El ritual

Cuatro amigos emprenden un viaje de senderismo por el norte de Suecia como homenaje a un colega fallecido meses atrás. Durante la caminata se produce un incidente que les obligará a tratar de acortar el trayecto. Para ello, deberán atravesar un largo y ominoso bosque. (Cineycine).
Nuevamente nos encontramos con un film que, al no responder al estilo del cine que se estila hoy en día (superhéroes, remakes, secuelas, CGI a toda caña…), se vio condenado a ser repudiado por las salas de cine. Finalmente encontró su cobijo en Internet y en plataformas como Netflix. Es hora de que sepamos que se esconde tras… ‘El ritual’.
“Debimos haber ido a Las Vegas” (Dom)
Crítica de El ritual
En estos tiempos en los que en el género de terror “comercial” parece abonado a vivir de los éxitos de James Wan o Fede Álvarez, todavía podemos congratularnos con las sorpresas que nos van llegando desde el Reino Unido. De esta manera, pequeñas producciones como ‘Dog Soliders’ (Neil Marshall, 2002), ‘The Descent’ (Neil Marshall, 2005) o ‘Howl’ (Paul Hyett, 2015) vienen a rescatar, con mejor o peor fortuna, el auténtico espíritu del cine de terror ochentero. Aquel tipo de cine muy alejado del CGI y basado en la imaginación, el maquillaje y las prótesis. Y en esta línea se sitúa también ‘El ritual’.
Estamos ante una modesta producción dirigida por David Bruckner. Hablamos de un realizador y guionista cuya corta carrera se ha movido en el ámbito de la serie B de género. Bruckner realiza en este film una gran labor, y demuestra saber utilizar al máximo los mínimos elementos posibles para generar terror atmosférico. Su labor resalta sobre todo por el genial aprovechamiento del entorno natural en el que se desarrolla íntegramente el film: el bosque que recorren los protagonistas. Una arboleda interminable convertida en el verdadero y terrorífico personaje de la propuesta. El bosque se muestra como un gran generador de miedo y tensión con sus ruidos, signos marcados, gigantescos y agresivos pinos, y bramidos varios… Amén de las pesadillas nocturnas que mezclan realidad y ficción en el caso concreto del personaje interpretado por Rafe Spall.
Es cierto que el film, basado en la novela de Adam Nevill, bebe de clásicos como ‘El proyecto de la bruja de Blair’ (Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999). Esto último con el entorno natural o la brujería. Pero va mucho más lejos gracias a su acertado suspense y, especialmente, por su tramo final. Una última parte en la que incluso podremos presenciar a la criatura acosadora. Se desvelará así todo el misterio anterior que se nos iba mostrando en pequeñas “píldoras”. De esta forma, asistimos a un giro muy acertado que rompe con el ritmo de “la caminata de terror” para entregarnos otra clase de película, pero muy en relación con lo que hemos ido presenciando.
Al respecto de la trama, decir que esta se apoya en los miedos y pesadillas de los protagonistas. También en la presencia de la misteriosa criatura que se intuye más que visualiza (excepto al final). Y lógicamente en la paranoia y discusiones que se van produciendo en el cuarteto de amigos según van viendo que su escapatoria del bosque es casi imposible. La suya es, sin duda, una caminata hacia lo más profundo del infierno personal y físico.
Respecto a las interpretaciones, decir que los protagonistas principales son cuatro: Rafe Spall, Arsher Ali, Robert James-Collier y Sam Troughton. Estos cuatro actores van totalmente en sintonía con la película, es decir, empiezan algo flojos pero luego van subiendo el nivel de su actuación a medida que el metraje va a avanzando y sus personajes se van introduciendo más y más en el bosque.
En cuanto a sus roles: Rafe Spall (el más conocido para el gran público) es Luke, el más fuerte del grupo y el que carga con la culpa del fallecimiento del amigo al que homenajean con su viaje. Arsher Ali es Phil, quizás el más débil mentalmente hablando y en el que menos se ahonda. Por su parte, Robert James-Collier interpreta a Hutch, el “líder” y el que más personalidad tiene. Finalmente, Sam Troughton como Dom empieza siendo el típico quejica y “llorón”… pero termina presentando una evolución ciertamente sorprendente. Para Paul Reid simplemente queda una mención como Robert, el amigo que muere al principio de la cinta.
En conclusión.
Finalizo esta crítica de El ritual, una grata sorpresa de terror que hace un gran uso de la ambientación natural para recrear el miedo. Un film que nos atrapa en el bosque junto a los protagonistas sin dejarnos salir. Y que además nos retrotrae con acierto a las buenas películas de género de los 80 en las que lo artesanal y la sugestión primaban sobre las pantallas verdes y demás parafernalia visual.
Tráiler de El ritual
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Film claramente opresivo que usa el ambiente para crear una tensión muy bien llevada plagada de imágenes malsanas y una intrigante mitología satánica ancestral, no disimula que sus elementos sobrenaturales beben de pequeños clásicos del estilo de La Tutora o Pacto de sangre o incluso la muy alabada, y mucho más reciente La bruja.
Un film rescatable, sobre todo, para ver en época de Halloween o en una noche en donde queremos ser asustados y pasar un mal rato, ya que como bien indica David nos retrotrae a joyas de la serie B de los años 80.
D: 6,5 G: 6 R: 6,5= 6.