza de la que necesitas; el conocimiento conquistará a la fuerza. Si tomas dos fuerzas y las enfrentas, una de ellas será una fuerza perdida, de modo que una de ellas acabará perdiendo fuelle. Si tienes un tipo más fuerte y otro más débil y el más débil puede agotar al más fuerte, dejarle sin fuelle, el más débil podrá poner entonces en práctica sus dotes. El jiu-jitsu no te pone a prueba de puñetazos. Lo que hace es darte la oportunidad en el último momento para poder dar la vuelta al combate”.
“Decidí bastante pronto en contar mi experiencia con el Jiu-Jitsu, que es un mundo fascinante porque trasciende muchos estratos sociales distintos”, sigue Mamet. “Los tipos con los que entrenaba, algunos eran polis, otros gorilas, otros miembros de las fuerzas de élite de la marina o tipos del SWAT. Algunos eran dobles de cine y otros éramos gente normal que simplemente queríamos aprender a defendernos. Me sentí inspirado porque quería escribir una historia acerca de esta gente, escribir una historia acerca de estos luchadores, pero me llevó un tiempo saber cuál sería la historia”.
Una vez, definido el tema sobre el que trataría la cinta, Mamet (que utiliza una vieja máquina de escribir para crear sus guiones) ideó un punto de partida básico sobre el que empezaría la historia. La Academia de Jiu-Jitsu propiedad del protagonista de la cinta, Mike Terry (Chiwetel Ejiofor). Para el libreto del film Mamet admite haberse inspirado además de en el código de los Samuráis en films tan recordados como: ‘Yojimbo’ de Akira Kurosawa, ‘La noche y la ciudad’, ‘Champion’, ‘Marcado por el odio’, ‘Más dura será la caída’, ‘The Set-Up’ o la magistral ‘Toro salvaje’.
Ya terminado el libreto a Mamet aún le quedaban unas cuantas decisiones difíciles que tomar. La primera de ellas, la de elegir al protagonista del film, papel que recayó en el ascendente Chiwetel Ejiofor al que rodeó de unos cuantos actores habituales del cine del autor de ‘Casa de juegos’. Entre ellos destacan personalidades como: Joe Mantegna, Ricky Jay, David Paymer y la esposa de Mamet en la vida real Rebecca Pidgeon. A estos se sumaron el cómico Tim Allen, la sensual Alice Braga, el mítico “Jerjes” Rodrigo Santoro y el luchador de MMA Randy Couture, y en cameos estelares, entre otros, los maestros de Jiu-Jitsu John Machado y Renato Magno junto al legendario maestro de las artes marciales Dan Inosanto.
El honor por encima de todo.
Aviso a futuros espectadores: ‘Cinturón rojo’ NO es un film de artes marciales al uso. Tampoco es otra película más del tipo Jackie Chan o Tony Jaa. Todo lo contrario, ‘Cinturón rojo’, toma como base un arte marcial, en este caso el Jiu-Jitsu, para hablar de temas tan universales como: el honor, la lealtad, el deber, la codicia y el ser humano. Y lo hace destrozando mitos (como los luchadores que se venden por dinero), atacando donde más duele (una poco disimulada crítica al sistema Hollywood) todo ello bajo el constante sello Mamet.
David Mamet no es un cualquiera en la industria del cine, no sólo pasa por ser uno de los mejores guionistas/dialoguistas de la historia del cine americano, sino que también ha mostrado su inagotable talento como novelista, ensayista, autor teatral, ganador del Premio Pulitzer y dos veces candidato al Oscar de la Academia, amén de haber escrito algunos de los mejores guiones de los 80s y 90s, sirvan como ejemplos: ‘Veredicto final’, ‘Hoffa’, ‘Los Intocables’ o ‘La cortina de humo’.
En los últimos quince años, su salto a la dirección ha sido definitivo, llevando a la gran pantalla guiones propios demasiado personales como para dejarlos en manos de otro, debutando en 1987 con el film ‘Casa de juegos’, protagonizado por Joe Mantegna, al que podemos ver felizmente recuperado para el cine en ‘Cinturón rojo’. En los últimos años, nos ha dejado films comerciales como ‘El último golpe’ o desafíos personales como la incomprendida ‘Spartan’.
Con ‘Cinturón rojo’ vuelve a desafiarse a si mismo y al espectador, construyendo su habitual montaña rusa narrativa, alrededor de la figura de un magnífico Chiwetel Ejiofor, que se eleva con una presencia descomunal por encima del resto del reparto, donde sólo desentona el siempre gris Tim Allen. Ejiofor, aguanta estoicamente las puñaladas narrativas que le propina Mamet, para en su tercer acto dar rienda suelta a su furia, con el único objetivo de hacer prevalecer el honor ante las injusticias y la corrupción del ser humano. Lección que nos da un Mamet, envalentonado contra todo y todos, empezando por Hollywood, que tan poco tiene en consideración su arte y a sus actores y acabando con un discurso de esperanza en su plano final realmente sublime.
Y eso a pesar de que este film no es de sus mejores obras, aún así, es un film notable y sorprendente aunque seas un habitual del cine Mamet y de obligado visionado para los amantes de las artes marciales a las que retrata de una forma digna, siempre y cuando se usen correctamente. En cuanto a sus coreografías de lucha, estas son pocas, directas y secas, y muy reales, pues el Jiu-Jitsu es un arte marcial muy eficaz que se basa en usar la fuerza del oponente contra él. Sin tener la espectacularidad de otros artes marciales, el Jiu-Jitsu se usa sobre todo para métodos rápidos de auto-defensa, en policías o guardaespaldas. Esto no quita para que las escenas de lucha que podemos ver en el film, no sean de nivel, es más lo son, aunque como ya dije, estas no son del tipo lucha con cable en el aire, sino golpes contundentes, buscando derrotar/tumbar/inmovilizar al adversario lo antes posible.
En resumidas cuentas:
Lección de cine de Mamet tanto en su guión, que se engrandece más y más en cada acto, como en su sobria dirección. Gran trabajo actoral, en especial de Ejiofor, contenido pero que con una mirada o un simple movimiento consigue trasmitir todos los estados por los que atraviesa su personaje. Recomendada, aunque me da a mí que muchos una vez vista no la entenderán y echarán pestes de ella. El problema: la mayoría de los espectadores del cine de artes marciales saldrán decepcionados y los amantes del cine más serio no le darán la oportunidad que merece.
La escena: Mike salvando a Chet de una paliza segura.
El secuencia: Mike entrando al estadio para su combate y lo que viene después.
El plano: Cuando Mike sube al ring.
La frase:
«Eres un adicto a la pobreza» (Bruno a Mike).
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