La piel que habito
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La vulnerabilidad, la identidad, la voluntad de sobrevivir, la esperanza en que un día las cosas cambiarán, la rebelión soterrada, la venganza y la psicopatía, son algunas de las cosas de las que se habla en esta película. Y podría haber sido una «sinfonía» de primera, si no fuera por el terrible desequilibrio que provocan la venganza y la psicopatía, convirtiendo todo aquello que no es horror, en algo de lo que uno se ríe. Pedro Almodóvar presenta ‘La piel que habito’.

“Acabo de barrer el mundo, le he quitado el polvo, le he perdonado las heridas, le he curado los pecados”. (Cees Notheboom. Hotel nómada).

La piel que habito

Crítica de La piel que habito.
‘La piel que habito’ es una película que enferma y que te revuelve el cuerpo y el alma. A mí me enfermó y me revolvió antes de terminar. Sin darte cuenta, se te va colando el horror debajo de la piel, hasta que llega a tus entrañas, y no te das cuenta hasta que ellas piden a gritos que pare. Que pare ese horror regalado en estética, buena música y brillantes actuaciones.

Tardas tiempo en digerirla, y para cuando lo haces, lo que queda de ella, son dos cosas: el recuerdo del horror, y el asombro que siempre te produce encontrar los rincones oscuros del alma humana. Te asombras por lo que ves, y te asombras de que alguien haya sido capaz de pensar en eso, que haya gente que pueda hacer eso. Y te entra la curiosidad por saber, por meterte en su piel, por tratar de entender a alguien capaz de hacer algo así a otro ser humano.
Y luego, te asombras también, porque frente a ese horror, hay otra persona que es capaz de soportarlo. Y no sólo de soportarlo, sino de sobrevivir. De no abandonar la esperanza, de ser capaz de esperar, y de ser capaz de ver la oportunidad cuando se le presenta.

Robert Ledgard

En este film de Almodóvar está muy presente la narración del horror, y mucho menos presente, la esperanza, la capacidad de sobrevivir. Una capacidad que se cuenta de tal manera, que el espectador se ríe. Y no sé si eso, constituye el mayor horror de la película. El poder haber contado una historia de esperanza, y haber contado, en su lugar, una historia de horror, que hace que el espectador se ría de la esperanza y de la voluntad de sobrevivir.

Yo no sé qué busca un director cuando hace este tipo de cine. Sé lo que busco yo cuando voy al cine. Y lo que encontré no me gustó. Me horrorizó. Siendo una película que podría generar reflexión, emociones, sentimientos, asombro por las actuaciones, concienciación y miles de cosas similares, al director se le va la mano y una única emoción, el horror, lo engulle todo.
La música preciosa, la fotografía estupenda, la estética impecable, las actuaciones brillantes. Pero todo queda sepultado en ese horror que engulle la pantalla y te engulle a ti. Enteramente, y por mucho tiempo.

“Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento”.-Víctor Frankl.

Vera

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