Her
Comparte con tus amigos










Enviar

¿Puede una persona enamorarse de un ordenador? Es una pregunta aparentemente absurda. Sin embargo, Spike Jonze nos propone con ‘Her’ un juego que va más allá. Un juego que profundiza en las relaciones humanas y los sentimientos.

“A veces siento que ya he sentido todo lo que voy a sentir jamás. Y de aquí en adelante nunca voy a sentir algo nuevo. Sólo versiones más pequeñas de lo que ya he sentido” (Theodore)

Crítica de Her

Cuando se anunció esta película y, sobre todo, después de haber indagado acerca de su trama, confieso que no sentí ningunas ganas de verla. Reconozco que, cuando finalmente me senté en la butaca, lo hice arrastrado por la curiosidad más que por el interés. Ni siquiera la presencia de Joaquin Phoenix, un actor que siempre despierta en mí grandes expectativas, había servido como detonante para que fuera a verla. Simplemente, un buen día decidí darle una oportunidad para descubrir por mi mismo si todo el bombo que se le estaba dando era justificado… o, si por el contrario, me encontraba ante un nuevo producto de moda para gente sensiblera y romanticona.

Y me alegra poder decir que, si bien no encontré esa grandiosa película de la que tanto se hablaba, sí que supuso para mí una gratísima sorpresa. Ante todo, destaca la magnífica labor de Joaquin Phoenix en uno de los mejores papeles de su carrera. El actor encarna con extrema solvencia a Theodore. Probablemente, en manos de otro intérprete hubiera terminado siendo un bufón. Y este no era un trabajo sencillo porque la línea que separa el drama del pastel es muy fina. No obstante, lo que podría haber sido un producto edulcorado para adolescentes se nos muestra como una historia adulta de amor y desencuentros. Una historia narrada con extrema sensibilidad. Aunque no podemos obviar que peca de ciertos excesos que la acercan peligrosamente a lo primero.

La verdad es que el trabajo realizado por los guionistas es francamente bueno. A pesar de considerar a los Oscars como una patraña… me parece un acierto que fueran premiados con una estatuilla por su trabajo en ‘Her’. Resulta sumamente difícil contar una historia como esta y que el público consiga tomársela en serio. Recordemos producciones de menor peso específico como La mujer explosiva’ (John Hughes, 1985) o Simone’ (Andrew Niccol, 2002). Esas cintas también pretendían abordar el amor entre humanos y computadoras y sus resultados no fueron tan buenos. En el caso de ‘Her’ se prescinde del físico, limitando el papel de Samantha a una voz sugerente y llena de matices a cargo de Scarlett Johansson.

Spike Jonze es un director con clara tendencia a la tragicomedia. Tomemos como ejemplo su trabajo en ‘Cómo ser John Malkovich’ (1999) o ‘Donde viven los monstruos’ (2009). Y la película que nos ocupa no es una excepción. Aunque consigue un buen equilibrio para que el conjunto no caiga en la ridiculez. Pero, a pesar de todas las virtudes que acabo de comentar, la película tiene puntos negativos que restan enteros. El principal de ellos es que es tramposa. La cinta trata de buscar la lágrima fácil del espectador y lo hace con el truco más viejo del mundo: hurgar en la desgracia ajena con diálogos deprimentes de tintes románticos. A partir de ahí habrá quien se emocione… pero también quien vea esos excesos de los que hablaba antes.

Y si bien hay un notable trabajo de secundarias como Amy Adams, Rooney Mara y Olivia Wilde, y una correcta fotografía de Hoyte van Hoytema, creo que a la película le sobran fácilmente unos veinte minutos. Para lo que nos cuenta, para poder entender la vida y circunstancias del personaje e incluso para emocionarnos, nos bastaría con menos metraje. A esto hay que sumar que la trama puede resultar irreal precisamente porque va al límite en todo momento. No porque no podamos creer que un hombre se enamore de una voz, eso ya pasa hoy en día con las llamadas «líneas calientes», sino por cómo lo hace y cómo evoluciona su relación con Samantha.

En lo que a mi respecta, el interés de esta película radica no tanto en Theodore, y su particular romance, sino en cómo nos muestra el futuro de las relaciones humanas. Cada vez dependemos más de la tecnología, tanto que si no ponemos freno terminaremos delegando todo en ellas, incluso algo tan esencial y bello como el amor. Es por eso que me parece tan apropiado el vestuario de los protagonistas. Unas ropas de claro tono vintage y la mesura extrema de Jonze al retratar el futuro tecnológico. Al final no somos tan distintos de los protagonistas de esta película, de hecho estamos peligrosamente cerca de ser iguales.

Conclusión.
Finalizo esta crítica de Her, una entretenida película que nos ofrece una historia interesante y distinta de lo habitual. Una historia de amores y desamores, y de gente desgraciada que no consigue encauzar su vida. Desgraciadamente no es para todos los públicos. Es decir, exige cierta sensibilidad por parte del espectador, lo cual no significa que puedas ser muy sensible y pensar que es un tostón. Pero creo que está especialmente indicada para personas de lágrima fácil o que hayan salido de relaciones traumáticas. A estos últimos, sin duda, les fascinará porque se verán reflejados de un modo o de otro. Unas buenas interpretaciones, un guión sólido y un modo diferente de abordar las relaciones humanas. Recomendable… pero a cuenta y riesgo del público.

Tráiler de her

Escucha nuestro podcast