Regreso al futuro III
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“Envié la carta el 1 de septiembre, así que te enviaré al día siguiente: 2 de septiembre de 1885 a las ocho de la mañana. A mi me matan el lunes 7, así que tienes cinco días para localizarme. Lo que tienes que hacer ahora es conducir el vehículo hacia esa pantalla y acelerar hasta 140 kilómetros por hora. Buena suerte por la cuenta que nos trae. Nos veremos en el futuro… ¿o será en el pasado?”. El tiempo vuelve a contar en ‘Regreso al futuro III’.

“Es una larga historia, Doc…” (Marty)

Crítica de Regreso al futuro III

Después de las dos fenomenales e insuperables entregas anteriores, en la previa del verano de 1990, llegaría ¡por fin! el ansiado cierre de una de las más disfrutables e icónicas trilogías de la historia del séptimo arte: ‘Regreso al futuro III’. El film contaba con todo el equipo de la primera entrega, o casi todos, si nos ceñimos a varias bajas del elenco actoral ya comentadas en la reseña de la segunda entrega. Además ahora nos proponían un lúdico y sensacional viaje final al pasado. ¡Nada más y nada menos que al lejano Oeste!

La idea principal vino aportada por el propio Robert Zemeckis, el cual afirmó haber cumplido un sueño de niño al poder rodar en escenarios donde lo hicieron iconos americanos como John Ford o John Wayne. Junto a Bob Gale, Zemeckis no opta por parodiar el ambiente del lejano oeste, sino mostrarlo lo más cruento y veraz posible. De esta forma, el humor surge justamente de la visión idealizada del propio Marty. Incluso del herrero al que da vida, gabardina polvorienta incluida, Doc Brown. Es más, esta visión luce bastante alejada de las idealizadas versiones más volcadas al divertimento de doble sesión. Fundamentalmente se quería homenajear a ‘Pasión de los fuertes’ (John Ford, 1946). Y, también, llegado el momento, salen a relucir las potentes influencias de los films de Sergio Leone… más allá del guiño por parte de Marty al elegir su nombre de “pistolero”.

Rodada, como ya muchos sabrán a estas alturas, de forma paralela a la entrega anterior, ‘Regreso al futuro III’ se estrenó en USA el 25 de mayo de 1990. La película amasaría la más que importante cantidad de 245 millones de dólares mundiales. Esta cifra elevó el total de la saga a más de 960 millones solo en su paso por cines. ¡Una auténtica barbaridad para aquellos tiempos! A la vista del tremendo negocio, la propia Universal decidió montar en su parque temático una atracción catalogada, en su tiempo, como revolucionaria. Además se dio dar luz verde a una serie de animación que duró varios años en antena emitida para EEUU por la CBS (1991-1993). En la misma se podían encontrar un buen número de voces originales… pero no las de Michael J. Fox ni Christopher Lloyd.

Esta tercera parte nos ofrece aventura, drama, comedia y western. Amén de una buena cantidad de guiños y juegos cinematográficos, especialmente al género predilecto del cine americano. Destacar de entre la acción y la aventura, lo sensacionalmente bien que han envejecido muchos de los trucajes de la persecución final con tren y DeLorean incluidos. Eso sí, puede que, uniendo todos los palos que toca la cinta, el ritmo no esté tan afinado como en las películas anteriores, que todo sea dicho contenían menos metraje. Sobre todo, la segunda parte que, literalmente, no daba cuartel para las risas y la diversión.

Prácticamente la mayor parte del metraje tiene lugar en Hill Valley (1885), salvo algo más de los veinte minutos iniciales. La ambientación resulta magistral y en la fotografía contamos con la ejemplar labor de Dean Cundey. El director de fotografía hace lucir los lugares ya conocidos de los dos films anteriores así como las geniales localizaciones del salvaje Oeste. Y no solo eso, también destaca cómo están insertados los efectos especiales en la cinta. Por consiguiente, el apartado visual de ‘Regreso al futuro III’ es notable. Por otra banda, en la música vuelve al redil, con su atronadora fanfarria, Alan Silvestri. Además se añade al evento la canción original “Doubleback” de ZZ Top.

Pasando al reparto, la trama nos entrega una nueva historia de amor. Esta vez entre Christopher Lloyd, alias Doc Brown, y una maestra a la que da vida con una gran mezcla de dulzura y dureza una notable Mary Steenburgen. Apuntar que tanto Lloyd como Steenburguen ya habían coincidido en una de las primeras películas en Hollywood para ambos. Casualmente fue un western cómico titulado ‘Camino del sur’ (Jack Nicholson, 1978). Y esto se nota porque su química aquí es ciertamente perfecta. Y ellos son, sin duda, el corazón de esta tercera entrega.

Por supuesto, también contamos con el trasfondo del personaje de Michael J. Fox. En esta ocasión es Marty quien debe de empezar a escuchar los consejos y aprender de ellos, especialmente en lo referente a su mayor punto débil: las encerronas que viene precedidas de la frase: “¿No serás un gallina, verdad?”. Para las risas quedan las inenarrables pintas de Marty en su look de cowboy con flecos y camiseta rosa a lo Roy Rogers. Y su doble rol como su bisabuelo Seamus, imposible acento irlandés mediante. Además es difícil no disfrutar de la exageradísima labor de Thomas Wilson (Bufford ‘Perro Loco’ Tannen) y su banda de cuatreros. Ojo a este sucio y malencarado pistolero. Un criminal al que se le asocian doce muertos confirmados… sin contar chinos ni indios. Ni qué decir que Wilson se lo pasa en grande como el villano patán de la propuesta.

Otra que encarna a dos personajes es Lea Thompson. La actriz vuelve de nuevo al recurrente chiste de estar presente, a modo de falsa ensoñación, en el despertar de Marty de una supuesta pesadilla. En labores de reparto hallaremos a un par de secundarios que siempre lograban sobresalir por muy pequeños que fueran sus papeles: Matt Clark y Bill McKinney. Por último, James Tolkan repite un rol de duro. Luce chapa, bigote y melena como el sheriff local. Y queda marcada como cameo expendable para cubrir el cupo la aparición de Elisabeth Sue (Jennifer), durmiendo la siesta en el porche de su casa desde el casi el inicio del segundo film.

“Vuestro futuro todavía no está escrito, como no lo está el de nadie. Vuestro porvenir solo depende de vosotros. Labraos uno que sea bueno” (Doc Brown)

En resumidas cuentas.
Acabo esta crítica de Regreso al futuro III, un notable cierre a una fabulosa trilogía escrita con auténticas letras de oro en lo más alto del cine de evasión hecho en Hollywood. Ejemplo perfecto de diversión, alma y corazón al estilo blockbuster. Aunque queda por debajo del nivel de excelencia, ciertamente insuperable, de las dos entregas precedentes.

Tráiler de Regreso al futuro III

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