Capone
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17 de octubre de 1931. El gánster más famoso del mundo es condenado a prisión por evasión de impuestos. En la cárcel su salud física y mental se deterioran por la neurosífilis. Una década después, cuando ya no es considerado una amenaza, es liberado para vivir en el exilio en Florida bajo la supervisión del gobierno. Ese fue el último año de su vida… Josh Trank presenta a Tom Hardy en ‘Capone’.

“¿Sabe cuál es la diferencia entre Adolf Hitler y Al Capone? Hitler está muerto y Capone vive como un rey en Florida” (Crawford)

Crítica de Capone

En un lapso de tiempo de ocho años Josh Trank ha tocado el cielo y bajado al infierno en Hollywood. Ahora, y con apenas 37 años, se prepara o para ser olvidado o para emerger con algún blockbuster en próximos años. Aunque por la pinta de ‘Capone’, film que hoy nos ocupa, parece que Trank ya tuvo su momento de gloria. Parece que lo que le queda por delante serán trabajos de asalariado o el destierro de la televisión. Todo lo que no sea eso, sin duda, será una auténtica sorpresa.

No obstante lo anterior, no se lleven a engaño. ‘Capone’ no es un horror de film y tampoco una mala película. Ahora bien, no es ni de lejos una película para salvar la carrera de Trank. Una carrera que, claramente, se hunde. Eso sí, la cinta contiene detalles e ideas destacables. Por ejemplo: la muy bien llevada labor camaleónica y esforzada por parte de Tom Hardy. El actor toma bastantes elementos del Capone de Robert De Niro en ‘Los intocables’ (Brian De Palma, 1987).

Para empezar, ‘Capone’ tiene este título porque fue impuesto a última hora por motivos puramente de marketing. Es decir, aquí nada de lo que rezaba la leyenda está presente. Estamos ante un biopic claramente sui generis. Lo que vemos es a un hombre en su castillo y afrontando su total e implacable final. Se podría haber titulado ‘Falling’ o ‘El padre’ y habría dado igual. Capone es un padre/marido/hombre que antaño tuvo poder y al que ahora la demencia lo está la destruyendo internamente. Además, y colateralmente, acaba mermando a los que están a su alrededor.

Se echa en falta que Trank, autonombrado amo del film en las RRSS, prestara algo más de atención y metraje en presentar la leyenda. Una historia que, no por conocida, sea “merecedora” de ser pasada por alto. Pero no, aquí todo lo que fue Capone es ninguneado. La trama entra directamente en materia ya con el decrepito y hundido personaje (salvo por un breve flashback al estilo fin de año en el Hotel Overlook del Kubrick de El resplandor). Los detractores de Trank tienen material para darle palos por los defectos del film. El propio Trank tampoco puede esta vez esconderse ni buscar excusas. Aquí mandó en todo como el mismo proclamó a los cuatro vientos.

La fallida “jefatura” de Trank en ‘Capone’ da en parte la razón a los productores que trabajaron con él. Vuelve a salir a la palestra el problema que tuvo con Cuatro Fantásticos (2015). Seguramente con alguien hábil guiándole en la toma de ideas, este film habría sido mejor. Conviene apuntar que Capone/Fonzo debía salir a cines, pero la llegada de la pandemia mundial Covid-19, con el cierre de salas, la llevó directamente al VOD. Así se estrenó en Estados Unidos un 12 de mayo de 2020. A España nos llegó en primicia en Filmin el 16 de abril de 2021.

Expuesto lo anterior, pasamos a los valores que hacen que ‘Capone’ merezca un visionado. En primer lugar está la laberíntica propuesta que nos hace participes entrando en la mente totalmente destruida de su protagonista. Esto nos lleva a un más que interesante juego de descubrimientos. Un juego en donde debemos, igual que el protagonista, ir averiguando qué es verdad y qué mentira de lo que ve y le va sucediendo. En este sentido el film, aunque no es sobresaliente, sí que está muy bien llevado. Otro tema es el ritmo. Me refiero al ver a un personaje con el que en nada conectamos con todas sus miserias expuestas sin tapujos, pañal para adulto incluido, y que casi es incapaz de hablar de algo sino es para insultar o gritar. Esto afecta claramente al valor de la película y a las posibilidades de conectar plenamente con ella.

La fotografía viene firmada por Peter Deming y se limita prácticamente a las estancias de la mansión de Fonzo (a Capone se le llama así o Fonse, llamarlo por su antiguo y notorio nombre de criminal está prohibido). También hay algunos momentos oníricos y el citado flashback. De resto todo es ver a un tipo sentado ver pasar la vida, ya sea con un puro en la boca o, en el culmen del chiste malo, con una zanahoria. Toda vez que un Ictus le obliga, por prescripción médica, a dejar de fumar. En el apartado musical, El-P se encarga de la score del film.

Sobre el casting, aquí el amo y señor es Tom Hardy. En la historia que presenta Trank y en la interpretación de Hardy se sustenta todo. El único que le puede ir a la zaga o lo intenta es una muy sufrida Linda Cardellini (Mae). La actriz debe cargar con su «marido» en los tremendos ataques que va sufriendo. Hardy crea su propio Capone, o la visión que el cree debió ser el infame criminal en sus últimos estertores. La voz gutural, la pose ladeada al caminar y el maquillaje le ayudan. Aunque este último funciona a medias.

En el casting hay algunos nombres conocidos, pero no esperen mucho de ellos. Matt Dillon (Johnny Torrio) es un personaje real clave en la vida gansteril de Capone, pero casi es una presencia que Dillon no se esfuerza en llevar más allá. Al Sapienza (Ralphie) y Kyle MacLachaln (Doctor) tampoco ofrecen nada del otro mundo. Por la parte que le toca a Jack Lowden (Crawford) uno nunca sabe muy bien porque ese empeño en asediar a una momia como Capone. Ojo a cuando lo intenta interrogar sobre el dinero y este no atina más que a soltar algún gruñido y culmina la secuencia con un inenarrable despliegue estomacal. Para Noel Fisher queda el rol de Junior, el hijo de Capone que sigue con él hasta el final. Por último, y por importancia argumental, citar a Gino Cafarrelli (Gino) como un matón/torturador de la antigua banda de Chicago.

“Necesito saber dónde está el dinero. Esos desgraciados lo conseguirán igualmente. No habrá ninguna diferencia. Si quieres saber mi opinión, Gino, los chicos y los malditos cubanos están esperando que tú mueras. Forman parte de toda esta puta mierda. Son una panda de ratas” (Ralphie)

En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de Capone, un film para ver una vez si eres fan del cine criminal/mafioso y/o de Tom Hardy. Presenta puntos de interés, pero en su global no termina de romper. Olviden la leyenda, este film no va de eso… va de tratar de escenificar a un gánster con aristas ridículas. Oportunidad fallida para Trank de haber hecho algo que le volviera a meter en el circuito.

Tráiler de Capone

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