American Psycho
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“Vivo en el edificio American Gardens en la calle 81 Oeste, en el undécimo piso. Me llamo Patrick Bateman. Tengo 27 años y me gusta cuidarme. Sigo una dieta equilibrada y una rutina rigurosa de ejercicios. Existe la idea de que Patrick Bateman es una especie de abstracción porque yo no existo de verdad sino como ente, como algo ilusorio. Aunque pueda ocultar mi fría mirada, si me das la mano notarás que mi carne roza la tuya. Incluso tal vez intuyas que es probable que tengamos estilos de vida parecidos. Pero yo sencillamente no estoy”. Christian Bale es ‘American Psycho’.

Crítica de American Psycho

Esta cinta se estrenó un 14 de abril de 2000 en USA y revolucionó todo el cine de ese año. Además, dejó constancia del regreso a la primera línea de Christian Bale tras darse a conocer como niño prodigio con ‘El imperio del sol’ (Steven Spielberg, 1987). Hasta ‘American Psycho’, Bale había vagado durante los 90 por papeles de reparto. Aquí demostró el impresionante actor que podía llegar a ser mucho antes de aspirar a los Oscars o ganarse la eternidad encarnando al mejor Batman de la historia en la trilogía de Christopher Nolan.

‘American Psycho’ es una comedia negra excesiva y paranoide con elementos de thriller y terror psicológico. Estamos, ante todo, delante de una cinta independiente que Mary Harron (directora) luchó por sacar adelante por encima de las presiones de los estudios. Ellos querían rebajar el tono de la polémica novela de Bret Easton Ellis. Querían llevar el proyecto a ser una producción importante y que fuera protagonizada por Leonardo DiCaprio. La encarnizada lucha de Harron por tener el control, algo que con DiCaprio a bordo sería imposible, hizo que el film pasara de aspirar a un presupuesto de entre 40-50 millones de dólares a menos de 12, pocos incluso para la época. El paso por festivales, su llegada al formato doméstico y el calado del tiempo la convirtieron en una auténtica cult-movie.

En la producción del film sobresale el nombre del mecenas independiente Edward R. Pressman. También tuvo ese crédito en ‘Wall Street’ (Oliver Stone, 1987), una película sin la que no existiría ‘American Psycho’. Otro nombre que llama la atención en la producción es el de Ernie Barbarash, luego conocido dentro del mundo del DTV por dirigir varios films de Van Damme.

Mary Harron solo tenía un título de importancia antes de situarse tras las cámaras de ‘American Psycho’. Me refiero a ‘Yo disparé a Andy Warhol’ (1996), película biográfica sobre el intento de asesinato de Warhol a cargo de Valerie Solanas en los años sesenta. Por lo tanto, no descubrimos la pólvora afirmando que su trabajo aquí fue el más importante de su carrera. De nuevo toca alabar su valentía a la hora de trasladar la novela extrayendo hábilmente lo mejor de ella y plasmando a la perfección la trastornada mente de su protagonista. Esto nos lleva a lanzar un claro aviso sobre las crudas escenas de muertes y sexo que plagan la cinta. Estas escenas no son ni mucho menos aptas para cualquiera, a pesar de la carga de humor negro que las redondea en su gran mayoría.

En cuanto a la fotografía del film es obra de Andrzej Sekula. Hablamos de uno de los cinematógrafos más reputados dentro del cine independiente o fuera del circuito de la primera línea. La fama de Sekula viene de su trabajo junto a Quentin Tarantino en sus obras primigenias ‘Reservoir Dogs’ (1992) y Pulp Fiction (1994). Sekula destaca sacando partido a los entornos de la vida de Bateman como su piso o su oficina. También sobresale cuando retrata Nueva York como un sórdido núcleo urbano totalmente individualizado.

Otro punto ganador de la cinta es su selección de canciones no originales. Canciones que van de la mano del improvisado DJ que es Patrick Bateman, ya sea cuando le da al play en su equipo de sonido en el piso o en su walkman. Sus peroratas acerca de la intrahistoria de las canciones que va “pinchando” son oro puro. Además suelen ser el preámbulo de una matanza.

El elenco está liderado por un Christian Bale insuperable en su encarnación de Patrick Bateman. También encontremos al hoy oscarizado Jared Leto como Paul Allen, un yuppie repelente y compañero de “vicepresidencia” de Bateman. La confusión de identidad que Allen tiene con Bateman es un chiste recurrente. Además, su personaje es de una estupidez rematada. Ojo a su último diálogo cuando ya el espectador sabe perfectamente lo que va a ocurrir y él le pregunta a Bateman para qué es todo el plástico que tiene extendido por el suelo de su salón.

Por su parte, Josh Lucas y Justin Theroux son Craig McDermott & Timothy Bryce, dos amigos de Bateman. Mientras que Matt Ross da vida a Luis Carruthers, un personaje cuya mirada y modales es capaz de poner muy nervioso a más de uno, incluido al propio Bateman. En la parte femenina hayamos a Reese Witherspoon como Evelyn, la novia formal de Bateman. Chloe Sevigny es la secretaria Jean y Samantha Mathis da vida a Courtney Rawlinson, una joven plenamente materialista pero con graves problemas con las drogas. Por último, encontramos en un papel de sabueso a Willem Dafoe como el detective Donald Kimball.

“Tengo todas las características de un ser humano, pero ni un solo sentimiento identificable y claro. Simplemente no estoy centrado” (Patrick Bateman)

En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de American Psycho, una tremebunda bofetada al way of life basado puramente en la imagen “ganadora” de bróker que idealizaba el triunfo en los años ochenta. Funciona a la perfección como una genial vuelta de tuerca al ‘Wall Street’ de Oliver Stone.

Tráiler de American Psycho

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