Mufasa: El rey león
Durante una jornada lluviosa, y estando sus padres fuera de casa, la pequeña Kiara queda en compañía de Timón, Pumba y Rafiki. Este último, y para entretenerla, decide contarle la historia de su abuelo: el gran Mufasa. (Cineycine).
Mufasa siempre fue un gran rey muy sabio. Pero, sobre todo, era un gran padre y protector. Siempre veló por su hijo Simba y por toda su comunidad. Hoy toca retroceder hasta su infancia y juventud para saber cómo llegó a convertirse en todo un respetado monarca. Saludad al rey. Saludad a ‘Mufasa: El rey león’.
“Mira a las estrellas cuando te sientas solo. Los grandes reyes estarán ahí para ayudarte” (En memoria de James Earl Jones)
Crítica de Mufasa: El rey león
Corría el año 1994 y Disney lanzaba uno de sus mejores y más grandes clásicos animados. Me refiero a ‘El rey león’. La película logró trascender llegando a formar parte de la cultura popular dando lugar a muy variado merchandising, diferentes adaptaciones y hasta secuelas directas a video. Muchos años después, ya en la era de los live-action, el estudio de Mickey Mouse recuperó el film original pasándolo a imagen real. El encargado fue un hombre de confianza: Jon Favreau. El director nacido en NY ya había realizado un gran despliegue visual con “animales” y naturaleza en ‘El libro de la selva’ (2016). Así pues, era el hombre indicado. Y Favreau consiguió firmar un destacado trabajo visual con su versión de ‘El rey león’ (2019). Tema diferente es que la gente pidiera algo más. Pero, ¿Cómo pedirle más a la adaptación de un clásico tan venerado?
Y la respuesta a la pregunta anterior la tenemos en ‘Mufasa: El rey león’. Esta película se configura a modo de precuela contando también con ciertos elementos de secuela. En la misma, Rafiki le cuenta a Kiara, y al público, cómo el padre de Simba llegó a convertirse en el admirado y respetado rey por todos conocido. Por consiguiente, tenemos una historia completamente nueva basada en un mismo universo. Y este es, sin duda, el principal aval del film que hará las delicias de los más fanáticos. Además, y dado su carácter de precuela, la película (como diría mi compañero J. Glez) se puede defender perfectamente por sí misma. Con esto quiero decir que funciona como film individual y se puede ver sin necesidad de haber visto la original. Esto último algo que me es imposible concebir a día de hoy… pero, nunca se sabe.
Detrás de las cámaras, y sustituyendo a Favreau, tenemos a Barry Jenkins. El director continúa su camino comercial después de su alzamiento con ‘Moonlight’ (2016). Ahora bien, lo cierto es que en este tipo de película da igual el nombre del realizador. Comento esto porque Jenkins, o cualquier otro en su lugar, va a trabajo hecho. El trabajo realizado previamente por Jon Favreau en los mencionados live-action de ‘El libro de la selva’ y ‘El rey león’. Claramente fue Favreau el que puso las estructuras para realizar este tipo de cintas protagonizadas por “animales parlantes”. Así pues, la tecnología empleada para recrear a los leones y al resto de criaturas es la misma. Básicamente hablamos de una mezcla de animación, imágenes generadas por ordenador fotorrealistas y técnicas cinematográficas de acción real.
No obstante lo anterior, resulta lógico que, con el paso del tiempo (un lustro en este caso), la técnica ha mejorado y los resultados son más sorprendentes. En este aspecto vemos como Jenkins se luce con unas escenas de acción espectaculares y muy conseguidas. Entre este tipo de secuencias estarían la riada inicial, la estampida o el clímax. También muy alucinante es contemplar como la animación se lleva al máximo de lo que puede dar actualmente viendo, por ejemplo, como el viento mueve la blanca melena del poderoso Kiros. Aunque, por el contrario, el trabajo de animación facial y expresividad que se puede hacer con los leones es muy escaso. Esto es algo que ya comenté, en su momento, en la reseña del film de Favreau. Y esto se deja sentir, especialmente, cuando se ponen a cantar no dando el pego nunca.
Y así llegamos al punto más positivo de la propuesta: el guión. Hablamos de un libreto escrito por el veterano Jeff Nathanson que recoge las temáticas clásicas de ‘El rey león’ como: la amistad, el ciclo de la vida, la familia, el respeto,… Pero lo más interesante de la labor de Nathason es apreciar cómo va trabajando y dotando de personalidad a los personajes por todos conocidos. Al final de ‘Mufasa’ el púbico sabrá por qué en su continuación cada personaje se comporta de una determinada manera… Al margen de esto, me gustaría detenerme brevemente en los dos temas fundamentales de esta precuela: el aprendizaje y la ascendencia real. El primero nos revela que las lecciones (buenas o malas) que recibimos siendo niños pueden marcar definitivamente nuestra madurez. Y el segundo deja claro que las líneas reales hay que ganarlas en el campo y no en la cuna.
Vamos ahora con el apartado musical donde encontramos al actualmente muy presente Lin-Manuel Miranda. El polifacético actor y compositor sigue trabajando para Disney y se ha sentido orgulloso de colaborar en ‘Mufasa’. Sin embargo, su trabajo aquí no pasa a la historia puesto que las canciones no son memorables. Y esto se une a lo ya comentado antes de la no-expresividad de los leones. Tan sólo me quedé en la cabeza con el tema “Bye, bye” que canta Mads Mikkelsen (Kiros) antes de cometer una maldad. Así pues, el trabajo en este aspecto no puedo decir que sea destacado.
Doblando a los animales del film se ha vuelto a contar con un elenco importante que hace una labor notable. Los protagonistas principales son Aaron Pierre y Kelvin Harrison Jr. que prestan su voz a Mufasa y Taka. El primero mantiene un mismo tono mientras que el segundo va cambiando según va girando su personaje. Ambos se conocen en la infancia cuando Taka salva la vida de Mufasa y ya mantienen todo el film su amistad basada en la lealtad de Mufasa para con Taka, ya que este es el descendiente de una manada real. Junto a ellos se sumarán viejos conocidos algunos de los cuales mantienen su voz original. Me refiero a Tiffany Boone (Sarabi), John Kani (Rafiki) y Preston Nyman (Zazu). El trabajo de este trío es francamente bueno.
También ofrecen una gran labor Lennie James (Obasi) y Thandiwe Newton (Eshe). Actor y actriz ceden sus voces a los padres de Taka. Obasi es un maduro león que se ha abandonado a la vagancia, es clasista y da mal ejemplo y malas enseñanzas a su hijo. Especialmente lo perjudicará con esta frase: “El engaño está al servicio de los grandes reyes”. Por su parte, Eshe es una madre ejemplar que representa todo lo contrario a Obasi. Ella enseñará a Mufasa a cazar y a ser capaz de sobrevivir cuando sea rechazado por Obasi. Y completando este bloque tenemos un soberbio trabajo de Mads Mikkelsen como Kiros, un colosal y forastero león albino que siempre viaja con sus leonas depredadoras dispuesto a aniquilar a otras manadas. Especialmente la tomará con Mufasa y Taka por un violento suceso.
Y, claro, al tener esta película también un aire de secuela vuelven personajes como Timón y Pumba, y Simba y Nala. La primera pareja vuelve a ser interpretada muy divertidamente por Billy Eichner y Seth Rogen. Y en la segunda pareja mantienen su buen tono Donald Glover y Beyoncé Knowles. Por último, muy tierna y espontánea es la aportación de los jovencitos que prestan su voz a los cachorros. Entre ellos sobresale Blue Ivy Carter como Kiara, la hija de Simba y Nala.
“Perderse es encontrar el camino” (Eshe)
En conclusión.
Acabo esta crítica de Mufasa: El rey león, una valiosa aportación al conocido universo de Simba y familia. Es cierto que nadie, o casi nadie, había pedido esta película… pero la misma cumple entregando una historia practicamente inédita. Una historia que completa bastante bien a la original y que veo imprescindible tenerla en forma díptico y casi tríptico: precuela, original y continuación.
Tráiler de Mufasa: El rey león
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