La bruja
Nueva Inglaterra, 1630. Un granjero puritano inglés es repudiado y obligado a abandonar la colonia vecinal en compañía de su esposa y sus cinco hijos. Tras unas jornadas de viaje deciden establecerse a la entrada de un gran bosque donde construyen un nuevo hogar. Todo parece ir bien hasta que el hijo recién nacido desaparece misteriosamente. A partir de ese momento, y con algo maligno en el ambiente, la familia se irá resquebrajando. (Cineycine).
Estamos en Nueva Inglaterra en una época previa a “los juicios de las brujas de Salem” de 1692. En ese tiempo reinaba el temor a Dios y al pecado. Además, las convicciones religiosas eran llevadas a la histeria colectiva provocando que cualquier mujer pudiera ser acusada de ser… ‘La bruja’.
“Confieso que vivo en el pecado” (Thomasin)
Crítica de La bruja
Para evitar posibles “decepciones” es muy importante empezar destacando que ‘La bruja’ no es una película de terror al uso con todo lo que ello supone. En este sentido, más que un film de género, diría que esta película es (ante todo) un drama psicológico rural y familiar. Un drama con algunos tintes terroríficos y alguna que otra imagen desasosegadora y/o desagradable. Ahora bien, la típica “parafernalia” terrorífica (monstruos, espíritus, sobresaltos y demás) no la vais a encontrar aquí. Si veis esta película con esas expectativas la decepción puede ser mayúscula. Tema distinto es cómo se haya vendido este film o las ideas preconcebidas que uno pueda tener…
Del guión y la dirección se ocupa el debutante en la gran pantalla Robert Eggers. Su libreto está muy bien elaborado partiendo de aquella época de comienzos del siglo XVII en una Nueva Inglaterra plagada de fanatismo religioso y puritanismo. Este fanatismo, unido a pequeñas mentiras, al despertar de la adolescencia, a la locura, la fe y a algún que otro suceso inexplicable… es lo que lleva a la caída en desgracia del particular y personal microcosmos de la familia protagonista. Y es aquí, en lo psicológico, donde ‘La bruja’ busca su “miedo”.
A la dirección de Eggers hay que agradecerle su acertadísima decisión de filmar la película en un entorno totalmente natural. Tan es así que Eggers y su equipo recrearon una granja de la época en una zona boscosa del norte de Ontario (Canadá). El resultado es espectacular porque dota al film de un gran realismo que no se “compra” con pantallas verdes y demás. Por otro lado, a su dirección cabría “reprocharle” que, a la hora de la verdad (y salvo alguna que otra escena), sólo se acerque al terror por medio de imágenes sugeridas (un conejo, un cuervo, un carnero) privando al público casual de un mayor horror visual que, sin duda, merecía y esperaba.
Es obligado destacar también en esta review el sonido del film y la banda sonora obra de Mark Korven. Las composiciones de Korven confieren a la película una muy marcada personalidad y una fuerza increíble. Esto lo consigue gracias al uso que el compositor hace de diferentes y exóticos instrumentos de cuerda.
“Necesitamos luz en nuestras tinieblas”… It´s a Sin.
El conocido intérprete inglés Ralph Ineson interpreta con gran acierto y personalidad a William. William es el padre de familia que hace frente al tribunal de los puritanos condenándose junto a sus seres queridos al exilio. Su voz ronca y cavernosa lo convierten en ideal para este rol de agricultor rudo y extremadamente religioso.
A su lado brilla muchísimo la joven Anya Taylor-Joy como Thomasin, la hija mayor. Thomasin es una chica que ya está despertando a la adolescencia y comienza a dudar y a separarse del modo de vida y creencias de sus padres. Destacar que este fue el primer largometraje para Anya y su interpretación es de muchísima calidad. Resaltar que Anya nació en Miami, creció en Argentina y actualmente vive en Londres. Su idioma materno es el español aunque es totalmente bilingüe.
El resto de la familia está formada por Kate Dickie, Harvey Scrimshaw, Ellie Grainger y Lucas Dawson. Kate Dickie también realiza una destacada interpretación como la esposa y madre Katherine, una mujer que al perder a su bebé entra en depresión al tiempo que su confianza en Thomasin merma. Harvey Scrimshaw interpreta muy bien a Caleb, el hermano que está más próximo en edad a Thomasin y a la que empieza a echarle miradas indiscretas. Finalmente, los pequeños Ellie Grainger y Lucas Dawson cumplen notablemente su labor al entregar a unos mellizos muy repelentes. Unos nenes que lo único que hacen es crear mal ambiente, especialmente contra Thomasin.
“No salgas de la granja ni vayas nunca al bosque” (Katherine)
En conclusión.
Concluyo esta crítica de La bruja, una película francamente bien interpretada que además cuenta con una logradísima ambientación y luces naturales. Ahora bien, a la hora de jugar en el terreno del “horror puro y duro” no termina de encontrar su hueco porque sus bazas no parece que sean precisamente esas. Con menos “insinuaciones” y un horror más físico y explícito estoy convencido que esta cinta habría sido una verdadera bruja en todos los aspectos y no sólo en algunos. De hecho, sus minutos finales así lo demuestran.
Tráiler de La bruja
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