Pig
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Nos llega esta nueva película de Nicolas Cage en la que esta vez huye del disparate de sus últimas producciones. Ahora toca centrarse en el realismo y en el drama de un hombre que decidió dejarlo todo atrás y al que le toca volver a lidiar con sus fantasmas personales. Llegó el momento de adentrarnos en el mundo de ‘Pig’.

“¡Busco a mi cerda!” (Robin)

Crítica de Pig

Michael Sarnoski es un nuevo talento que se presenta ante el gran público después de haber dirigido tres cortometrajes y algunos capítulos de las series ‘Olympia’ y ‘Fight Night Legacy’. Así pues, ‘Pig’ es su primer largometraje, su ópera prima. Y tanto ha llamado la atención con este trabajo que ya ha sido elegido como director de ‘Un lugar tranquilo 3’, tomando así el relevo de John Krasinski. El propio Nicolas Cage apostó personalmente por Sarnoski produciendo ‘Pig’ a través de su compañía, Saturn Films.

La dirección de Sarnoski en este debut es una dirección totalmente “contemplativa y lenta”. El novato realizador se centra en las postales de los entornos naturales y urbanos colocando a un devastado Nicolas Cage como centro de toda la atención. De hecho, el film se rodó en los bosques de Oregón y en la ciudad de Portland. De la zona boscosa llaman la atención sus interminables árboles. Por su parte, en Portland visitaremos restaurantes y residencias exclusivas, pero también submundos subterráneos y sucios. Seguramente sea esta exposición de los diferentes entornos lo que llamó la atención de Krasinski para fichar a Sarnoski de cara a la ya citada tercera parte deUn lugar tranquilo’. Recordemos que en esta franquicia la descripción de ambientes también es muy importante.

La trama es obra de Vanessa Block y del propio Michael Sarnoski. Para ambos es su primer libreto para cines. En principio, la historia se presenta como algo sencillo y muy propio de los disparates que viene protagonizando Nic Cage en los últimos tiempos. Tomen nota: A un tipo huraño le secuestran a su mascota, una cerdita. ¡Imagínense la que podría haber armado el amiguete Cage con semejante material!

Sin embargo, el planteamiento huye totalmente del divertimento para llevarnos hacia terrenos dramáticos y misteriosos. Dramáticos por todo lo que significa para un hombre perder al único ser vivo que aprecia y reencontrarse con un pasado intencionadamente olvidado. Y misteriosos por saber quién es este hombre y cuál fue su vida anterior en la ciudad, quién secuestró a su cerdita y cuáles son las motivaciones del secuestrador. Todos estos interrogantes serán desvelados en la ciudad de Portland, siendo la gastronomía un plato fundamental. No en vano, Rob y su cerda buscaban trufas…

Siguiendo con el libreto, y sin entrar en spoilers, decir que la película está dividida, innecesariamente, en tres partes. Recalco que es innecesario estructurar el film de esta forma porque la narración básicamente es lineal siguiendo los avatares por los que pasan Nicolas Cage y Alex Wolff como pareja protagonista. Omito los títulos de cada parte para no dar pistas al posible espectador de por dónde van a ir los derroteros del film…

En cuanto al reparto, el gran protagonista es un inagotable Nicolas Cage que sigue “alimentando” su filmografía con todo tipo de títulos y personajes. En este caso toca ver la parte más seria del actor entregado totalmente a Rob, un ser humano totalmente derruido. Hablamos de un hombre que vive solitariamente en los bosques de Oregón apartado voluntariamente de toda civilización y con la sola compañía de su cerdita. Una cerdita que le ayuda en su labor de buscador de trufas. Trufas que luego intercambia por diferentes alimentos y enseres para su humilde cabaña.

La performance de Cage es la de un total vagabundo. El actor aparece en pantalla sucio y roñoso, con greñas y barba de meses, y tan pasado de peso que parece un oso de los bosques. En definitiva, Cage nos ofrece una interpretación dramática de un protagonista huraño, ermitaño, melancólico y que apenas abre la boca. En este sentido, cuando Cage habla apenas se le ven los labios por la barba y su voz parece salir de sus entrañas. Tan devastadora, y abandonada, es esta actuación que el propio Nicolas Cage no pudo terminar de ver el film sintiéndose totalmente desnudo ante el público.

Por otro lado, y como coprotagonista, tenemos a Alex Wolff que encarna a Amir, un joven con un alto poder adquisitivo que es el único con quién Rob hace tratos. La interpretación del joven actor es todo lo contraria a la de Cage. Si Cage representa a un tipo huraño y sucio… Wolff representa a un joven hablador y limpio. Esta “incompatibilidad de caracteres” (que diría Sabina) es la salsa de la propuesta dando vida al film y a la relación entre los protagonistas. Del resto del elenco poco o nada se puede decir porque encarnan a personajes que van entrando y saliendo para dar determinada información y completar la trama.

“Ahora no vales nada. Ya ni siquiera existes”

En conclusión.
Termino esta crítica de Pig, una película que ni mucho menos es para ver con un bol de palomitas al lado. Su lentitud y carácter contemplativo no creo que sean del agrado de todo el público. A su favor cuenta con una gran actuación de Nicolas Cage y con el hecho de ahondar en la personalidad, misterios y motivaciones de su personaje.

Tráiler de Pig

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