La noche del cazador
Comparte con tus amigos










Enviar

“Desconfiad de los falsos profetas que se cubren con pieles de cordero pero que en su interior son fieros como lobos. Por sus frutos los conoceréis. Un árbol bueno no puede dar malos frutos, igual que un árbol malo no puede dar buenos frutos. Recordad que por sus frutos los reconoceréis”. Bienvenidos a… ‘La noche del cazador’.

“¿Conoce usted la historia de la mano derecha y la mano izquierda?” (Harry Powell)

Crítica de La noche del cazador

Por mucho que cueste creerlo, en el momento de su estreno, ‘La noche del cazador’ fue un fracaso de taquilla y un film altamente incomprendido. Con el tiempo se convertiría en el clásico que es hoy y, además, en una de las creaciones más recordadas de Robert Mitchum como intérprete. Sin duda alguna, su Harry Powell es uno de los grandes mitos de la historia del cine con un Mitchum en casi todos los planos y pasando por todos los estados interpretativos posibles.

Harry Powell es un personaje lleno de capas que se van cayendo según avanza el film. Un sujeto que termina revelado como alguien mucho menos peligroso de lo que pudiera parecer por su imponente presencia física. El predicador Powell recorre la América más pobre y desolada, aquellos pueblos en los que parece que se detuvo el tiempo. Por el camino ajusticia a viudas, alegres bailarinas, mujeres de mala vida, jóvenes a las que se les despiertan los instintos… Ellas, y muchas más, acaban pasando por su hoja: la navaja que lleva en su bolsillo y saca a pasear cuando toca “hacer justicia”.

La dirección del film corrió a cargo de otro prestigioso actor de cine y teatro, Charles Laughton, en su primera y única película tras las cámaras. El severo fracaso del film hundió a Laughton en una profunda depresión. Finalmente moriría en 1962, sin saber aún el clásico en el que se convertiría su película. Paul Gregory fue el productor y máximo responsable de que la cinta, una adaptación de la novela homónima sureña obra de Davis Grubb, viera la luz.

Probablemente, Laughton entregó un film demasiado arriesgado e incomprendido para una época en donde el público todavía no estaba preparado para ello. Todo con un ambiente derruido deudor del cine de la gran depresión y con momentos genuinos de gran cine. El tiempo, como suele suceder, la ha puesto en su sitio. Actualmente es vista como un largometraje que merece estar entre las mejores de su década y de visionado obligatorio.

Por otro lado, hay que destacar que Gregory fue quien rescató a Laughton del ostracismo en el que estaba sumido en films de baja estofa. Primero financiándole una serie de giras de teatro y luego uniéndose a él para levantar esta producción. United Artist fue quien puso el dinero y Gregory y Laughton el talento. Robert Mitchum llegó al proyecto de forma independiente. Fueron Gregory y Laughton quienes pensaron en Bob para el papel de Harry Powell. Si bien el interés de Laurence Olivier por el personaje les hizo dudar, no tardaron mucho en volver a Mitchum cuando la UA les dejó claro que no le interesaba el proyecto sí Olivier estaba en él.

Inicialmente ‘La noche del cazador’ contó con un exiguo presupuesto de algo más de 580.000 $ y necesitó de una inyección extra de 300.000 $ para finalizar su rodaje. Un rodaje filmado fundamentalmente en estudio, salvo la parte en donde los dos niños bajan el río huyendo del “mal”. Para la fotografía, intencionadamente ajada y con un estilo de cine mudo a lo D.W. Griffith, Laughton contó con un viejo conocido suyo, Stanley Cortez. Entre ambos idearon el juego de luces, siluetas y el estilo de cuento de hadas macabro.

El film dejó muchas secuencias para el recuerdo. Atención al plano que lo abre con el personaje de Lillian Gish y un grupo de niños apareciendo como cabezas flotantes bajo un cielo estrellado. Además, y para la historia, quedaron otras escenas como aquella en donde Powell (iluminado como si estuviera en una capilla) alza su mano antes de sacar la navaja de su bolsillo para cortarle el cuello a un personaje… o también aquel plano donde el niño John (Billy Chapin) cuenta a su hermana Pearl (Sally Jane Bruce) una historia de miedo y acaba viéndose reflejada una imponente sombra en la pared de su cuarto…

Finalmente, imposible obviar una de las escenas más recordadas de la película. Me refiero a aquella en donde un personaje descubre el cadáver de una mujer en un coche bajo el agua. Allí, inmóvil y con el cinturón puesto, las algas y su pelo ondean al ritmo de la marea… Ese momento, espeluznante y realista, se consiguió con un réplica de cera de de la actriz y filmándola en un tanque de agua alquilado para la ocasión.

El rodaje, contando con Robert Mitchum en su reparto, no “decepcionó”. Con un hombre como él las anécdotas siempre estaban aseguradas. Lee Server en la biografía de Mitchum (de lectura obligatoria para todo cinéfilo que se precie) relata algunas de ellas. Eso sí, a pesar de la fama de rebelde de Mitchum, cabe decir que se comportó durante la mayor parte de la filmación. Por ejemplo, fue él quien dirigió las escenas que tenía en conjunto con los niños. Mitchum “sólo” protagonizó un sonado incidente cuando se presentó visiblemente borracho para rodar una de sus escenas con Shelley Winters, a quien ni él ni Laughton soportaban por sus ataques de “divismo”… Para ella fue el rol de Willa Harper, la viuda y madre de los pequeños.

La película no dejaría ningún premio ni para Laughton por su dirección (plena de interés y muy deudora del viejo Hollywood mudo y del joven Orson Welles) ni tampoco para Mitchum. Este último pudo ensayar aquí su pose de Max Cady para ‘El cabo del terror’, rodada seis años después bajo la dirección de J. Lee Thompson. Tampoco hubo menciones especiales para una recuperada Lillian Gish, que tiene su aparición en los últimos minutos como un genial personaje y una monumental pose mostrándose como el reverso de Powell.

“Los niños son firmes, saben aguantar solos”

En resumidas cuentas.
Finalizo esta crítica de La noche del cazador, un macabro cuento de hadas que mezcla el género del film noir (del que Mitchum era y siempre será un precursor) con el cine rural y el cartoon más caricaturesco. Al final “sólo” es el cuento de la abuela que repele el ataque de un lobo con piel de cordero…

Tráiler de La noche del cazador

Escucha nuestro podcast