Rango
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Una de las mejores y más estimulantes propuestas del año 2011 fue esta cinta de animación que hoy nos ocupa. Una fábula sobre el antiguo oeste que hará las delicias tanto de los enanos como de los gigantes de la casa. Una cinta que, además, está rodada en glorioso 2D. Es la hora de convertirse en un héroe. Es la hora de… ‘Rango’.

«Mi nombre es Rango» (Rango)

Crítica de Rango

Gore Verbinski regresó, después de ‘The Mexican’ (2001), a un género que parece encantarle: el western. Y esta vez lo hizo acompañado de todo un filón de taquilla como es Johnny Depp. Ambos regalan a los espectadores todo un homenaje al viejo género americano por excelencia. Al mismo tiempo nos ofrecen una cinta de animación del gusto tanto de niños como de mayores. Quizás pueda gustar mucho más a estos últimos, siendo más adulta de lo que parecía a priori, sin perder por ello un ápice de divertimento.

‘Rango’ es una conseguidísima mezcla entre el argumento de la memorable Chinatown’ de Roman Polanski (con un nada disimulado uso del mismo villano central, el no por casualidad reptiliano John Huston, incluso con los mismo diálogos) y de la estética de los legendarios spaghetti westerns de Sergio Leone. La cinta está plagada de personajes altamente carismáticos. Aquí tenemos los búhos-mariachis que nos van narrando el film con sus pegadizas canciones. También destaca Habas (Isla Fisher), la tozuda compañera de batalla del protagonista que sufre unos raros ataques de catalepsia. Y muy buenos secundarios como Doc (el médico del pueblo), la pequeña Priscilla (empeñada en conseguir las botas del sheriff Rango, si este finalmente muere), el Búho/Indio rastreador, o el conjuntívitico Sargento Turley y el Cucharas.

También tenemos unos antológicos villanos a los que dan vida el Halcón empeñado en cazar a Rango a cualquier precio (en el que es un chiste recurrente realmente desternillante), Bad-Bill (Ray Winstone) al que Rango pondrá bien firme en el bar del pueblo usando para ello un incendiario licor de cactus, Balthazar (Harry Dean Stanton) y Jake la serpiente de cascabel (Bill Nighy). Este último tendrá una antológica visita final al poblado para poner las cosas en su sitio y retar a Rango a un duelo pistola en mano.

Hay que resaltar que el film destaca también en su apartado musical con la imprescindible presencia de sus búhos-mariachis. Por no hablar de su excelentemente lograda animación. Esta destaca tanto en lo que es el diseño de personajes como en la recreación del antiguo Oeste. Ver como ejemplo más logrado el diseño del poblado de Dirty, esa ficticia ciudad en mitad del Mojave.

Alabar también el guión del film obra de John Logan y del propio Verbinski. Un libreto que añade una serie de agradecidos guiños al género del western. En este sentido, atención a la aparición de El Espíritu del Oeste con el rostro y los ropajes de un actor rápidamente reconocible. El script también resulta ejemplarmente divertido y con otros guiños. Por ejemplo: cuando Rango monta sus propias películas cuál Ed Wood lagartiniano, la genial referencia a ‘Miedo & Asco en las Vegas’ (Terry Gilliam, 1998), el citado chiste recurrente del Halcón cazador, o la tronchante historia inventada por Rango de cómo acabó con la vida de los SIETE hermanos Jenkins con una sola bala.

También merecen una mención especial sus notables escenas de acción. En este campo se lleva la palma el ataque del Halcón al pueblo con persecución frenética a Rango, y cuyo inesperado final alzará a los altares al camaleón protagonista. Además, citar la vertiginosa huida de Habas, Rango y los demás a bordo de la diligencia y siendo acechados por los acólitos de Balthazar que van provistos de todo tipo de arsenal. Sin olvidar su clímax final. Un clímax con Rango y Jake (la serpiente de cascabel) con una cola a modo de cañón como protagonista y el agua como elemento diferencial.

Ahora bien, por encima de todo destaca como lo mejor su personaje principal: el adorable e inolvidable camaleón, Rango. Una «lagartija» a la que presta su voz y carisma Johnny Depp. Rango acabará robando el corazón a todos los espectadores, usando para ello su soñadora personalidad y su infinita labia. Si por algo merece ser recordada, especialmente, esta película es por su protagonista principal. Rango entra en el olimpo de los mejores protagonistas de una historia de animación vista en los últimos años. Es imposible no sentirse identificado con ese pequeño y flacucho camaleón que fantasea con ser un héroe de película y que tendrá que aprender a serlo si quiere sobrevivir en el desierto. Por ello, y por todo lo que rodea a este largometraje, os lo recomiendo como imprescindible.

«¿Esto es el Cielo?» (Rango)
-«No. Si lo fuera yo estaría comiendo ganchitos con Kim Novak» (El Espíritu del Oeste)

En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de Rango, un film que será disfrutado se tenga la edad que se tenga. Tanto esta película como su protagonista son la muestra perfecta de que el cine es un espectáculo mágico. Un espectáculo que nos transporta a un mundo maravilloso donde todo es posible. Una evasión de la realidad que, cuando alcanza cotas de entretenimiento tan altas como en ‘Rango’, hace la vida más plena a los espectadores.

Tráiler de Rango

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