Eva
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‘Eva’ es una de las películas que dio que hablar en pasadas ediciones del Festival de Sitges. Dirigida por Kike Maíllo, nos ofrece una misteriosa historia de amor con tintes futuristas. Toda una apuesta del cine español que creemos no debe pasar por alto cualquier buen aficionado a la ciencia-ficción.

“¿Qué ves cuando cierras los ojos?”

Crítica de Eva

Cuando mis amigos vinieron de Sitges tras haber visto  ‘Eva’, lo primero que me dijeron es «no parece española». Puede parecer una expresión banal o carente de sentido, pero refleja en gran medida lo que opina el gran público del cine patrio. Hombre, como nunca me cansaré de repetir, en este país se hace buen cine y mal cine. Vamos, como en todos los lados. Pero ahora que he visto la película entiendo perfectamente a qué se referían exactamente. Y es que tras esta ópera prima de Kike Maíllo encontramos una de esas películas de ciencia ficción que no debería dejar indiferente a nadie.

Kike Maíllo contaba en su haber, hasta ese momento, con unos pocos cortometrajes y algunos anuncios. Ante tan escueto currículo es normal que desconfiáramos, pero si algo nos ha enseñado el cine es que la experiencia tras las cámaras no lo es todo. Y las cosas como son, Maíllo consigue sacar adelante esta película, que más que artificio visual nos ofrece un retrato intimista de las relaciones humanas y del papel que un robot puede jugar en ellas. Es un film sencillo, sin grandes pretensiones y que juega más con la creatividad que con el impacto visual al que nos tiene acostumbrados la industria del cine. Pero la verdad es que se hubiera beneficiado de un trabajo de planos y un montaje mejores.

Dicho esto, la película cae en un error considerable, y es que desde un principio nos olemos perfectamente lo que hay tras la cortina, algo sumamente inapropiado si uno pretende mantener al espectador interesado en una trama como esta. Es un problema de guión, qué duda cabe, igual que lo es el poco interés que despierta la historia romántica que se nos relata a través del triángulo amoroso formado por Álex, David y Lana. Es quizás debido a la poca fuerza de esta parte de la trama que ciertos personajes demuestran no ser necesarios. No obstante, el guión no es nada malo, ofrece una historia de luces y sombras que mezcla con éxito el melodrama con el mensaje filosófico propio de una película de este tipo.

El reparto es bastante acertado, aunque tiene sus puntos flojos. Por un lado tenemos a Daniel Brühl en el papel del joven ingeniero que regresa a un pasado del que había huido. No es un tipo afable ni apegado a la familia, y demuestra tener una curiosa obsesión con crear vida artificial, como si de un doctor Frankenstein se tratara. Luego está Marta Etura que resuelve con solvencia pese a lo poco trabajado que está su personaje. También encontramos a un sorprendente Lluís Homar haciendo de robot mayordomo y a una Claudia Vega que para mi es lo más destacable del casting. El papel menos acertado es el de David, interpretado por un Alberto Ammann con demasiada frialdad, obviamente debido a lo poco profundo que es el personaje.

El aspecto visual es sorprendentemente bueno, con una depurada puesta en escena, y los CGI se implementan en cada secuencia con mucha naturalidad. Tampoco cabe esperar nada que no hayamos visto antes, pero economiza con gran destreza los recursos con los que cuenta y se beneficia de una fotografía en tonos fríos muy apropiada. Y si bien no encontraremos una sociedad futurista saturada de elementos al estilo de otras producciones, la mesurada mezcla de gadgets consiguen ofrecer un futuro bastante creíble sin necesidad de gastar un pastón en excesos de todo tipo. En cualquier caso, si bien esto sirve para explicar por qué ‘Eva’ «no parece» una película española, lo más destacable es la hermosa historia que nos cuenta. Pese a sus defectos y carencias.

Conclusión.
Pese a los fallos que pueda tener (algunos apuntados en esta crítica de Eva), esta película es altamente recomendable para cualquier tipo de público. Es una de esas apuestas que hace el cine español de tanto en cuando, afortunadamente cada vez con mayor frecuencia. Un drama romántico donde los robots juegan un papel decisivo no es algo que se vea cada día, a fin de cuentas estamos ante un género que suele apostar más por el efectismo y la acción. Creo que darle una oportunidad es darnos una oportunidad también a nosotros mismos. La oportunidad de descubrir que el cine español también es capaz de sorprender y mantenernos pegados a la butaca.

Tráiler de Eva

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