Infierno blanco
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Tras ‘El equipo A’ (2010), Joe Carnahan volvió a trabajar con Liam Neeson en esta épica película en la que siete hombres se verán envueltos en una lucha contra la Naturaleza y contra una manada de lobos rabiosos. Aquí la especie en vías de extinción es el hombre. Hoy hablamos de… ‘Infierno blanco’.

“De nuevo en batalla. La última gran pelea de mi vida. Vivir y morir en el día de hoy. Vivir y morir en el día de hoy” (John Ottway)

Crítica de Infierno blanco

Joe Carnahan regresó a la dirección después de presentarnos a El equipo A(2010) en cines. Así fue como, al año siguiente, se adentró en el ‘Infierno blanco’. Aquí tenemos una muy notable película de aventuras épicas en la que no podía faltar alguna que otra referencia al film ‘¡Viven!‘ (Frank Marshall, 1993). Una aventura en la que un grupo de hombres tendrán como enemigos a la Naturaleza y a unos lobos rabiosos que quieren expulsarlos de su territorio. Con estos elementos, Carnahan «construye» una entretenida cinta que mantiene la tensión durante todo el metraje. Se añaden además unos conseguidos e inesperados sobresaltos que provocan más de un saltito en el respetable.

La ambientación en plena Naturaleza está muy lograda. En este aspecto el film cuenta con un diseño de producción muy bueno. A esta parte técnica se le añaden unos personajes que están lo suficientemente bien tratados para que empaticemos con ellos y nos importe su destino. Unos personajes que se presentan tal cual serían en realidad, sin adornos ni florituras. De esta forma, los podremos ver como auténticos trabajadores en el culo del mundo: sin afeitar, sucios y mal hablados. Nada de concesiones en busca de una calificación menor que permitiera vender más entradas. Aplaudo por ello.

Destacar que Carnahan sintió brotar su interés por esta película al leer un relato del escritor Ian Mackenzie Jeffers titulado ‘Ghost Walkers’. Este relato trataba de unos trabajadores de una refinería perseguidos por una manada de lobos salvajes tras un accidente de avión. Así pues, toda la película queda configurada como una huida en busca de ayuda o de un refugio que parece inalcanzable. Una auténtica odisea por terreno nevado. Una odisea de hombres enfrentados a la Naturaleza y a un enemigo invisible que amenaza con liquidarlos antes de que lo hagan las adversas condiciones climatológicas.

Un enemigo que, como digo, se muestra tan invisible como aquel terrible xenomorfo de Alien, el 8º pasajero(Ridley Scott, 1979). Sin embargo, cuando aparece en pantalla, se exhibe en todo su poderoso esplendor con esos tremendos lobos de ojos brillantes, sucios y sedientos de sangre. Unos lobos para los que estos hombres son un enemigo que ha invadido su territorio y que por ello deben morir. Excelentes criaturas con mención especial al poderoso macho alfa y al tremendo primer plano que Carnahan le dedica con un reguero de baba cayendo de su hocico.

Al respecto de los lobos que aparecen en la película, decir que estos se dividieron en dos grupos: animatrónicos y reales. De los primeros se ocupó el mago de los efectos especiales Greg Nicotero, que actuó de supervisor de criaturas con KNB Effects creando toda una serie de “marionetas lupinas” en el taller de efectos especiales. De los lobos reales, y de su supervisión, se ocupó Gerry Thierien de ‘Action Animals’.

La película cuenta con un notable guión repleto de momentos y frases para el recuerdo. Por ejemplo, cuando Ottway asiste a un moribundo, ese otro en el que los lobos hacen acto de presencia rodeando al grupo, o el instante de las maldiciones. En definitiva, con este film asistimos a una lucha salvaje de especies con la Naturaleza como juez y parte. Una lucha en la que los hombres intentan conservar su fe y su “civilización” para luchar contra lo que parece su trágico destino. Una aventura de esas de hazañas increíbles que nos gustaba leer en nuestra niñez. Y una aventura descarnada que no hace guiños de cara a la galería. La realidad es dura y no es un cuento de hadas. Esto es lo que hay y lo que hay es el “infierno blanco”. Sobrevivir es sólo el principio y aquí no sirve de nada hacerse el duro…

“Un trabajo en el film del mundo” es lo que tiene en esta cinta ese excelente actor que es Liam Neeson. Aquí da vida a John Ottway, un hombre atormentado por sus recuerdos y al borde del abismo. Todo hasta que un terrible accidente de avión le hace sacar lo mejor de sí mismo para liderar a un grupo anárquico de hombres perdidos a su suerte. Neeson se pone la película a las espaldas en un verdaderotour de force, se hace con el mando de la función y logra llevar el film a muy buen puerto. El actor nacido en Irlanda del Norte es de la “factoría total”, es decir, es de esos actores que valen para casi cualquier tipo de película porque jamás desentonan. Lo mismo te hace un drama, una de acción o una cinta histórica. Y, además, es de esos intérpretes que mejoran con el paso de los años y que van a brillar si o si, ya sea de principal o de secundario.

El buen hacer de Neeson está acompañado de la estimable ayuda de otros seis actores no tan conocidos para el gran público, pero que aquí consiguen muy buenos papeles. Me refiero a: Dallas Roberts, Frank Grillo, Dermot Mulroney, Nonso Anozie, Joe Anderson y James Badge Dale. Todos estos intérpretes (incluido Neeson) soportaron extremas condiciones ambientales. Y es que al lugar de rodaje en Smithers (Vancouver, Columbia Británica) sólo se podía acceder con tractores de nieve o motonieves. Como si fueran un grupo de supervivientes reales, los actores se refugiaban en palas de tractor y cajas de transporte para calentarse. Ni qué decir tiene que entre ellos surgió una gran camaradería.

“Hay sangre y muerte en el aire. Lo huelen” (John Ottway)

En conclusión.
Concluyo esta crítica de Infierno blanco, un muy notable film de aventuras épicas con el hombre enfrentado a las bestias y a la propia Naturaleza. Imprescindible no sólo para seguidores de Liam Neeson, sino también para todos aquellos amantes de las películas con tremendas odiseas naturales. Remata la película, para bien, sus grandes momentos y sus frases para el recuerdo.

AVISO: No dejen de ver la cinta hasta que no pasen todos los títulos de crédito. Al final de los mismos, Joe Carnahan ha insertado una brevísima escena final.

Tráiler de Infierno blanco

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