La montaña entre nosotros
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Tras varios premios con películas y documentales comprometidos, y presentando como últimas cintas ‘Omar’ (2013) e ‘Idol’ (2015), el ingeniero aeronáutico metido a realizador, Hany Abu-Assad, nos presenta su nueva propuesta. Una propuesta que sitúa a… ‘La montaña entre nosotros’.

“Vamos a morir… pero hoy no” (Ben)

Crítica de La montaña entre nosotros

Pocas pegas se le pueden poner a una película que ofrece lo que promete, y este es el caso de ‘La montaña entre nosotros’. Evidentemente no es ninguna obra maestra y tampoco puja por ello. Simplemente promete aventuras, supervivencia, nieve y algo de romance. Todo esto lo cumple de manera correcta. ¿Se podría haber ido más allá? Pues sí, pero en el cine también hay que valorar la honestidad y este film es honesto. Ni más ni menos. El sentirse decepcionado, o no, con ella ya queda a gusto de cada cual y de sus expectativas. En mi caso encontré exactamente lo que esperaba encontrarme.

Y lo que esperaba encontrar era lo que su guión ofrece y que ya he expuesto en el párrafo anterior: Aventuras protagonizadas por dos personas que se ven puestas en una situación límite. Supervivencia a través de su odisea diaria luchando por mantenerse con vida frente a los elementos. Nieve con una buena filmación en los parajes nevados de Canadá que se muestran hostiles e inmensos frente a los protagonistas. Y, finalmente, romance con una relación entre dos extraños a los que las circunstancias empujarán a conocerse mejor. Todo ello desembocando en un tramo final que es el que da sentido al título del film.

Hay que destacar que la película está basada en la novela ‘Un segundo amanecer’ de Charles Martin, escritor norteamericano que cuenta con este libro y con ‘Donde acaba el río’ como obras traducidas al español. Esta última también habla de un viaje y un enamoramiento.

Por otro lado, la película se rodó prácticamente en su totalidad en los escenarios naturales de la cordillera de las Montañas Purcell, ubicadas en el sudeste de Columbia Británica (Canadá). Hay que valorar este dato y la conformidad de Kate Winslet e Idris Elba en volar hasta las áreas más elevadas para dar realismo y credibilidad a la cinta. Ambas estrellas huyeron así de cualquier confort de pantallas verdes y demás. Allí el rodaje fue muy exigente, pero a cambio ofrece un resultado espectacular en cuanto a la contemplación de los entornos naturales.

En el apartado actoral toda la película descansa sobre los hombros de Idris Elba y Kate Winslet. La pareja se basta y sobra para sacarla a flote con sendos personajes bien diferentes entre sí. Elba da vida a un neurocirujano llamado Ben, un hombre elegante que destaca por su carácter retraído y conservador. Winslet es Alex, una reportera gráfica muy espontánea y echada para delante. Estas diferentes personalidades se podían haber acentuado más en el libreto, buscando así una mayor complicidad y alguna cierta comicidad con el respetable, pero poco o nada se arriesga y/o profundiza en este sentido.

Del resto de intérpretes sólo cabe citar las pequeñísimas aportaciones de Beau Bridges como el piloto del bimotor y Dermot Mulroney que no pega nada como el futuro marido de Alex. ¡Ah, sí! no nos olvidemos del perro que acompañará a Ben y Alex en toda su odisea. De hecho, la poca comicidad que tiene la cinta sale de algunos gruñidos que el can le dedica a Ben.

“Estamos vivos. Eso es lo que importa” (Ben)

En conclusión.
Finalizo ya esta crítica de La montaña entre nosotros, una película para amantes de los films rodados en escenarios naturales que consigue entretener en sus 103 minutos con tan sólo dos protagonistas y un perro. Cierto es que podemos acusarla de poco arriesgada en su planteamiento, que no en su filmación, y que queda la sensación de que podía haber sido mejor… pero su honradez, lo que ves en el tráiler es lo que hay, en estos tiempos también es digna de resaltar.

Tráiler de La montaña entre nosotros

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