65
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Antes del advenimiento de la humanidad… Cuando las grandes bestias caminaban sobre la Tierra, y procedente de la inmensidad del espacio, nuestro viejo planeta azul recibió a un visitante inesperado. Hasta el día de hoy no sabíamos nada de todo esto, pero podíamos sospecharlo… Es hora de conocer la historia de ‘65’.

“Soy el único superviviente de una misión de exploración espacial. Envíen ayuda” (Mills)

Crítica de 65

Después de triunfar como guionistas de Un lugar tranquilo (John Krasinski, 2018) y de llamar la atención con su slasher ‘La casa del terror’ (2019), la dupla formada por Scott Beck y Bryan Woods vuelven al ataque con ‘65’. Aquí nuevamente repiten como directores y guionistas. Además, y para la ocasión, han contado con un presupuesto discutido sobre los 45-91 millones de $. En cualquier caso, ya fueran 45 o 91, me parece un coste bajo para una película con las pretensiones arrojadas en su argumento. No olvidemos que una cinta muy parecida a esta como fue After Earth (Shyamalan, 2013) costó 130 millones… y eso sin dinosaurios. Resaltar que tanto Scott Beck como Bryan Woods también tienen crédito como productores, junto al venerado Sam Raimi.

Teniendo en cuenta lo anterior, Beck y Woods hacen un buen trabajo detrás de las cámaras. La pareja de realizadores apuesta claramente por una dirección naturalista. Con esto quiero decir que se recrean en los escenarios naturales dónde fue rodada la producción. Escenarios muy diferentes como Oregón, Louisiana e incluso Irlanda. El objetivo no es otro que conseguir que el público se sienta como si estuviera recorriendo nuestro planeta hace 65 millones de años, es decir, cuando los dinosaurios dominaban la Tierra. Y esto más que menos es algo que Beck y Woods consiguen. Eso sí, con mucha menos parafernalia visual de la deseada…

Acabo de decir que el film no tiene mucha parafernalia visual… y reitero la afirmación. Tengamos en cuenta que la nave del protagonista se estrella en la Tierra y esto le va a impedir el acceso a gran parte de su tecnología ultramoderna. Básicamente le veremos usar su rifle, unas mini-granadas y, sobre todo, un muy útil aparato de rastreo y localización que también sirve como brújula. Todos los demás avances tecnológicos quedan reducidos a la mínima expresión. Por otro lado, tampoco los entornos de la nave destruida ofrecen algo que no hayamos visto antes en otras películas y mejor recreado…

Con respecto a los dinosaurios no nos podemos engañar. ¡Esto no esParque Jurásico (Steven Spielberg, 1993) ni tampoco Jurassic World (Colin Trevorrow, 2015)! Me explico: no hay tantas criaturas cómo los más fanáticos podríamos desear ni tampoco están tan bien realizadas como las de las cintas de Spielberg y Trevorrow. Eso sí, el clímax merece mucho la pena. Su parte final hace subir el global de la propuesta y es un disfrute para los amantes de la sci-fi pulp con toques de drama y el reloj en contra… Al margen de los dinos, y para variar un poco, también nos meten por el camino algunos insectos de gran tamaño. Estos bichos provocarán más de un momento desagradable para la singular pareja protagonista.

En cuanto al guión, lo que más me llamó la atención a la hora de optar por esta película fue, sin duda, el tema de la exploración espacial y la existencia de una avanzada humanidad en la época de los dinosaurios. Lamentablemente, esta atractiva premisa queda en muy poco. Toda la trama se reduce a una aventura de supervivencia en la Tierra. Una aventura con el mismo patrón de la ya citada ‘After Earth’, es decir, tratar de llegar de un punto X a un punto Y. No hay mucho más en lo que ahondar, salvo la incorporación de los videos holográficos de la hija del protagonista intentando crear un vínculo emotivo y dramático. Eso y un claro, pero disimulado, homenaje a la también citada ‘Un lugar tranquilo’.

Para terminar con el guión quisiera destacar un elemento muy importante. La película está doblada en inglés y en un dialecto creo que hawaiano. Esto supone que los dos protagonistas principales se comunicarán en un inglés muy básico y entendible. En consecuencia, apenas encuentro dificultad para que el público no se anime a verla en su versión original sumergiéndose así por completo en la aventura.

Pasando al elenco, el gran protagonista es Adam Driver interpretando al capitán Mills, un explorador del planeta Solaris que decide volver a comandar una misión espacial para conseguir pagar el tratamiento de su querida hija… La interpretación de Driver es parte de lo más destacado del film. El actor sabe combinar muy bien la acción, el espíritu familiar de su personaje y algunos momentos dramáticos. Creo que todos estarán conmigo cuando afirmo que Driver fue el mejor descubrimiento de las nuevas películas de ‘Star Wars’ o, al menos, el que fue de menos a más… sabiendo aprovechar la repercusión de los films y mejorando en cada entrega y película nueva.

La coprotagonista es Ariana Greenblatt como Koa, una de las supervivientes del accidente junto a Mills. La jovencita tarda un poco en aparecer, pero cuando lo hace se convierte en la inseparable compañera de Mills. ¡Ojo! ella no es ninguna carga y llega incluso a echarle cables importantes al explorador. Interpretativamente hablando no me desagradó y nos devuelve a ese tipo de films en los que un hombre y una niña hacen buenas migas unidos por un incidente que les supera.

Y no hay muchos más personajes que merezcan una atención detallada. Quizás es justo nombrar a la ascendente Chloe Coleman aportando un toque dramático como Nevine, la hija enferma y adolescente de Mills. Coleman sale al principio y luego en videos holográficos de recuerdo.

“Nos hemos estrellado en un planeta desconocido” (Mills)

En conclusión.
Termino esta crítica de 65, una película de ciencia-ficción cuya honrada apuesta es la aventura de supervivencia sin mayores pretensiones. Creo que resulta beneficioso que también lleguen a cines producciones como esta. Producciones que prestan el servicio de entretenernos a los amantes de la sci-fi. ‘65’ se disfruta de manera rápida y para los más fans puede ser objeto de un par de visionados dado su metraje estándar y la ausencia de dificultad alguna para seguirla.

Tráiler de 65

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