La primera película de Robert Forster
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El 11 de octubre de 2019, a los 78 años, se apagaba la luz del intérprete cuyos inicios recuperamos hoy. Un actor de carácter que supo mantenerse en la industria del entretenimiento durante seis décadas. Como pequeño homenaje rescatamos su debut delante de las cámaras. Bienvenidos a su “introducing” en…

La primera película de Robert Forster

Un 13 de julio de 1941 nacía Robert Forster en Nueva York. Desde joven siempre tuvo interés por las artes escénicas, algo quizá movido porque su madre era domadora de elefantes. Lo cierto es que el gusanillo de la actuación le picó fuerte. Así pues, en 1967 ya estaba frente a la cámara apareciendo en su primera película bajo las órdenes de uno de los mejores directores de la historia, John Huston.

El film en cuestión se titulaba ‘Reflejos en un ojo dorado’ (Reflections on the golden eye). La película es un relato provocador y nada convencional del matrimonio de conveniencia, “los esqueletos en el armario”, la vida militar y la ociosidad nocturna. Lo de “los esqueletos” viene sobre cómo es retratada la homosexualidad que lucha por salir del protagonista. Aquí tenemos a un alto mando del ejército en una base militar en donde debe de imponer disciplina e implementar valores heroicos. Valores que, a simple vista y a gente estrecha de miras, chocan con una vida alejada del estándar común.

El protagonista de este film es nada más y nada menos que Marlon Brando, astro entre los astros del cine. Un intérprete siempre valiente a la hora de enfocar películas fuera del círculo convencional. A su lado, y como una gata enjaulada, encontramos a la diva definitiva del séptimo arte, Elizabeth Taylor como su esposa. Una gata enjaulada harta de un matrimonio de apariencias. Completaron el reparto Brian Keith, Julie Harris y el actor que nos ocupa en su debut en cines: Robert Forster. El ya fallecido intérprete encarna al soldado raso Williams. Su primera aparición no se hace esperar y tiene lugar al poco de comenzar el film. Lo vemos haciendo montos de hojas al borde de la espesura bajo las órdenes del Mayor Pendelton (Brando).

El argumento de la cinta, adaptado de una novela de Carson McCullers, nos va llevando por el camino del drama más intimista. Para ello se vale de escenas que rozan el bizarrismo, sobre todo vistas hoy en día. Y algunas de ellas demasiado teatralizadas por aquello de la censura y del fuerte contenido que se quiere plasmar. Para el recuerdo quedan multitud de momentos, especialmente la escena en donde Pendelton, que tiene aprensión al caballo semental que monta su mujer, decide probar su valía ante todos domándolo en vano. O la inenarrable secuencia final con los dos protagonistas encontrándose con el personaje de Forster, quien pulula por el film como una especie de voyeur con amplitud de miras sexuales.

Tras debutar en ‘Reflejos en un ojo dorado’, Forster fue labrándose cierto caché en series de televisión de éxito y películas de acción, policiacas, westerns y serie B. Sus films más conocidos serían, precisamente, dentro de la época del VHS y la serie B/Z. En 1997 tuvo su revival gracias a que Quentin Tarantino lo recuperó paraJackie Brown’. Sin lugar a dudas este film es, de lejos, el mejor papel que nadie antes escribió para él. No en vano fue nominado al Oscar a mejor actor secundario en la ceremonia de 1998. La estatuilla se le escapó a manos de Robin Williams por ‘El indomable Will Hunting’ (Gus Van Sant, 1997).

Junto al ya citado film de Tarantino, sus mejores y más relevantes trabajos los encontraríamos en: ‘La noche de los gigantes’ (Robert Mulligan, 1968), ‘El abismo negro’ (Gary Nelson, 1979), ‘La bestia bajo el asfalto’ (Lewis Teague, 1980) ‘Vigilante’ (William Lustig, 1982) y Delta Force (Menahem Golan, 1986). Es de justicia resaltar también que Antonio Banderas luchó por trabajar a su lado, consiguiéndolo hasta en tres films. Su última aparición en una película tuvo lugar en ‘El Camino: Una película de Breaking Bad’ (Vince Gilligan), cinta estrenada en Netflix.

Y hasta aquí este justo y necesario rescate a la figura de todo un currante del cine con más 180 créditos entre cine y televisión. El único y gran Robert Forster. Ahora su estrella brilla con toda su fuerza en el gran salón de la fama que es el cielo.

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