El último exorcismo
Cotton Marcus es un carismático reverendo totalmente descreído que prepara con unos reporteros una filmación sobre el fraude de su trabajo diario. En pleno rodaje del documental recibe un sobre con una carta. La misiva solicita su auxilio para la realización de "un típico exorcismo" sobre una muchacha de 16 años llamada Nell Sweetzer. Marcus cree que esta es una buena oportunidad de sacar a la luz la farsa de los exorcismos e invita a los reporteros a acompañarle. Sin embargo, los acontecimientos se irán desbordando y nada saldrá como él esperaba. (Cineycine).
El peculiar y ya popular Eli Roth es uno de los productores de este film. Fiel a su estilo nos vende la película como si fuera «lo nunca visto». Atención a sus palabras: “Me mantuvo en ascuas de principio a fin”. Es hora saber si hay para tanto y de celebrar ‘El último exorcismo’. Recemos para que todo salga bien.
“Si crees en Dios… crees en los diablos” (Cotton Marcus)
Crítica de El último exorcismo
Entrando ya en materia hay que decir que esta es una curiosa e inquietante película filmada adoptando el estilo de falso documental. Ya sabéis, se va grabando la acción cómo si, en verdad, todo estuviera sucediendo al momento. En esta línea presenciaremos entrevistas y conoceremos el mundillo de los reverendos con su charlatanería y sus trucos de feria. Por supuesto también veremos el supuesto exorcismo y lo que sucederá durante el mismo. Todo esto gracias a los «ojos» del cámara que acompaña a la reportera y al reverendo. Cámara que no dejará de grabar ni cuando las cosas se pongan verdaderamente feas para todos.
En relación a lo anterior, es obligatorio citar el documental ‘Marjoe’ de los años 70. Hablamos de un trabajo que recogía la historia real de Marjoe Gortner, un evangelista sureño especializado en estafar a los «creyentes». Este film fue el punto de partida que los guionistas, Huck Botko y Andrew Gurland, tomaron como referente para escribir el guión de ‘El último exorcismo’. Resaltar también que en Estados Unidos, en el campo evangélico, existen populares pastores como Bob Larson apodado “el Auténtico Exorcista” y Tom Brown en El Paso. Ambos han venido ejerciendo labores de consultores o realizan ellos mismos cientos de exorcismos al año.
Sobre lo tremebundo que pueda parecer toda la promoción del film conviene advertir que tampoco es para tanto. Pese a la espectacular, tétrica y terrorífica campaña de marketing, el film no abusa para nada de efectos especiales, maquillaje, ambientes demoníacos ni tampoco otras historias que hayamos podido ver en otros films míticos como ‘El exorcista’ (William Friedkin, 1973). Es muy importante dejar constancia de esto. Y es importante porque varios espectadores se pueden sentar a ver ‘El último exorcismo’ con la mente puesta en según que fotos y/o carteles y luego sentirse totalmente decepcionados.
Nuevamente, y esto ya parece una moda actual, estamos ante una película que trata de llevar a la pantalla grande como se supone que sería en realidad un exorcismo si nos dejarán entrar a verlo. La única diferencia con producciones de las mismas temáticas vistas recientemente es la perspectiva que tendremos de los sucesos. Unos sucesos contemplados a través del cámara que graba el reportaje.
Por otro lado, dos datos a tener en cuenta son el rodaje y el presupuesto. Sobre el primer punto decir que la película fue rodada en una granja de la Luisiana rural rodeada de caimanes, serpientes y otras alimañas. Y sobre el coste del film decir que apenas costó 1,8 millones de $ superando en la taquilla norteamericana los 40 millones de recaudación. Lógicamente, este último dato hizo que, tres años después, se estrenara una secuela.
En el reparto me gustaría destacar a Ashley Bell que da vida en pantalla a Nell Sweetzer. La actriz sabe dotar a su personaje de la inocencia de una chica de 16 años apartada de la sociedad moderna por su fanático padre. Además remata su actuación con unas contorsiones y escorzos verdaderamente increíbles cuando se le practica el exorcismo. Tan es así que llegué a pensar que algunas imágenes estarían “tratadas” por ordenador. No obstante, el equipo de producción dejó claro que no se empleó ningún tipo de infografía o efectos especiales. Así pues, Ashley Bell hizo realmente todo lo que se ve en pantalla. De hecho, Ashley estudió el tema y visionó grabaciones para saber lo que iba a tener que imitar. Como curiosidad decir que, si mal no recuerdo ahora, fue la única que repitió papel en la secuela.
También quisiera mencionar la actuación más que convincente de Patrick Fabian interpretando a Cotton Marcus. El actor construye un carismático reverendo al que le da geniales toques de humor en determinadas escenas. En este aspecto presten atención cuando prepara sus trucos para el exorcismo (es inevitable no reírse con alguno de ellos… sobre todo con el del crucifijo). Finalmente su personaje termina por caer en un increíble drama que le superará por completo. En el resto del cast apunten el nombre de Caleb Landry Jones como el hermano de Nell.
“¿Es una niña de 16 años o una psicópata de 16 años?” (Daniel)
En conclusión.
Termino esta crítica de El último exorcismo, una inquietante película al estilo ‘REC’ pero en pobre y documentando el oficio diario de un reverendo “arrepentido” y el exorcismo en el que se verá envuelto. Verla con la mente puesta en sus escalofriantes portadas de promoción o en grandes efectos especiales es un completo error. Un error que puede llevar a la decepción más total y absoluta y a pensar que uno ha sido vilmente estafado.
Tráiler de El último exorcismo
Escucha nuestro podcast