Celda 211
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En 2009 apareció en los cines españoles una película con una prisión como escenario principal y un trabajador de la misma como protagonista. Un funcionario de prisiones intentando sobrevivir como puede en ella tras un motín de los presos. Daniel Monzón presenta… ‘Celda 211’.

Crítica de Celda 211

‘Celda 211’ es una película dirigida por Daniel Monzón. La primera obra de este director fue ‘El corazón del guerrero’ (1999), una película que viajaba por la mente de un joven jugador de rol que no podía distinguir entre la realidad y la ficción. Tras esta optó por la comedia con El robo más grande jamás contado’ (2002). A continuación estrenó una película titulada la ‘Caja Kovak’ (2006) donde jugaba con la intriga y el terror psicológico. Finalmente trabajó para llevar a la gran pantalla la novela ‘Celda 211’ escrita por Francisco Pérez Gandul, con la que obtuvo el Premio Memorial Silverio Cañada por la mejor novela negra en español en 2005. El género carcelario no es que sea de los más llevados al cine en los últimos años, y más si hablamos del cine español. Aquí podríamos destacar ‘La fuga de Segovia’ dirigida por Imanol Uribe en 1981.

Visto lo anterior, estamos ante un director al que le gusta tocar diferentes temas y trasfondos. Un realizador que no se ha quedado encasillado en un mismo género, tocándolos todos y cada uno de ellos en el proceso. En la adaptación de esta novela recibió la ayuda de Jorge Guerricaechevarría, guionista con experiencia que había sido nominado en tres ocasiones a mejor guión original y mejor guión adaptado, ganándolo finalmente con esta película.

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El film comienza con algunas secuencias sobre los últimos momentos de Juan antes del incidente y las confesiones de sus nuevos compañeros de trabajo ante los acontecimientos que iban a ocurrir. Es un choque de mundos en el que el protagonista principal, Juan Oliver, se ve envuelto sin remedio. El personaje de Alberto Ammann tendrá que ver con sus propios ojos que ni la vida es tan bella como creía, ni que el destino le depara un final tan feliz como esperaba. La película se encarga de enseñarnos el viaje de Juan Oliver a los infiernos. Desde allí le tocará seguir cayendo más abajo aún.

La transformación de Juan se convierte en el eje principal de la película. Al lado de la misma, las diferentes tramas se van desarrollando poco a poco hasta el amargo final. Puede que esto no guste a todos los que vean la cinta, ya que el espectador suele esperar que el protagonista se recupere de cada obstáculo que se interponga en su camino. Pero, ¿Qué ocurre cuándo una desgracia tan grande te hace preguntarte cuál era el camino correcto? Porque a ese nivel juega este film, sin tocar en ningún momento los extremos que pueden ser el blanco o el negro. La historia camina siempre por las diferentes escalas de grises.

Por supuesto, MalaMadre también juega un rol importante en esta tragedia. Juan y él están en lados opuestos de la vida, pensamientos y acciones totalmente contrarias. Pero, en la vorágine destructiva en la que se ha convertido el motín, uno encontrará un lado oscuro del que nunca supo que existía, y el otro encontrará una humanidad que creía perdida. Así pues, hay varios frentes abiertos en la película. Por un lado tenemos a MalaMadre, amo y señor de la prisión desde que el motín tenga lugar, y sus enfrentamientos por seguir manteniendo la capitanía en la cárcel frente a otros reclusos. Por otro, la relación entre Juan Oliver y MalaMadre. Una relación que comienza con un gran miedo por parte del primero, pero que acaba con cierta conexión entre ambos. Y, por último, las reuniones entre los dos protagonistas con el exterior para negociar las peticiones carcelarias.

Los personajes.
Como punto de partida del film tenemos al protagonista, Juan Oliver, interpretado por Alberto Ammann en el que fue su primer papel en una película. Juan está feliz con su vida: va a comenzar a trabajar en calidad de funcionario de prisiones y está enamorado de su mujer embarazada, Elena (interpretada por Marta Etura). Parece que la vida le sonríe. Pero cuando el motín se desencadena y se queda encerrado allí su vida da un giro de 180º. Consigue salvar la vida al engañar a sus captores de que es otro preso más en la prisión… Aunque Alberto fuera bastante novel delante de la cámara se desenvuelve con soltura delante de ella. El actor nos brinda un personaje camaleónico frente al peligro que le rodea.

Luís Tosar es Malamadre, el antagonista y un peligroso recluso y asesino. Él es quien da inicio al motín y el que toma el liderazgo de los encarcelados en la prisión. Desconfía de todo y de todos, y se enfada constantemente si alguien toma la iniciativa sin su permiso. Astuto y observador, violento y fuerte, orgulloso,… pero aún con todas sus connotaciones negativas hay algo que le hace ser más ingenuo de lo que debería y, por tanto, más humano que el resto de reclusos… Tosar consigue dar mucha fuerza al personaje, tanto que se hace irremediablemente con la pantalla sin querer proponérselo.

Por el lado de los funcionarios de la cárcel tenemos a Utrilla, un policía de prisiones interpretado por Antonio Resines. Un error del personaje puede hacer que la trama de un vuelco de forma inesperada. Resines es el actor que más popularidad acumulaba hasta ese momento. No obstante, es el que menos importancia tiene en la trama. Artista con mucha experiencia tanto en la televisión como en el cine, el cántabro acumula premios y candidaturas en su historial. Completando el cuarteto protagonista tenemos a Apache, al que caracteriza el actor Carlos Bardem. Su personaje es un tipo calculador que tiene muchos contactos tanto dentro como fuera de la prisión. Lucha en la pugna por el liderazgo con Malamadre y desconfía de Juan Oliver. Completan el elenco: Marta Etura, Manuel Morón, Luis Zahera y Vicente Romero.

El escenario.
La película se centra casi exclusivamente en un único escenario: la prisión. Para su localización usaron la abandonada Prisión de Zamora, que consiguieron restaurar para su utilización en el film. Sus largos pasillos y las diminutas celdas hacen causar claustrofobia a aquellos que deambulan por su interior. El escenario da la sensación de agobio al protagonista. Juan Oliver se encuentra, inicialmente, en la celda 211, ubicada en uno de los peores bloques de toda la prisión.

Conclusiones finales.
Termino esta crítica de Celda 211, un film con una gran interpretación de sus protagonistas. A esto hay que sumarle una gran historia en forma de tragedia. Un auténtico drama carcelario convertido en una de las mejores películas del año 2009 y alabado tanto por el público como por la crítica. Ahí quedan para el recuerdo sus casi 13 millones de € de recaudación y los 8 premios Goya conseguidos:
«Mejor Película», «Mejor Director», «Mejor Actor Protagonista [Luis Tosar]», «Mejor actriz de reparto [Marta Etura]», «Mejor Actor Revelación [Alberto Ammann]», «Mejor Guión Adaptado», «Mejor Montaje» y «Mejor Sonido».

Tráiler de Celda 211

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