La frontera
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A este lado del paso entre Estados Unidos y México un hombre debe saber cuál es su deber y qué es lo correcto. En ocasiones ambas cosas no van de la mano. Hay una línea que separa el bien del mal y cuando la cruzas ya no hay marcha atrás. Charlie Smith está en medio de la tormenta y debe decidir entre servir o servirse. Bienvenidos a ‘La frontera’.

“Estoy seguro que no te voy a decir nada que tú no sepas. Aquí se juega de forma distinta. Hay mucho dinero a ganar. Y sí un hombre es listo, juega sus cartas con habilidad” (Red)

Crítica de La frontera

A principios de los años ochenta, Jack Nicholson llevaba ya cerca de una década siendo una estrella mayúscula del cine. Ganador de su primer Oscar en 1976, su carrera en los ochenta estuvo plagada de altibajos, al igual que la de todos los grandes actores de los sesenta y setenta. Realmente fue descolocante que aceptara protagonizar un film como ‘La frontera’. Hablamos de una producción que iba a rodarse dentro de un marco de presupuesto controlado. Además, suponía el debut en cines americanos del director británico Tony Richardson, un experto cineasta en films calificados como cine denuncia y de clara vocación política.

Cuando Jack entró a bordo, Universal Pictures comenzó a temer por el tono del film. Un tono crítico con el lado americano de la frontera presentando policías americanos corruptos que se aprovechan del tráfico de personas para llenar sus propios bolsillos. Para evitar mayores “problemas”… redujeron al máximo la carga crítica del libreto con la ayuda de varios guionistas. En total seis manos se posaron sobre el guión: Deric Washburn, Walon Green y David Freeman. Lo que hicieron fue lo que comúnmente se conoce como: “un escribano para cada parte importante implicada”. Uno buscaría preservar el tono del director, otro potenciaría los aspectos para el lucimiento del papel protagonista por petición de la estrella, y el último sería el más comercial puesto por la productora. La película fue una de las primeras en utilizar los adjetivos “bracero” y “espaldas mojadas” (para referirse a los inmigrantes ilegales).

Globalmente, ‘La frontera’ es un muy rescatable drama humano/policíaco. Un film que debe de rehacerse de su fallida apertura. Un comienzo en el que intenta hacernos creer, a base de trucos de cámara, un desprendimiento en una iglesia. Después de esta secuencia, bastante torpemente montada, pasamos a un excepcional viaje de inicio hacía una nueva vida de los protagonistas, incluida la debutante en cines americanos Elpidia Carrillo. Todos acompañados de la atmosférica canción escrita para la ocasión por Ry Cooder, autor también de la BSO. Sí este film no merece globalmente un notable alto, o cotas de sobresaliente en su global, es por ese inicio nada esperanzador. También influyen otros aspectos que bien podrían haberse pulido más y que la hubiesen hecho merecedora de una nota mayor.

Está claro que Tony Richardson no quedó del todo contento con el resultado final del film. Al parecer, Universal Pictures se reservó el derecho al montaje definitivo incluyendo un final distinto del que Richardson quería mostrar. El propio Nicholson, mientras rodada la cinta, hablaba de ella como una de las mejores de su carrera. Sin embargo, y una vez estrenada, cayó en el olvido y pasó totalmente de tapadillo por la filmografía de Jack, a pesar de su gran interpretación.

La fotografía del film estuvo a cargo de Ric Waite. Su labor es notable, ya que muestra perfectamente el contraste entre los dos mundos que separan río grande y que el protagonista cruza en varias ocasiones. Especialmente memorable resulta el choque de culturas que muestra: de los suburbios residenciales de dúplex perfectamente milimetrados a los cortijos y casetas mexicanas afinadas en barrancos. Tremendo ejemplo de ambientación teniendo en cuenta que la cinta, por motivos obvios, no pudo rodarse en México, sino en Guatemala.

El reparto es ciertamente lo mejor del conjunto. El cabeza de cartel es todo un gigante de la actuación como Jack Nicholson. El triple ganador del Oscar encara un gran papel alejado de cualquier estridencia y puramente volcado en su mejor vena interpretativa. Nicholson demuestra que no solo era un actor que sabía moverse en el histrionismo, sino que también era capaz de llevar cualquier papel de forma maestra. Sin duda uno empatiza claramente con su personaje, un tipo superado por las circunstancias. La colección de secuencias monumentales de Charlie/Jack en este film es tremebunda e innumerable. Ojo a cuando le deja claro a Cat que sí se hunde se lo llevará con él.

A su lado, Harvey Keitel (Cat) encarna otro gran papel. Keitel hace de un corrupto que se está pegando la gran vida en El Paso con el beneplácito de Red, su jefe. Keitel resulta perfecto como un enano insidioso que se hace las camisas a medida y disculpa su corrupción alegando que, si no se llevan ellos su parte del pastel, los mexicanos controlarán todo y se harán fuertes. Ojo a su sentencia: “Voy a meterme a Charlie tanto en el bolsillo que me lo van a tener que sacar con pinzas”.

Otro gran y duro rol es el de Warren Oates que interpreta a Red, un superior que tiene un tinglado muy bien montado de polis untados en dólares. No se pierdan su look de cowboy texano. Red es un sujeto encantado de proclamar que es un manejado por su mujer, pero que no permite que haya ovejas negras en sus tropas… También debemos añadir, la sufrida labor de la debutante Elpidia Carrillo (María). Además de las geniales recreaciones de Valerie Perrine (Marcy) y Shannon Wilcox (Savannah), dos antiguas reinas de la belleza venidas a menos que tienen totalmente controlados a sus maridos. Geniales roles los de ambas, que no encarnan precisamente a mujeres que llamen la atención por su inteligencia.

“Escucha: no me he metido en esto para matar. No acepto meterme en esto para matar. ¡Estás matando a los conductores! Y no me digas que no sabes de lo que hablo. ¿¡Ves esta línea!? ¡Esta línea de aquí! Pues entérate bien… no pienso cruzarla” (Charlie)

En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de La frontera, un muy buen thriller/drama a rescatar sobre el tráfico de personas en “la línea” que no trata de endulzar la realidad. Grandes actores, un buen guión y, sobre todo, una película que aúna denuncia y entretenimiento de forma altamente efectiva.

Tráiler de La frontera

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