Tierras perdidas

En un futuro post-apocalíptico, la humanidad vive hacinada en una ciudad bajo las montañas. El poder lo ejerce el matrimonio formado por la reina y el jefe supremo bajo el manto de la Iglesia. Pero la reina no es feliz y decide traicionar a su esposo, y a la propia Iglesia, pidiéndole un deseo prohibido a la condenada y maldita hechicera Gray Alys. (Cineycine).
“Es un cuento de hadas muy oscuro, pero también es una aventura de acción. Es como si los Hermanos Grimm se encontraran con la ciencia ficción. Contamos la historia de una bruja que contrata a un tipo para que la lleve a las Tierras Perdidas para cazar y matar a un hombre lobo…”. Así nos describe Milla Jovovich los eventos de ‘Tierras perdidas’.
“Si tienes tiempo y pocos escrúpulos… tengo una historia para ti” (Boyce)
Crítica de Tierras perdidas
El director Paul W.S. Anderson abandona con esta producción las películas basadas en videojuegos. Ahora opta por la Literatura y más concretamente por la obra del famosísimo George R. R. Martin. De la misma adapta a la gran pantalla uno de sus relatos cortos conocido como ‘Tierras perdidas’ (In the Lost Lands). Estamos ante un relato extraído del libro Amazons II escrito por el citado Martin, y otros autores, y publicado en 1982. La narración estaba protagonizada por la hechicera Gray Alys. Y la intención de Martin era haber publicado más aventuras del personaje para reunirlas en un solo volumen. Pero ya sabemos todos cómo es el autor nacido en Nueva Jersey…
Nunca he ocultado mi gusto por la filmografía de Anderson. Estamos ante un director que hace que sus films luzcan de fábula manejando, en la mayoría de los casos, presupuestos medio-bajos. Sin embargo, este no es el caso de ‘Tierras perdidas’. Hablamos de un producción de unos 55 millones en la que casi todo pinta regular. Anderson no logra esta vez que el presupuesto luzca en pantalla sino todo lo contrario. Más bien parece que el film hubiera costado la mitad o menos. Todo es muy oscuro para tapar carencias, los efectos especiales no están bien conseguidos, el CGI es malo y los posibles entornos abiertos cantan a rodaje en plató con una pantalla verde o azul de fondo. Me duele decir todo esto… pero, muy probablemente, estemos ante la peor película de Anderson junto a ‘Pompeya’ (2014).
Ahondando en lo anterior, el propio Paul W.S. Anderson quiso alejarse de su experiencia anterior, ‘Monster Hunter’ (2020), que fue completamente filmada en localizaciones exteriores. Por ello, en ‘Tierras perdidas’ optó por una filmación realizada enteramente en platós interiores. Por consiguiente, el film se rodó en unos estudios de Cracovia (Polonia) adaptando la tecnología que ofrece el motor Unreal Engine. Vista la película, y según lo ya comentado, el resultado no ha podido ser peor. Bien habría hecho Anderson en seguir filmando en exteriores.
No obstante lo ya comentado, hay algunos elementos salvables y/o rescatables. El primero sería el conseguido aspecto de ruina, abandono, suciedad y fanatismo religioso post-nuclear que impera en el ambiente. Otro aspecto rescatable son las escenas de acción. Las mismas no pintan mal con alguna cámara lenta y una secuencia para el recuerdo como es la del autobús. Puede que dicha set-piece valga por toda la película por su planificación y ejecución con los protagonistas, y los esbirros, al límite del riesgo. Por supuesto y, por otro lado, aquí también contaremos con los típicos mapas explicativos del entorno que tan del gusto son de Paul W.S. Anderson. Y todo esto en cuanto a elementos visuales propiamente dichos se refiere.
Por otro lado, podríamos también ejercer una labor de rescate con el libreto del film. En este caso rompería una lanza a su favor por cómo termina la película. Sin destripar nada, basta con decir que al final se nos detallan y/o explican ciertos comportamientos de los personajes que durante el metraje podríamos considerar como incoherentes. El resto, de algún modo u otro, ya lo hemos visto en otras cintas en las que la Iglesia ejerce gran poder. Sin ir más lejos, ‘Tierras perdidas’ comparte más de un elemento, visual y narrativo, con otra propuesta fallida como fue ‘El sicario de Dios’ (Scott Stewart, 2011).
Vamos ahora con el reparto en el que destaca Milla Jovovich como Gray Alys, una solitaria hechicera que concede deseos a cambio de algo. Interpretativamente hablando estamos ante un personaje que le sienta como un guante a Milla, puesto que encarnar a Alys requiere de mucha acción. Y, claro, en ese campo es dónde más destaca la actriz repartiendo a diestro y siniestro. Como coprotagonista tenemos a Dave Bautista en otro rol facilón. El exwrestler da vida a Boyce, un solitario cazador que es el único que se atreve a adentrarse más allá de las “tierras perdidas”. Cuando digo que su papel es “facilón” me refiero a que Boyce no le supone ningún esfuerzo interpretativo a Bautista. Básicamente, y al igual que Milla, se limita a hablar lo justo y necesario… y a repartir cera, plomo y… ¡serpientes mutantes!
Al otro lado de la acera tenemos a los dos villanos del film: Fraser James y la española Arly Jover. Ambos dan el pego en sus respectivos papeles, aunque quizás resalte más Jover por el hecho de estar más implicada en la acción sobre el terreno. En este sentido, James hace de “El Patriarca”, una especie de sumo-sacerdote que quiere hacerse con el poder político teniendo ya el religioso bajo su manto. Por su parte, Jover es la ejecutora Ash, su principal servidora que perseguirá con gran ahínco y determinación a Alys y Boyce.
Tampoco lo hace mal Amara Okereke como la reina Melange. La regente tiene a su gran caudillo, el Jefe Supremo, convaleciente y acabado en la cama. Por ello, aprovecha la oportunidad y contrata a Alys para que le conceda un deseo prohibido. Este personaje es clave puesto que es el gran causante de toda la aventura y la que más planea entre bambalinas… junto a “El Patriarca”. Eso sí, cada uno por su propio lado e interés… puesto que no se tragan y están dispuestos a acabar el uno con la otra.
“Sigo sin saber el final de la historia” (Gray Alys)
En conclusión.
Acabo esta crítica de Tierras perdidas, un intento de western postapocalíptico que se queda simplemente en eso: en un “intento”. Es una pena que habiendo contado con un equipo accionero formado por Milla Jovovich y Dave Bautista, esta producción no haya conseguido sobresalir en ninguno de sus apartados. Ocasión perdida.
Tráiler de Tierras perdidas
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