Martyrs
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Para su segunda película, como director y guionista, Pascal Laugier decidió soltarse el pelo y dar al público una historia que le afectase para bien o para mal. ¡Y vaya si lo consiguió! Llegó el momento de volver a bajar las escaleras y prepararnos para sufrir al lado de Anna y Lucie en ‘Martyrs’.

“¿Sabes lo qué hicieron tus padres?” (Lucie)

Crítica de Martyrs

En el año 2004, Pascal Laugier debutaba en la dirección y en el guión con ‘El internado’. Según el propio director y guionista francés, en ese debut se guardó mucho y estuvo contenido. Por consiguiente, para su segunda película decidió soltarse completamente y darlo todo demostrando que: “tenía agallas para ir más allá”. Aunque todo esto significara que no pudiera volver a situarse nunca más detrás de las cámaras. Y así fue como, 4 años después, estrenó en cines ‘Martyrs’ (Mártires), un film con una dirección absolutamente visceral en la que Laugier no se anduvo con chiquitas.

Lo anterior queda ratificado con una película en la que no hay miedo a mostrar nada, sino todo lo contrario. En pantalla la sangre, el maltrato, el gore, la tortura y la violencia malsana alcanzan niveles difícilmente soportables para un espectador que tenga un mínimo de sensibilidad y coraje. Laugier quería provocar al público. Quería que los espectadores reaccionaran de un modo u otro ante lo que estaban viendo. En mi caso, debo decir que lo consiguió totalmente. Más de una y de dos veces me dieron ganas de dejar mi posición de voyeur y adentrarme en la propia película para tomar cartas en el asunto. Lamentablemente esto último es imposible… y sólo pude seguir sufriendo junto a las protagonistas.

La trama de ‘Martyrs’ parte de algo tan básico y trillado como la venganza. Pero esto es sólo un punto de partida para llevarnos, posteriormente, a submundos inimaginables. Lugares donde el horror y el terror humano alcanzan su máxima expresión ligados a un cierto elemento religioso y/o sobrenatural. De entrada, Laugier nos va suministrando la información con cuentagotas. Tan sólo vemos a una joven que ataca brutalmente a una familia acomodada. Pero, poco a poco, nos vamos dando cuenta que ese ataque es por venganza. Ahora bien, ¿Qué daño pudo sufrir la joven protagonista para vengarse de forma tan tremebunda? Esa pregunta pasa a ser contestada en la “segunda parte” del film que dura unos 40 minutos. Ese segundo tramo da un horripilante giro que nos adentra totalmente en el subgénero conocido como “torture-porn”.

Toda la violencia y sangre que habíamos visto hasta llegar al instante comentado se quedarán cortas. A partir de ese momento, la película entra en una espiral de tortura física y mental que nos recuerda que hay un destino peor que la muerte. El sufrimiento y el agotamiento se hacen dueños del espectador. El público pasa a asistir impotente a un calvario similar al expuesto por Mel Gibson enLa pasión de Cristo (2004). Y la mención al film de Gibson no es gratuita porque, al margen del gore, en ‘Martyrs’ el elemento religioso es más importante de lo que parece. De hecho, el propio título así lo indica y al final termina siendo la clave principal de toda la trama. Ojo a la frase “Un mártir es un ser excepcional…”.

A nivel de dirección, y para conseguir un alto grado de credibilidad y realismo, la técnica que empleó Laugier fue la improvisación y “el rodaje en directo”. El director y guionista tan sólo daba unas mínimas instrucciones a las actrices antes de empezar a grabar. Tampoco los cámaras sabían realmente todo lo que se iba filmar. Por consiguiente, el posterior proceso de edición fue tremendamente largo y complicado. Pero, finalmente, Pascal Laugier consiguió su mejor film hasta el día de hoy. Un film que actualmente se sigue reivindicando y que, de algún modo, también sirvió para recordar las tremebundas historias de Dario Argento. De hecho, en los créditos finales hay una dedicatoria para el cineasta italiano.

Al hilo de ese realismo comentando, también cuenta mucho toda la labor de efectos especiales obra de Benoît Lestang. Su trabajo solo cabe calificarlo de excelente. En pantalla veremos ejecuciones brutales con una escopeta de dos cartuchos, sangre “decorando” las blancas paredes, amputaciones, degollamientos, navajazos,… Todo esto, más alguna que otra deforme criatura despojada de su humanidad, luce a un nivel superior y contrasta con lo impoluto del escenario. Un nivel en el que el realismo alcanza sus cotas más altas gracias al trabajo de prótesis, maquillaje, pieles falsas y demás elementos y técnicas de Lestang. Tan es así que el fallecido técnico y maquillador llegó a calificar ‘Martyrs’ como su mejor trabajo.

En el reparto hay que resaltar que la película tan sólo presenta dos actrices principales. El resto son secundarios que van apareciendo para cumplir un propósito según avanza el metraje. Entre estos últimos destacan las apariciones de Xavier Dolan y Catherine Bégin. El primero como el hijo mayor de la familia asaltada. Y la segunda en una inquietante y fanatizada performance que usa la amabilidad como puerta de entrada a lugares, físicos y mentales, abominables.

Pasando a las protagonistas, en primer lugar tenemos a Mylène Jampanoï como Lucie. La actriz francesa lleva a cabo una interpretación apoyada en dos caras: la primera resulta implacable y la segunda alucinada. Mylène acribilla y pulveriza a la supuesta familia agresora sin ningún tipo de perdón ni compasión… y esto puede ser un indicativo de lo muchísimo que tiene por vengar. Sin embargo, y por otro lado, cuando recuerda su pasado de sufrimiento las “alucinaciones” la convierten en una presa débil, asustadiza y vulnerable. Sin ninguna duda, gran trabajo de Mylène.

Y lo mismo puedo decir de Morjana Alaoui como Anna. Incluso puedo aumentar la apuesta y afirmar que está mejor. Y esto puede deberse a que su personaje nos empatiza más. Su Anna se muestra como una joven compasiva y enamorada de Lucie. Además, en la parte final, borda su sufrimiento con increíbles escenas de ataques de histeria y desesperación soportando un sinfín de atrocidades… Quizás, y como digo, es por esto que nuestro corazón está más con ella que con Lucie. En cualquier caso, ambas actrices despliegan un nivel top, sobre todo desde un punto de vista de expresión corporal.

“Lucie no va a contar lo que vivió” (Médico)

En conclusión.
Concluyo esta crítica de Martyrs, una película hecha no para divertir ni entretener… sino para sufrir al lado de las protagonistas. El espectador que decida verla deberá hacerlo asumiendo lo que acabo de decir. Acercarse a ella con otras intenciones no sería correcto ni acertado. Pascal Laugier nos golpea de manera dantesca con el tormento de Anna y Lucie en un film difícilmente olvidable que nos recuerda que la locura, el miedo a la muerte y el fanatismo pueden llevar al hombre a convertirse en el mayor de los monstruos para con sus semejantes.

Tráiler de Martyrs

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