Black Mass: Estrictamente criminal
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De la mano del director Scott Cooper hoy comentamos una cruda película de gánsteres. Una cinta basada en la historia real de James «Whitey» Bulger. Hablamos de un mafioso de Boston que, durante décadas, eludió hábilmente al FBI y controló el tráfico de drogas en la ciudad con mano de hierro. Bienvenidos a la crítica de Black Mass: Estrictamente criminal.

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Crítica de Black Mass: Estrictamente criminal

Scott Cooper, conocido básicamente por dirigir la película ‘Corazón rebelde’ (2009), que protagonizó Jeff Bridges hace unos años, nos ofrece una historia de mafiosos cruda y voluntariosa pero con ciertas irregularidades. La verdad es que la última película de gánsteres que me había aportado realmente algo nuevo fue Promesas del Este’, una obra sumamente interesante de David Cronenberg que, a través del gran trabajo interpretativo de Viggo Mortensen, nos mostraba el lado más oscuro y sórdido del crimen organizado.

En este caso encontramos un guión bastante funcional. Un script que funciona a base de flashbacks, con declaraciones de los compinches de Jimmy Bulger que narran sus vivencias a las órdenes del cruel mafioso. En ese punto no hay nada que objetar, pero el modo en que se desarrolla la historia ya es otra cosa. Todo comienza con un repaso a los inicios de Bulger como delincuente. En esa parte veremos escenas realmente bien rodadas que nos hacen pensar que presenciaremos algo muy bueno. Se introducen personajes como el del senador William Bulger, con un magistral Benedict Cumberbatch, o el del agente James Connolly en la piel de Joel Edgerton, el amigo de infancia de Jimmy que, sin saber muy bien cómo, termina protegiendo a un delincuente.

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Quizás ahí es donde vislumbramos el primer problema, porque la colaboración que inicia Jimmy con Connolly no es nada creíble. Lo único que consigue que nos creamos lo que vemos es que es una historia real. ¡Y ya se sabe, a veces la realidad supera a la ficción! Pero no funciona demasiado bien que un agente del FBI ayude a un criminal con el pretexto que «de pequeño me defendía de los otros niños». Eso es un tanto absurdo. Y no es un problema interpretativo. En ese aspecto los secundarios que ayudan a configurar ese pasado de crimen y traiciones están espléndidos. Tampoco es un problema de inmersión, porque en todo momento nos vemos dentro de ese escabroso mundo gracias a una puesta en escena impecable. No, es un problema de enfoque puro y duro.

Otra muestra de esto que comento es el modo en que se ridiculiza al FBI durante toda la película. El choteo no es sólo por el tono sutilmente paródico de personajes como el de Kevin Bacon, que supuestamente es el superior de Connolly, sino porque parece que tomar el pelo a una organización como el FBI es lo más fácil del mundo. Por cierto, gran trabajo también el de Joel Edgerton. El único «pero» que le pongo es que no consigue parecer un agente corrupto del FBI, sino un delincuente más. Son ese tipo de sutilezas las que evidencian ciertos descuidos a la hora de hilvanar la trama.

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Obviamente hay que hablar de Johnny Depp, que es quien trata de dar vida a Jimmy Bulger. Confieso que soy de ese tipo de espectadores que está harto de los trabajos camaleónicos de Depp. En su caso siempre veo al mismo personaje. Y cuando visioné el tráiler de Black Mass’ creí que volvía a regalarnos un gran trabajo, como los que hacía antes de coger el kit de maquillaje y hacer de Lon Chaney desatado. Me equivoqué, nuevamente vemos a Depp dibujando un personaje irreal que, en este película, no debería encajar demasiado bien. La buena noticia es que sí encaja, gracias a él, Bulger termina siendo aterrador. Su interpretación nos ofrece una clara explicación de por qué sus compinches vivieron años a su sombra sin atreverse a rechistar.

En resumen, si conseguimos pasar por alto ciertos problemas nos encontramos con una película de gánsteres bastante metódica. Un film que, pese a la innegable influencia de otros grandes títulos, consigue hacerse un hueco dentro del género. Lo interesante e inquietante de esta película es la historia que nos cuenta. No es una historia de drogas y asesinatos al uso, sino un vistazo morboso a lo fútil y maleable que son la ética y la moral humanas. Jimmy Bulger, un criminal despiadado que, tras pasar diez años en cárceles de alta seguridad, regresó a su barrio para retomar el crimen donde lo había dejado. Y Connolly, un ejemplo de lo corruptible que puede ser hasta el más honrado cuando detrás hay intereses y una baja autoestima.

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Conclusión.
Seré bastante directo, está es una película que tiene algunos errores de planteamiento y un Johnny Depp que, a pesar de contenerse más de lo habitual, sigue adoleciendo de ciertos tics. Pero dentro de lo que últimamente nos ha deparado el género de mafiosos creo que estamos ante una de las propuestas más interesantes.

Tráiler de Black Mass: Estrictamente criminal

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