Charlton Heston
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Filmografía de Charlton Heston.

De voz profunda y rostro solemne, Charlton Heston lideró una época dorada del cine donde los héroes provenían de los libros de historia y no de los cómics. Personajes como Moisés, El Cid o el ya inolvidable Judá Ben-Hur son sólo parte del enorme legado que nos dejó. Solamente su condición de republicano conservador, y el hecho de que presidiera «La Asociación Nacional del Rifle», amenazaron con empañar su imagen. Pero creo que lo importante, lo que le convirtió en un mito dentro y fuera de las pantallas, fue su talento a la hora de representar al hombre en su estado más puro.

«No puedo recordar un instante en el que no quisiera ser actor” (Charlton Heston)

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Una infancia rural.
John Charles Carter nació un 4 de octubre de 1923 en No Man’s Land, una área rural cercana a Illinois. Su padre era molinero y ya a muy temprana edad la familia tuvo que trasladarse a St. Helen, en Michigan. Era una zona muy rural rodeada de bosques donde Charlton pasó una infancia tranquila, cazando y también pescando por los alrededores. A los 10 años de edad sus padres se divorcian, pero muy poco tiempo después su madre vuelve a casarse con un hombre llamado Chester Heston. Eso supuso una nueva mudanza que les llevó a residir en la cercana localidad de Wilmette, donde el ya adolescente John comenzó sus estudios matriculándose en la New Trier High School.

Precisamente, fue durante estos años cuando sus amigos comenzaron a llamarle «Chuck», un apodo que le acompañaría durante toda su vida. También entonces comenzó a descubrir que le gustaba encarnar a los personajes que leía en sus libros. Esto último, sin duda, marcaría un punto de inflexión en su futuro profesional… Y, en efecto, ya en sus años de universitario comenzó a interesarse por la interpretación, llegando a apuntarse a clases de arte dramático. Allí fue donde, por primera vez, se puso ante la cámara en la película amateur de 16 mm ‘Peer Gynt’, dirigida por David Bradley. Sucedió en 1941 y tenía sólo 17 años, pero fueron más que suficientes para decidir que quería ser actor sobre cualquier otra cosa.

John no tenía nombre artístico, así que decidió juntar el apellido de soltera de su madre y el suyo propio pasándose a llamar Charlton Heston. No obstante, al igual que muchos otros jóvenes norteamericanos, vio interrumpida su vida por la Segunda Guerra Mundial. En 1944 se alista en las Fuerzas Aéreas para servir como operador de radio y artillero en un bombardero B-25 Mitchell, llegando a alcanzar al grado de Sargento. Es importante destacar que además ese fue un año clave en su vida, ya que decidió casarse con su compañera de estudios Lydia Marie Clarke, con la que viviría felizmente el resto de su vida.

Sus primeros trabajos.
Después de finalizar la guerra, Charlton y su esposa se trasladan a vivir a Nueva York, pero él quería dedicarse al mundo del teatro y el dinero no les alcanzaba para mucho. Así pues, en 1947 se mudaron a Asheville donde abrieron una guardería que les reportaba 100 dólares semanales. Sólo un año después regresaban a Nueva York con unos buenos ahorros y Charlton conseguía su primer trabajo en Broadway, un papel secundario en la obra de Shakespeare ‘Antonio y Cleopatra’.

Del teatro pasó a realizar papeles para seriales de televisión como ‘Studio One’. Y es en 1950 cuando la suerte llama a su puerta en la figura del productor Hal B. Wallis. Tras fijarse en su trabajo para la serie Wuthering Heights’ le ofrece un contrato para realizar una película. Era el trampolín que estaba esperando para dar el salto a la gran pantalla. Como él diría años más tarde «Tuve suerte de estar en Nueva York justo cuando irrumpió la televisión en vivo. Porque la gente del cine como Burt Lancaster o Kirk Douglas tenían contrato con varios estudios. Y ellos no podían hacer televisión porque los estudios no les dejaban».

Su trabajo en el film noir Dark City’ resultó ser un éxito, recibiendo el reconocimiento de la crítica. Pero el espaldarazo definitivo llegaría en 1952 cuando Cecil B. DeMille le escoge para interpretar al dueño de un circo en El mayor espectáculo del mundo’, a la postre nominada para el Oscar a la Mejor Película. Y ese mismo año tuvo la oportunidad de trabajar a las órdenes de King Vidor en Pasión bajo la niebla’. En 1953 se adentraría, por primera vez, en el género del western con El triunfo de Búfalo Bill’ y también con Hoguera de odios’. Y sólo un año después probaba suerte con el cine de aventuras con la inolvidable Cuando ruge la marabunta’ y con una película que inspiró al mismísimo Indiana Jones, El secreto de los incas’.

Su consolidación como estrella.
Heston siguería realizando películas, pero uno de sus éxitos más recordados serían ‘Los diez mandamientos’, una superproducción de 1956 dirigida por Cecil B. DeMille. Allí compartió cartel con Yul Brynner y Anne Baxter. Para la posteridad nos dejó uno de los personajes más recordados de la historia del cine: Moisés. Él siempre fue muy humilde con su trabajo y respecto a su famosa escena ante el Mar Rojo comentó: «Con directores tan buenos estás en buenas manos. No, no puedo decir que me faltara confianza para realizar la escena. Siempre pensé que podía hacerlo. Eso sí, creo que la interpretación de Yul Brynner es la mejor de toda la película. Yo aún estaba un poco verde por entonces, ahora lo podría hacer mejor, pero soy ya demasiado mayor». No hay duda es que después de esta película ya nada sería igual…

Su sobria interpretación de Moisés tuvo mucho que ver cuando, en 1957, el director Rudolph Maté le contrata para trabajar en La ley de los fuertes’. En la misma debía encarnar a un hombre noble, pero a la vez intransigente y con gran determinación. Un arquetipo de personaje que repetiría en años sucesivos en películas como ‘Sed de mal’, actuando a las órdenes del mismísimo Orson Welles. En esta joya del cine negro volvió a retratar al héroe que lucha contra el crimen y la corrupción, mientras el propio Welles le daba réplica dibujando a un policía corrupto, sucio y grasiento. También William Wyler confió en él para rodar un grandísimo western, Horizontes de grandeza’, que demostraba una vez más que Heston había nacido para interpretar a personajes de carácter férreo. Sin embargo, y una vez más, la suerte iba a tener un papel importante en su futuro.

En efecto, en 1959 William Wyler realiza Ben-Hur’, una superproducción basada en hechos bíblicos que, en principio, no iba a contar con Heston. El director pensó primero en Marlon Brando, Rock Hudson y Burt Lancaster. Pero todos rehusaron y decidió entonces recurrir a él. Heston ganaría uno de los once Oscars con los que fue premiada la película y, a partir de ese momento, se convirtió en el actor épico por excelencia. Sin duda, lo más memorable de la película es la carrera de cuadrigas, de la que el actor llegó a decir: «Había montado antes, pero manejar cuatro potentes caballos mientras intentas mantenerte en pie en un carro de media tonelada era algo totalmente desconocido para mi. La parte más dura fue aprender a girar en las curvas… y el hecho de que si mirabas atrás siempre tenías un caballo cerca de tu hombro».

Su siguiente trabajo llegaría en 1961 poniéndose a las órdenes de Anthony Mann y dando vida ni más ni menos que a Rodrigo Díaz de Vivar en El Cid’. En este film nuevamente nos mostró al prototipo ideal de héroe, junto a una maravillosa Sophia Loren. Pronto fue evidente para todos que era el actor ideal si se querían retratar hechos heroicos, ninguno lo hacía con la misma pasión y aplomo que él. Eso propició que, en los siguientes años, pudiera trabajar en películas épicas como 55 días en Pekín’ junto a David Niven y Ava Gardner, o en el drama bíblico La historia más grande jamás contada’, dando vida a Juan el Bautista.

Ya en 1965 volvió al género de aventuras con la magnífica película ‘El señor de la guerra’, dibujando el personaje con ayuda de su porte y fuerza características. Pero quizás uno de los papeles más interesantes vendría de la mano de Sam Peckinpah en Mayor Dundee’. En esta película se enzarzaba en un magnífico duelo interpretativo con Richard Harris, pero la tensión alcanzada con el director fue notable. De hecho el actor declararía más tarde: «Sam es el único director con el que me he sentido psicológicamente amenazado en el set de rodaje».

En pleno apogeo de su carrera tuvo la oportunidad de trabajar con uno los actores más recordados: Laurence Olivier. Fue en 1966 durante el rodaje de Kartum’, una película bélica que relata episodios reales sucedidos durante la ocupación de Sudán. Nuevamente volvía a ponerse en la piel de un personaje histórico del siglo XIX, el general británico Charles Gordon. Y quizás valga la pena destacar también un western crepuscular que protagonizó en 1968, El más valiente entre mil’, una estimable película en el ocaso del género que para Heston sería siempre muy recordada: «Es uno de mis papeles favoritos porque es real, ya sabes, no está maquillado para que parezca bonito. Ni siquiera tiene un final feliz». Y también ese mismo año se hizo con el papel protagonista de una cinta que no necesita presentación y que resultaría uno de los mayores exponentes de la ciencia-ficción…

… Franklin J. Schaffner había pensado en Charlton Heston para interpretar al astronauta cautivo deEl planeta de los simios’. Por su perfil era el actor ideal. Hay que añadir que Heston siempre había sido un tanto exhibicionista y la idea de pasearse medio desnudo ante millones de espectadores le seducía. Pero también le interesó sobremanera el trasfondo psicológico del personaje: «He interpretado a hombres realmente gruñones y cínicos, pero nunca a un hombre cuyo cinismo y desprecio por la humanidad le lleven a dejar literalmente la tierra». El resultado fue una película que navega entre el discurso humanista y el entretenimiento más puro. Una producción cuyo éxito fue tal que acabaría generando cuatro películas más y una serie de televisión.

En 1970 participaría en la primera secuela bajo el título ‘Regreso al planeta de los simios’. Una vez más retomó su papel del astronauta Taylor. Desgraciadamente, Schaffner no pudo dirigirla debido a que se encontraba metido en el rodaje de ‘Patton’. El resultado fue un tanto agridulce pero Heston se centró en el rodaje de El asesinato de Julio César’ interpretando a Marco Antonio. Esta película volvía a llevarlo al terreno del cine histórico donde tan bien se desenvolvía. Fue ya en 1971 que retomaría el género de ciencia-ficción conEl último hombre… vivo’, una película de serie B donde se mostraba como un solitario fascistoide de gatillo fácil. Una película de la que el actor comentaría:  «Lo más interesante de mi personaje es que jugaba al ajedrez consigo mismo», lo cual deja muy claro la opinión que le merecía.

Posteriormente, en 1972, decidió dar el salto a la dirección con Marco Antonio y Cleopatra’, su particular visión de la famosa historia de amor. Fue un rotundo fiasco, pero teniendo en cuenta que la compararon con la película de Mankiewicz y que Hildegarde Neil no era Elizabeth Taylor, debemos concluir que hizo lo que pudo. Tras este jarro de agua fría realizó un par de películas bastante prescindibles. Un año más tarde se vio recompensado con un papel en la película Cuando el destino nos alcance, dirigida por Richard Fleischer. Nuevamente mostró su perfil más físico en la piel de un detective sudoroso y de pelo en pecho. Este film demostraba más que nunca que una buena historia de ciencia ficción no necesita efectos digitales para cautivar al público.

Ya en 1973 regresó a sus registros más históricos poniéndose en la piel del cardenal Richelieu en Los tres mosqueteros’, concretamente la adaptación dirigida por Richard Lester con Richard Chamberlain de protagonista. Siguiendo la estela de sus anteriores trabajos, y siempre con la misma estética viril, se convirtió en actor habitual en películas de desastres. Estas cintas, si bien no eran especialmente buenas, le seguían manteniendo en primera línea. Un ejemplo sería ‘Aeropuerto 75’, que fue un éxito de taquilla pero acabaría siendo catalogada como una de las peores películas de la historia. Y también Terremoto’, donde compartió cartel con la divina Ava Gardner y otros actores de renombre… No sería hasta 1976 que conseguiría nuevamente un papel épico, en la producción bélica La batalla de Midway’. Una espectacular película que narraba la batalla que pudo haber cambiado el curso de la guerra.

Una lenta decadencia.
En la segunda mitad de los setenta su, hasta entonces, trepidante carrera comenzaba a bajar revoluciones. Esto lo podemos observar en el western Los últimos hombres duros’. No obstante, aún era un actor de renombre y eso le valió para participar en películas entrañables como la adaptación de 1977 de la novela El príncipe y el mendigo’, donde se puso en la piel de un maduro Enrique VII demostrando, una vez más, que los papeles históricos le iban como anillo al dedo.

También decidió regresar al cine de catástrofes con ‘Alerta roja: Neptuno hundido’, una entretenida producción que giraba en torno a un rescate submarino y que contó con la presencia de un emergente David Carradine. Inclusive se lanzó al género de terror en 1980 con El despertar’, donde en compañía de la actriz Susannah York debía hacer frente a la amenaza de una momia. Pero era obvio que las grandes producciones ya eran cosa del pasado y que el declive de su carrera comenzaba a ser evidente.

En 1982 decide volver a sentarse en la silla de director y realiza Duelo en las profundidades’, una estimable película que podríamos encasillar tanto en el género de aventuras como de suspense. En los años siguientes su trabajo se centraría en la televisión, protagonizando series como Los Colby’ o incluso en un remake televisivo de La isla del tesoro’ producido por su hijo Fraser. No sería hasta la década de los noventa que regresaría a la gran pantalla con pequeños papeles y cameos. Tal es el caso de Casi un ángel’, una comedia protagonizada por Paul Hogan y Linda Kozlowski donde interpreta el papel de Dios. Otro ejemplo lo tendríamos con  ‘Wayne’s World 2’, donde el actor realizó un cameo parodiándose.

A sus 70 años Charlton Heston ya era considerado una vieja gloria. Eso explica que se le utilizara como gancho en producciones como ‘Mentiras arriesgadas’ o ‘Hamlet’. Incluso cedió su voz en varias películas como el caso del clásico Disney Hércules’. Eso, y su participación en episodios de televisión, marcarían el inicio del retiro de la antigua estrella del celuloide. En 1996 tuvo que ser intervenido de un cáncer de próstata del que afortunadamente se recuperó. Aún le quedaban un par de cartuchos en la recámara y los aprovechó para realizar un último trabajo en 2002 dando vida al nazi Josef Mengele en la película Mi padre, rua Alguem 5555’. Sería coincidiendo con este último trabajo que Heston confesó padecer demencia degenerativa, tras lo cual se retiró de la vida pública. Fallecería el 5 de abril del 2008 en su casa de Beverly Hills.

El activista político.
Antes que actor Charlton Heston era lo que se suele llamar un patriota americano. Amaba a su país con un fervor casi religioso. Ya en la década de los cincuenta había participado en favor del partido demócrata prestando su imagen. En 1960 se mostró muy activo en la campaña electoral de John F. Kennedy y tampoco desatendió nunca la defensa de los derechos civiles, llegando a acompañar a Martin Luther King en varios actos públicos. Como afirmaría años más tarde: «Defendí los derechos civiles mucho antes de que Hollywood lo convirtiera en una moda». Tras el asesinato de JFK se postuló como un firme defensor del control de armas y en 1969 se opuso a la guerra del Vietnam. Entonces le ofrecieron la posibilidad de ser senador, pero amaba demasiado el cine y no podía renunciar a ello.

Allá por los años ochenta el actor decidió dar un giro inesperado y ofreció su apoyo a los republicanos. Según él, los demócratas habían cambiado. Sea como fuere, ése sería el punto de inflexión que daría paso a un Charlton Heston menos popular y afín a una ideología más conservadora. En 1998 se convertía en el presidente y portavoz de La Asociación Nacional del Rifle, postulándose como un defensor casi radical y granjeándose más enemigos.

Famosas son ya las palabras que pronunció ante la posibilidad de que alguien decidiera modificar la Segunda Enmienda y, por lo tanto, la tenencia de armas: «Pueden quitarme el rifle… ¡de mis manos frías y muertas!». Con su postura se colocó en el punto de mira de mucha gente, entre ellos el director Michael Moore. En el año 2002 dirigió el documental Bowling for Columbine’, que incluía una entrevista trampa a un Heston ya enfermo y acabado. Aquello fue una encerrona que sólo pretendía emborronar aún más la imagen de una vieja estrella. Pero para la mayoría de nosotros Charlton Heston siempre será ese noble príncipe judío que nos hizo vibrar a las riendas de su cuadriga.

Premios.
1956.- Manzana de Oro al actor más cooperativo.
1957.- Nominado al Globo de Oro al mejor actor por ‘Los diez mandamientos’.
1960.- Oscar al mejor actor por ‘Ben-Hur’.
1960.- Nominado al Globo de Oro al mejor actor por ‘Ben-Hur’.
1962.- Globo de Oro especial ‘Henrietta Award’.
1963.- Nominado al Globo de Oro al mejor actor por ‘Aventura en Roma’.
1964.- Premio Bambi.
1967.- Globo de Oro especial ‘Cecil B. DeMille Award’.
1972.- Premio a una vida de logros del Gremio de Actores.
1975.- Premio especial de la Academia de Ciencia-Ficción, Fantasía y Terror.
1984.- Premio a una vida de logros del ShoWest Convention USA.
2003.- Premio a una vida de logros del Festival Internacional de Cine de Long Beach.

Filmografía completa.
1941.-Peer Gynt, de David Bradley.
1941.-Ciudad en sombras, de William Dieterle.

1950.-Julio César, de David Bradley.
1952.-El mayor espectáculo del mundo, de Cecil B. DeMille.
1952.-El salvaje, de George Marshall.
1952.-Pasión bajo la niebla, de King Vidor.
1953.-La dama marcada, de Henry Levin.
1953.-El triunfo de Buffalo Bill, de Jerry Hopper.
1953.-Hoguera de odios, de Charles Marquis Warren.
1953.-Chicas malas, de Irving Harper.
1954.-Cuando ruge la marabunta, de Byron Haskin.
1954.-El secreto de los incas, de Jerry Hopper.
1955.-Horizontes azules, de Rudolph Maté.
1955.-La guerra privada del mayor Benson, de Jerry Hopper.
1955.-Orgullo contra orgullo, de Robert Parrish.
1956.-Los diez mandamientos, de Cecil B. DeMille.
1956.-La ley de los fuertes, de Rudolph Maté.
1958.-Sed de mal, de Orson Welles.
1958.-Horizontes de grandeza, de William Wyler.
1958.-Los Bucaneros, de Anthony Quinn.
1959.-Misterio en el barco perdido, de Michael Anderson.
1959.-Ben-Hur, de William Wyler.

1961.-El Cid, de Anthony Mann.
1962.-Aventura en Roma, de Melville Shavelson.
1963.-El señor de Hawaii, de Guy Green.
1963.-55 días en Pekín, de Nicholas Ray.
1965.-La historia más grande jamás contada, de George Stevens.
1965.-Mayor Dundee, de Sam Peckinpah.
1965.-El tormento y el éxtasis, de Carol Reed.
1965.-El señor de la guerra, de Franklin J. Shaffner.
1966.-Kartum, de Basil Dearden y Eliot Elisofon.
1967.-Una tumba al amanecer, de Ralph Nelson.
1968.-El planeta de los simios, de Franklin J. Shaffner.
1968.-El más valiente entre mil, de Tom Gries.
1969.-El número uno, de Tom Gries.

1970.-Regreso al planeta de los simios, de Ted Post.
1970.-El asesinato de Julio César, de Stuart Burge.
1970.-Los indomables, de Tom Gries.
1971.-El último hombre… vivo, de Boris Sagal.
1972.-Marco Antonio y Cleopatra, de Charlton Heston.
1972.-¡Alarma! vuelo 502 secuestrado, de John Guillermin.
1972.-La selva blanca, de Ken Annakin.
1973.-Cuando el destino nos alcance, de Richard Fleischer.
1973.-Los tres mosqueteros, de Richard Lester.
1974.-Aeropuerto 75, de Jack Smight.
1974.-Los cuatro mosqueteros, de Richard Lester.
1974.-Terremoto, de Mark Robson.
1976.-Los últimos hombres duros, de Andrew V. McLaglen.
1976.-La batalla de Midway, de Jack Smight.
1976.-Pánico en el estadio, de Larry Peerce.
1977.-El príncipe y el mendigo, de Richard Fleischer.
1978.-Alerta Roja: Neptuno hundido, de David Greene.

1980.-El valle de la furia, de Richard Lang.
1980.-El despertar, de Mike Newell.
1982.-Duelo en las profundidades, de Charlton Heston.

1990.-Solar Crisis, de Richard C. Sarafian y Alan Smithee.
1992.-Gengis Khan, de Ken Annakin.
1993.-Wayne’s World 2, de Stephen Surjik.
1993.-Tombstone: la leyenda de Wyatt Earp, de George P. Cosmatos.
1994.-Mentiras arriesgadas, de James Cameron.
1994.-En la boca del miedo, de John Carpenter.
1996.-Alaska, de Fraser Heston.
1996.-Hamlet, de Kenneth Branagh.
1999.-Gideon, de Claudia Hoover.
1999.-Un domingo cualquiera, de Oliver Stone.

2001.-Enredos de sociedad, de Peter Chelsom.
2001.-El planeta de los simios, de Tim Burton.
2001.-The Order, de Sheldon Lettich.
2002.-Mi padre, rua Alguem 5555, de Egidio Eronico.

«Mi vida ha sido un largo viaje. Y la he amado a cada minuto» (Charlton Heston)

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