Arrugas, el cómic
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El cómic es un medio sumamente versátil, en ocasiones está al servicio del más puro entretenimiento y en otras ahonda en temáticas mucho más maduras que invitan a la reflexión. Es el caso de Arrugas, el cómic que nos presenta una visión entrañable pero descorazonadora de una de las más terribles enfermedades que conoce el ser humano, el Alzheimer. A través de sus personajes Paco Roca nos acerca al lado más oscuro de esta dolencia y a cómo la sufren tanto los pacientes como sus familiares.

«No voy a acabar así… Haré todo lo posible para no acabar así».

El autor.
Paco Roca, nacido en Valencia en 1969, es un autor que se inició en la profesión de una forma un tanto curiosa. Ya de pequeño mostró una evidente afición por el dibujo, se pasaba el día ilustrando sus propias historias. Y aunque tras acabar la carrera de Bellas Artes se dedicó al mundo de la publicidad, era cuestión de tiempo que regresara a lo que realmente le gustaba. Sus primeros pasos en el mundo del cómic vinieron de la mano de la revista para adultos ‘Kiss Comix’, un trabajo que consiguió gracias a un amigo que trabajaba en ella. Esos trabajos tenían un alto contenido en sexo explícito, y aunque no era lo que él quería hacer le sirvió para abrirle las puertas de una revista mucho más puntera en aquellos años, ‘Víbora’.

Sería ya a finales de los noventa cuando decidió juntarse con el guionista Juan Miguel Aguilera y crear ‘Road Cartoons‘, que mezclaba el dibujo con las técnicas en 3D. Ya en 2001 publica ‘El juego lúgubre’, una curiosa historia con Drácula y Dalí como protagonistas que se editó en Francia e Italia. Y fue justo en tierra francesa donde decidió editar en 2003 sus siguientes obras, ‘Hijos de la Alhambra’ y ‘El Faro’.

El reconocimiento definitivo le vino años más tarde, cuando publicó ‘Rides’, una obra que fue considerada como uno de los veinte mejores comics editados en 2007 y que al año siguiente llegaba a España bajo su título en castellano, ‘Arrugas’. Fue con este título que nos ocupa que Paco Roca recibió galardones como el Premio Nacional del Cómic, dos premios Dolmen y el premio al mejor cómic y guión en el Salón del Cómic de Barcelona. Tras este rotundo éxito el autor valenciano ha seguido publicando nuevos títulos como ‘Calles de Arena’. Sin duda un autor al que habrá que seguir muy de cerca.

Valoración.
Paco Roca empezó a gestar este cómic, o novela gráfica si lo preferís, a partir de la experiencia vivida por un amigo suyo. El padre de este amigo sufría Alzheimer, y la velocidad con que empezó a degradarse física y mentalmente impactaron al autor. El pobre hombre se levantaba de madrugada y se vestía para ir a trabajar, pero cuando volvía a la realidad era incapaz de asumir lo que le estaba pasando. Se enfadaba, tenía miedo, se sentía desamparado, y esas sensaciones fueron las que llevaron a Paco Roca a escribir ‘Arrugas’.

Quizás una de las cosas que más llaman la atención en esta obra es que los personajes protagonistas son todos ancianos, algo que no suele darse en los cómics pero que obviamente era obligado en este caso. La historia que se nos cuenta es triste y dramática, trata temas tan impactantes como la senilidad o el abandono al que son sometidos los ancianos cuando su familia considera que son un estorbo del que hay que librarse. Pero también hay que matizar que pese a ello no se cae en la típica edulcoración a la que invita la temática, sino que es tratada con mano firme y con un toque de humor que sin duda es de agradecer. No es que vayamos a olvidar las duras circunstancias que rodean a los personajes, pero digamos que mediante anécdotas graciosas el autor consigue maquillar el tono para que esta travesía que transcurre entre el drama y el humor sea más llevadera.

Hay otro aspecto que puede chocar en lo que respecta a los personajes, y es que se aleja un poco del arquetipo de anciano que todos tenemos en mente. El propio Roca pensó mucho acerca de este punto porque consideraba que el ser humano mantiene en cierta forma la misma mentalidad con el paso de los años. Como ejemplo puso una graciosa anécdota de Camilo José Cela. Contaba el escritor que de pequeño, al pasar cada tarde por delante de un banco, lo saltaba alegremente como si de una rutina se tratara. Pues bien, incluso a los sesenta y con cada neurona diciéndole que no lo hiciera, tenía el instinto y las ganas de seguir saltando ese banco. Quizás por eso los ancianos que protagonizan esta historia tienen el idealismo y la rebeldía de cualquier joven. Se esconden de los enfermeros, trazan planes de fuga y eluden tomar su medicamento como si fueran niños, pero en el fondo es sólo una forma de mostrarnos que el ser humano, aún cuando se asoma al ocaso de su existencia, sigue siendo una persona con dignidad.

Y si hay otro aspecto que debemos destacar es la forma en que Paco Roca plasma la residencia de ancianos. Él mismo estuvo visitando más de una para poder hacerse una idea de cómo era estar ingresado en un lugar así. Allí el tiempo transcurre muy despacio y se hace eterno. En una de las dobles páginas del cómic podemos ver un ejemplo de cómo se representa el lento devenir del tiempo, la rutina diaria que convierte la estancia en una residencia en algo monótono e insufrible. Pero claro, ocurre como todo en esta vida, sólo cuando nos golpea de frente con fuerza somos conscientes de la realidad que nos rodea. Y en esta sociedad que por suerte o desgracia nos ha tocado vivir no hay lugar para los ancianos, demasiadas veces son tratados como un lastre que hay que soltar. Esta novela nos enseña que aquellos que lo dan todo por nosotros para convertirnos en lo que somos, merecen algo más que eso.

El trazo del dibujo y el tratamiento del color son un tema que es interesante comentar. Paco Roca siempre ha confesado que de pequeño era un ávido lector de Tintín, y creo poder decir que en efecto se ve cierta similitud o influencias, tanto en los fondos como en el aspecto secuencial de las viñetas. Es probable que también haya influido la experiencia de Roca trabajando en editoriales galas. En este caso nos encontramos en un comic en color, pero en palabras del propio Roca «Creo que hay historias a las que el color no les afecta para nada. ‘Arrugas’, por ejemplo, hubiese funcionado igual con color o sin él. Lo que ocurre es que el color la vuelve más comercial». Y la verdad es que es cierto, la coloración de los comics suele obedecer más a aspectos estéticos y comerciales que a funcionales. El manga japonés sin ir más lejos se caracteriza por esos entramados tradicionales, siempre a una tinta. Por ejemplo, las obras de Jiro Taniguchi son una buena muestra de cómo el blanco y negro puede contar historias con la misma efectividad que el color. Pero también hay que decir que el uso del color en ‘Arrugas’ permitió a Paco Roca poder jugar con las sensaciones de frío y calor, así como los cambios horarios entre noche y día. Ese uso del color ayuda a potenciar el ritmo de la historia y le da un aire mucho más familiar para lo que queremos contar.

No creo que haga falta decir mucho más en esta crítica de Arrugas, estamos ante uno de esos cómics imprescindibles que cualquier persona debería leer al menos una vez en la vida. No es una historia con la que llorar a mares pero tampoco una que nos deje con una sonrisa dibujada en la cara. Es dura como la vida misma y al mismo tiempo busca el lado más amable que puede encontrarse en toda tragedia. Porque no nos engañemos, olvidar a tus seres queridos y convertirte en una sombra es una tragedia. Quizás el aspecto más aleccionador de todo esto sea aprender a comprender a esas personas, quizás si suficientes personas leen este cómic el mundo pueda ser un lugar un poquito mejor.

Adaptación cinematográfica.
Como suele suceder con todo buen cómic, ‘Arrugas’ no ha permanecido escondida para el mundo del cine. Recientemente la productora coruñesa Perro Verde Films ha adquirido los derechos para su adaptación cinematográfica. En este caso se tratará de una película de animación que dirigirá Ignacio Ferreras y que tendrá a José Sacristán como voz del protagonista. La opinión de Paco Roca al respecto es abierta, pero dejando muy claro lo que opina: «Esta historia en película quizá resultase demasiado dura. Sin embargo, el cómic consigue que los ancianos resulten entrañables y te permite crear imágenes abstractas, fundidos en blanco o jugar con el tiempo de un modo imposible para otros medios». En realidad es lo que otros autores como Alan Moore han dicho siempre, el cómic es un medio muy especial y no todo lo que se hace puede ser trasladado con éxito a la gran pantalla. No obstante habrá que ver en qué queda todo esto y si finalmente podemos estar ante una adaptación digna o el pastiche al que nos tiene acostumbrada la industria.

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