Sin malos rollos
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“Siempre he querido protagonizar una comedia, pero no encontraba la correcta. Ha sido un placer poder hacer algo tan distinto para mí. Me ha encantado rodar escenas tan divertidas con un diálogo tan absurdo”. Gene Stupnitsky presenta a la superestrella Jennifer Lawrence en ‘Sin malos rollos’.

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Crítica de Sin malos rollos

Después de triunfar con ‘The Office’, el guionista y director Gene Stupnitsky decidió saltar a la gran pantalla debutando en la dirección con ‘Chicos buenos’ (2019). Esa ópera prima fue una comedia gamberra protagonizada por tres mocosos que se llevó la calificación para mayores de edad. La estrategia le funcionó muy bien a Stupnitsky y, por consiguiente, ha decidido mantenerla en ‘Sin malos rollos’. Eso sí, aquí cambia a los tres chavales por una pareja absolutamente incompatible formada por una espectacular Jennifer Lawrence y un introvertido Andrew Barth Feldman.

Precisamente, la gran mayoría de chistes, gags y situaciones divertidas e hilarantes vienen de enfrentar en pantalla a personalidades tan diferentes. Por un lado la de Maddie (Lawrence) y, por otro lado, la de Feldman (Percy). Y a esto es a lo que le saca jugo el guión escrito por el propio director y John Phillips. Tengamos en cuenta que entran en colisión una joven ya adulta, y totalmente desinhibida, con un adolescente que apenas sale de su habitación. Como ya podemos imaginar, esto da para muchas risas si se sabe explotar… y Stupnitsky sabe cómo conseguir buenas “explosiones” de risa. Y, pese a lo que pudiera parecer, toda la trama está basada en hechos reales. Unos sucesos adaptados al libreto a partir de un anuncio que Stupnitsky leyó en prensa.

Por supuesto, y leyendo la sinopsis, uno ya se puede imaginar que el sexo va a ser una constante en la trama. De hecho, la misión principal de Maddie será llevar a la cama a Feldman. Esto que, a priori, pareciera sencillo teniendo delante a un pibón como Maddie… no lo será tanto debido a la personalidad tan retraída y cerrada de Feldman. El hecho de que lo sexual sea un elemento muy importante da lugar a muchas referencias subidas de tono y sólo aptas para mayores. Un ejemplo sería la conversación de Maddie con su amiga, Sara, sobre a quién decide alquilar o no su vagina para cubrir sus gastos… o las referencias a follar. Creo que es de aplaudir que, en estos tiempos tan “correctitos”, salga una comedia comercial hablando tan descaradamente, y sin ningún tipo de pudor, de temas como estos.

Pero no todo serán chistes y referencias sexuales… a lo largo de la película también se ahondará en el pasado de Maddie y Feldman. Estas referencias, más o menos breves, a su vida se agradecen. Además son importantes porque nos ayudan a comprender la personalidad actual de ambos y los motivos de sus respectivos comportamientos. Por supuesto, también se da el clásico cliché existente en toda relación de aprender el uno de la otra y viceversa.

Respecto al trabajo de dirección decir que no tiene ningún misterio. Estamos ante una realización sencilla en la que Gene Stupnitsky deja que los protagonistas sean los actores. Y estos se dedican a pasarlo bien recitando sus diálogos o improvisando para las risas. Precisamente de ellos paso a hablar en los siguientes párrafos…

La gran protagonista es Jennifer Lawrence como Maddie, una joven treintañera que trabaja como conductora de Uber y que acaba de perder su medio de vida: su coche. Por si fuera poco, en el horizonte tiene una amenaza de embargo contra su casa por impago de impuestos. Ante esta dramática situación económica decide presentarse a la insólita oferta de los Becker… Sin duda, Jennifer Lawrence es la gran baza de ‘Sin malos rollos’, tanto que también se ha reservado crédito como productora. Verla en su esplendor físico actuando como una depredadora capaz de comerse crudo a su ingenuo compañero ya te vale el precio de la entrada. Además, el director le prepara varias secuencias y diálogos picantes para que la actriz se luzca totalmente. Si eres fan de la Lawrence debes ver esta película porque ella lo da todo para las risas y el sexo…

Y acompañando a Jennifer Lawrence tenemos a Andrew Barth Feldman como Percy, un chico “infollable” al que le cuesta socializar y que vive casi permanentemente encerrado en su habitación jugando a videojuegos. Su vida se pondrá patas arriba cuando en ella irrumpa Maddie dispuesta a todo… En este caso, estamos ante el papel más importante de Feldman en cines. De hecho, es su debut en la gran pantalla después de intervenir con más o menos minutos en dos producciones de Netflix. Su rol de “panoli de cojones” lo cumple a la perfección. Además le da un toque muy ingenuo que hace que el chico nos caiga bien, no siendo el típico bobo y/o atolondrado de esta clase de “comedias virginales”.

Por último, y entre los secundarios, destacan dos parejas. La primera está formada por Matthew Broderick y Laura Benanti como los padres de Percy (Lair y Allison Becker). La interpretación de ambos no pasa de ser un meme totalmente intencionado. Ojo con el irreconocible aspecto de Broderick con peluca falsa y todo… Y la segunda pareja la forman Scott MacArthur y Natalie Morales (Jim y Sara). Su rol es el de apoyo a Maddie como una pareja amiga de ella: Jim es más divertido o provoca más risas mientras que Sara es más seria y realista. Ella es la que manda en el “matrimonio”.

“No voy a follar con alguien a quién no conozco” (Percy)

En conclusión.
Termino esta crítica de Sin malos rollos, una divertida propuesta donde es ella la que tiene como objetivo acabar con la virginidad de él. Recomendada para todos aquellos que estén cansados de la censura actual y quieran acercarse a una comedia desvergonzada. Por supuesto que los fans de Jennifer Lawrence tampoco se la pueden perder.

Tráiler de Sin malos rollos

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