El intercambio
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En marzo de 1928, el pequeño Walter Collins desapareció sin rastro del domicilio de su madre, Christine Collins. Tristemente, esta desaparición tan sólo era la punta de un horrible iceberg. Esta es la historia de cómo una madre soltera luchó contra todo un sistema para encontrar a su pequeño. Esto es ‘El intercambio’.

“Tú no eres mi hijo” (Christine Collins)

Crítica de El intercambio

Este film está basado en el caso conocido como “los asesinatos del gallinero de Wineville”. Aun siendo duro lo que vemos en pantalla, lo cierto es que el suceso real fue todavía más horrible. En la película se omiten muchos aspectos relativos a Gordon Northcott (el monstruo) para centrarse en la figura de Christine Collins, la madre de una de las víctimas. Clint Eastwood nos consigue atrapar con su historia a través de un metraje de 141 minutos centrados más en el misterio y en el drama que en lo escabroso.

La historia fue guionizada por Joseph Michael Straczynski, el famoso creador de series y cómics. De hecho, este fue su primer libreto para cines. Straczynski lo elaboró a partir de la transcripción del juicio, a la que tuvo acceso durante su etapa de reportero en LA Times. Las páginas del libreto exponen muchos temas y todos con un acierto pleno sin dejar ningún cabo suelto. De entre todas las temáticas tratadas creo que hay tres fundamentales. Estas serían: la incompetencia y abuso policial, la indefensión de las mujeres a finales de los años 20 y el daño a los niños.

Las temáticas que acabo de citar están íntimamente relacionadas entre sí. Las dos primeras conectan a través del capitán Jones y Christine. Desde la escena de la estación, el policía se impone a la mujer a través de una relación de superioridad que irá a más. Así hasta derivar en un machismo fuera de lugar en un agente de la Ley que culmina dictando órdenes propias de la KGB. Lógicamente, esto provoca la indefensión de Christine. La pobre madre no sólo ha perdido a su hijo, sino que encima se ve incomprendida y sometida por aquellos que están llamados a servir y proteger. Además, esto enlazará con una serie de denuncias falsas contra las mujeres de la noche (Código 12).

Finalmente nos encontramos con el daño a los niños. Evidentemente este tema está presente en todo el metraje. No obstante, alcanza su punto más caliente con la aparición del monstruo humano al comienzo de la segunda hora. Atención a cómo, de manera sutil, se introduce este tema en medio de la vorágine de la comisaría. Todo al asignar un fácil caso de inmigración ilegal al agente Ybarra.

Todos los asuntos tratados en el guión de Straczynski se van desarrollando en muy diferentes escenarios. Aquí hay que destacar la labor de fotografía de Tom Stern, que individualiza cada uno de ellos con sus tonos, colores e iluminación. Algunos de estos lugares son: las calles, el manicomio, el rancho o los juzgados. Tan logrado está este aspecto que pareciera que vamos pasando de una película diferente a otra. Stern consiguió una muy merecida nominación al Oscar por su trabajo en la película.

Otros dos aspectos muy destacados son la música y la ambientación. La primera es obra del propio Clint Eastwood. Principalmente Clint entrega unas melodías suaves y delicadas con el uso constante del piano y otros instrumentos de cuerda y viento. La ambientación junto al vestuario, el arte y todo el atrezo son sensacionales. Además, se rodó en localizaciones reales que conservaban el espíritu de los años 20 (el propio Ayuntamiento de Los Angeles). Todo esto te mete por completo en la atmósfera de los años en los que transcurre el film (1928 a 1935). Ni que decir tiene que el departamento de arte de la película fue nominado al Oscar.

La gran protagonista es Angelina Jolie dando vida a Christine Collins. Angelina hace una gran y sentida labor huyendo de cualquier exageración. Algo que invitaba a ello dadas las circunstancias de su personaje. La actriz controla muy bien todos sus sentimientos y sabe estar a la altura en cada plano. Atención a sus minutos finales, tanto en la prisión como tras el cristal de la comisaría. Por otro lado, un aspecto que me gustaría destacar es lo delgada y pálida que aparece en la cinta. En esta ocasión, esa delgadez le atribuye una innegable fragilidad a su Christine, haciendo que nos impliquemos más con ella. Angelina recibió su segunda nominación al Oscar por este papel.

El segundo nombre en importancia del poster y del film es el de John Malkovich. En esta ocasión, Malkovich está totalmente controlado en su rol del reverendo Gustav, un cruzado contra la policía local. Este personaje, al igual que el de Angelina, invitaba a la sobreactuación… y esto tampoco sucede.

El resto del elenco está perfectamente escogido para los papeles que les tocan. Clint Eastwood es un gran director de actores y este film es una prueba más de ello. Así las cosas, Jeffrey Donovan acierta por completo en su papel del capitán Jones. Donovan recrea a un policía presuntuoso con un machismo y despotismos soterrados. Por su parte, Michael Kelly brilla salvando la cara de la policía en la película. Kelly interpreta al detective Ybarra, un agente que “simplemente” hace algo tan “complicado” como hacer lo correcto. Otro intérprete destacado es Jason Butler Harner en la piel de Gordon Northcott, el monstruo del film. A Harner le sucede lo mismo que a Angelina y Malkovich. Me refiero a que su personaje también daba para la sobreactuación. Sin embargo, el intérprete sabe dar justo lo que se le pide: patetismo y maldad.

El resto del casting queda para apariciones con más o menos minutos. Estos son los casos de Denis O’Hare, el doctor Steele, un matasanos en el sentido más literal. Amy Ryan irreconocible como Carol Dexter, una “mujer de la noche”. Colm Feore ofrece su porte como el Jefe Davis. Finalmente, Geoff Pierson tiene unas intervenciones plenas de autoridad y rectitud como el abogado S.S. Hahn. Pierson se hace notar en sus minutos en pantalla, sin duda.

“Yo no he empezado esta pelea, pero la voy a terminar” (Christine Collins)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de El intercambio, una nueva lección de Clint Eastwood tras las cámaras. Vista la película, queda claro que Clint prefiere no ahondar en lo escabroso y atraparnos con la intriga y lo dramático de la situación. Para ello se vale de un completo dominio del ritmo, una sensacional dirección de actores y una gran recreación de la época. En definitiva, otra de las cintas imprescindibles de la filmografía de Eastwood como director.

Tráiler de El intercambio

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