La séptima profecía
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“Yo suponía que el mundo podría cambiar, pero no ha cambiado. La meta ha sido trazada y no puede cambiarse…”. Para todos nosotros ya no hay salvación. Hemos ofendido a Dios tantas veces que su paciencia se ha terminado por agotar. Ahora el Apocalipsis se desatará sobre la Tierra cuando se cumpla ‘La séptima profecía’.

“Jesús dijo que el fin llegaría como un ladrón en la noche” (Sacerdote)

Crítica de La séptima profecía

Al frente de la dirección de esta propuesta de cine de género encontramos a Carl Schultz, un director húngaro que aquí firmó su film de mayor resonancia internacional. Y lo cierto es que hizo un buen trabajo, sobre todo a nivel de ambientación. Shultz consigue bastante con medios limitados para lo pretendido. Por ejemplo, logra que nos creamos que estamos viviendo una catástrofe global colando en el primer tercio localizaciones en diferentes territorios. Esto último siguiendo el ejemplo de lo que hizo Steven Spielberg enEncuentros en la tercera fase (1977). También muy conseguida está la atmósfera de que algo se está cociendo en el ambiente y de que va a ocurrir un suceso tremebundo.

En relación a lo anterior hay que aclarar que ‘La séptima profecía’ no es un film de terror, aunque se encuadre en este tipo de género. La película es, ante todo, un film sobrenatural. Aquí no hay jumpscares ni tampoco monstruos, asesinos desquiciados, fantasmas o espíritus. Básicamente se trata de atemorizar al público sugestionándolo ante la ira y poder de Dios. Esto es algo que se va plasmando en pantalla de manera muy efectiva mediante la apertura de los sellos del Apocalipsis. La cinta funciona estupendamente sobre todo si uno es creyente… y más si considera que, tarde o temprano, la humanidad deberá responder ante Dios por sus innumerables pecados y aberraciones.

Lo mejor de esta producción apocalíptica es el guión. Un libreto sobre el que hay algunas discrepancias respecto a su autoría, pero parece que fue escrito por la pareja formada por Ellen y Clifford Green. Dejando este hecho al margen, el script resulta francamente interesante mezclando diferente temas y dando mucho margen a las referencias bíblicas. Estas últimas se centran principalmente en el catolicismo y el judaísmo. De la religión católica, lógica y básicamente, se toca toda la atrayente temática de ‘El Libro de las Revelaciones’, un texto escrito por San Juan y contenido en el Nuevo Testamento. Respecto a la religión judía se recogen diferentes ideas como la Cámara de las Almas conocida popularmente como ‘El Guf’. La mayor parte de toda esta temática religiosa se emplea para elaborar, muy acertadamente, frases y diálogos que causan temor en el público o, cuanto menos, respeto…

Todo lo comentado se hila con una serie de subtramas. Me refiero a varias historias que parecen ir cada una por su lado, pero que van juntándose poco a poco hasta que, llegado el final, terminan dándose la mano en el clímax. De esta manera, el film también ahonda en el típico inquilino misterioso que causa perturbación, en un juicio imposible de ganar, en la búsqueda de señales por parte de un enviado del Vaticano y en el complicado nacimiento de un bebé. Puede parecer que todo esto, sumado al Apocalipsis, no tiene nada que ver y que el resultado sería desastroso. ¡Nada más lejos de la realidad! Todas las piezas del puzle están perfectamente encajadas y no se hace para nada complicado seguir la trama.

Otro elemento que funciona a gran nivel es la banda sonora del fallecido Jack Nitzsche. Este oscarizado compositor tuvo su mejor época durante la década de los 80 poniendo música a películas muy populares. En ‘La séptima profecía’ contribuye a sumergir al público en la atmósfera sobrenatural de la propuesta. Para ello hace uso de varios coros y tonos marcadamente religiosos que infunden desasosiego.

La protagonista principal es Demi Moore encarnando a Abby Quinn, una mujer que espera con gran cariño, pero también con cierto temor, el nacimiento de su hijo tras haber perdido a uno en el pasado. Por aquel entonces, 1988, Demi Moore estaba a punto de convertirse en la superestrella femenina que dominaría la gran pantalla durante toda la década de los 90. De hecho, aquí ya se anticipaban a su estrellato colocando su nombre en grande y el primero en salir en los créditos… Al respecto de su interpretación decir que es de las mejores que le he visto. La actriz nos entrega una performance muy sentida, sensible, dulce y comprometida con el material. Atención a dos escenas en las que realmente te llega al corazón: la primera tiene lugar al tomar un baño y la segunda al final de todo. Imposible no emocionarse con esta última.

El resto del elenco son secundarios, pero todos tienen algo qué decir. Al lado de Demi Moore tenemos a Michael Biehn como Russell Quinn, el marido de Abby. Su función es apoyar a su esposa y además es el protagonista de otra subtrama importante: la del asesino del verbo de Dios. Precisamente a este último lo interpreta John Taylor en su debut en cines mostrando una firmeza inesperada en un debutante. Otro papel muy importante va para Peter Friedman vistiendo los hábitos del Padre Lucci, el sacerdote encargado de investigar las señales. La labor de Lucci es tan destacada que se deja sentir cada vez que sale en pantalla con su rostro de maldito. Y otro personaje de enorme trascendencia es el misterioso inquilino de los Quinn, interpretado con gran presencia por Jürgen Prochnow. Finalmente, Manny Jacobs interpreta a un joven aspirante a rabino que recibirá un encargo final…

“¿Quieres morir por él?” (Cartáfilo)

En conclusión.
Termino esta crítica de La séptima profecía, una producción que lo apuesta todo al terreno de lo sobrenatural dejando el terror a un lado. Una pequeña joya que gustará especialmente a todos aquellos que teman al poder de Dios… y también a los que todavía tengan fe y esperanza en nuestra salvación como humanidad.

Tráiler de La séptima profecía

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