The Relic
Unas misteriosas cajas procedentes de Brasil llegan al Museo de Historia Natural de Chicago remitidas por el antropólogo John Whitney. Al poco de estar depositadas en el Museo se produce un horrible crimen. Al parecer, algo o alguien va a convertir la próxima exposición sobre superstición en un auténtico infierno. (Cineycine).
La reliquia se define como: el vestigio que queda de una época o una cosa pasada. Hace ¡25 años! Peter Hyams redefinió este concepto y/o idea para convertirlo en algo realmente aterrador y monstruoso. Ya nadie ni nada nos puede salvar de ‘The Relic’.
“John Whitney no está en Brasil para traer hojas… sólo reliquias sin importancia” (Margo)
Crítica de The Relic
Después de rodar dos películas seguidas con Van Damme, ‘Timecop’ (1994) y ‘Muerte súbita’ (1995), el director Peter Hyams se adentró por primera vez en su carrera en el cine de terror. El resultado fue ‘The Relic’, una disfrutable monster-movie que cumple perfectamente con su objetivo sin tener mayores ínfulas. Como era algo habitual, el propio Hyams también se encargó de las labores de fotografía. Y tanto como director como en sus oscuras imágenes logra sobresalir de manera más que competente. Tan es así que, junto al monstruo, la ambientación es lo más conseguido de la propuesta. Un dato importante de la valía de Hyams como director es que la criatura tan sólo sale 4 minutos en total y, sin embargo, queda la sensación de que tiene muchísimo más minutaje en el film. Indudablemente, parte de este mérito también va para su editor habitual, Steven Kemper.
Si echamos la vista atrás vemos cómo ya han pasado ¡25 años! de ‘The Relic’, pero la película sigue viéndose muy bien. Además tiene un grado de diversidad muy del gusto del empoderamiento de nuestro tiempo. No hay más que ver como aquí tenemos un doble protagonismo hombre-mujer. Siendo esta última la verdadera heroína de la función contando también con gran inteligencia y conocimientos. Vuelvo a insistir, una vez más, en que toda esa gente que actualmente habla del empoderamiento en el cine tienen, a mi modo de ver, una “filmografía” muy cortita a sus espaldas…
Por otro lado, el paso de los años ha convertido a ‘The Relic’ en una cotizada cinta de culto. No hay más que ver lo complicado que es hacerse con una copia original en DVD o Blu-ray. No hablo ya del formato VHS en el que te pueden llegar a pedir por ella auténticas barbaridades. En mi caso, compré esta cinta de segunda mano en un mítico Blockbuster y todavía la conservo.
El guión del film adapta la novela ‘El ídolo perdido’ escrita por Douglas Preston y Lincoln Child. Entre el equipo de guionistas tenemos a Rick Jaffa y Amanda Silver. Hablamos de un matrimonio de guionistas actualmente muy reconocidos gracias a sus libretos para películas tan importantes como ‘El origen del planeta de los simios’ (Rupert Wyatt, 2011) o ‘Mulán’ (Niki Karo, 2020). En ‘The Relic’ llevan a cabo varios cambios importantes respecto a la novela. Por ejemplo, cambian Nueva York por Chicago y dejan fuera al protagonista principal de la obra. El cambio del Museo fue obligado porque los responsables de NY lo veían como una mala publicidad… todo lo contrario pensaron los administradores de Chicago.
Cambios al margen, Jaffa y Silver nos entregan un script en el que mezclan varios conceptos como las supersticiones, la evolución genética, las quimeras y los mitos. Todo esto en un ambiente de terror que tiene su origen en las selvas amazónicas en un extraño ritual chamánico al que asiste el antropólogo John Whitney. A partir de ahí la trama cambia de escenario y nos lleva todo el rato al Museo de Historia Natural de Chicago. Allí serán donde los temas comentados serán totalmente expuestos y relacionados. Por descontado el que más llama la atención es el del Kothoga, un demonio invocado para acabar con las vidas humanas amputando cabezas y alimentándose del hipotálamo. Sin duda, esta es la parte más interesante y terrorífica del libreto.
En los efectos especiales encontramos a todo un mito como Stan Winston. El equipo de este legendario maestro fue el que creó y dio vida al Kothoga, una monstruosa, colosal e imparable criatura. Este monstruo tan sólo aparece plenamente en los últimos 20-30 minutos y, básicamente, en escenas oscuras. Sin embargo, lo podremos llegar a contemplar bastante bien. Se incluye un desagradable primer plano y algún que otro vistazo general de todo su aspecto. Además, el Kothoga nos dejará como regalo varias muertes de cara a la galería. Entre estas últimas destaca la ejecución de un soldado al que partirá por la mitad o su práctica para amputar cabezas… Mucha de la culpa de que este film se siga recordando, a día de hoy, la tiene este monstruoso ser. Un ser recreado a la vieja usanza con disfraces, animatrónicos e incorporando alguna toma digital.
Acabo de hablar de que el Kothoga ataca en los sótanos y en las galerías oscuras. Pues bien, toda esa parte de la película (el segundo tramo) está muy bien filmada por Peter Hyams con indudables ecos de las dos primeras entregas de la saga Alien. Ahí están los casos de las desesperadas huidas de los invitados por los túneles y alcantarillas del Museo con la única luz de las linternas, la computadora que se vuelve loca y lo bloquea todo y, por supuesto, el Kothoga como gran e invisible amenaza acechando en todo momento a los invitados al Museo. Tampoco puedo pasar por alto el homenaje al cine de catástrofes más clásico como esa división en grupos (lo que se quedan y los que se van) propia de films como ‘La aventura del Poseidón’ (Ronald Neame, 1972). Y todo esto con el agua cayendo incluida…
“Aquí dentro hay algo o alguien”. Reliquia.
En el reparto, y tal y como comenté antes, la voz cantante la llevan Tom Sizemore y Penelope Ann Miller. Más la segunda que el primero por mucho que el nombre de Sizemore salga antes en los créditos. Lo cierto es que ninguno sobresale en sus papeles, pero esto no quiere decir que lo hagan mal, ni mucho menos. Son actuaciones cumplidoras. En el caso de Tom Sizemore da vida al Teniente D’Agosta, un detective supersticioso que investiga un macabro hallazgo en un barco que acaba de llegar al puerto local y cuyas conexiones le llevan hasta el Museo. Precisamente en el Museo encontramos a Penelope Ann Miller encarnando a Margo Green, una doctora en busca de conseguir una nueva beca para seguir estudiando junto a su equipo… Bien puedo decir que Sizemore pone las pistolas y Ann Miller la ciencia.
El resto del elenco se divide en dos grupos: el personal del Museo y el personal de fuera. En el museo tenemos a Linda Hunt dando muy bien el pego y con mucha autoridad como la máxima responsable. Otro que tiene buenos minutos es James Whitomore como un viejo doctor ciertamente agradable. Finalmente nos queda Chu Muoi Lo como el Doctor Lee, un trepa que intenta sabotear el trabajo de Margo. Y ya fuera del Museo encontramos a Clayton Rohner encarnando a Hollingsworth, la eficiente mano derecha de D’Agosta. También está Robert Lesser como el muy soberbio alcalde de Chicago que obliga a todos a llamarle excelencia. Y ya para terminar simplemente citar a Lewis Van Bergen como John Whitney, el antropólogo que lo disparata todo.
“Vete al infierno” (Margo)
En conclusión.
Concluyo esta crítica de The Relic, una disfrutable monster-movie que sólo busca hacernos pasar un buen rato a los amantes del género. Sus guiños a determinadas películas y su poderosa criatura hacen de este film uno a tener en cuenta para la galería de grandes monstruos noventeneros.
Tráiler de The Relic
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