Tierra de sueños
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Comentario de Tierra de sueños de Jiro Taniguchi.

A mediados de los noventa descubrí a Jiro Taniguchi leyendo una obra intimista de título ‘El caminante’. Quedé cautivado al instante por el trazo realista y sobre todo por la profundidad de los personajes. Porque si algo podemos decir de Jiro Taniguchi es que es un maestro contando historias humanas, uno de los grandes mangakas que ha dado Japón. En esta pequeña gran obra que vamos a comentar, con el estilo inconfundible que le caracteriza, nos ofrece un conjunto de cinco historias cortas que reflejan los pequeños detalles que conforman la vida.

Valoración.
Japón es uno de los países que genera más volumen de comics a nivel mundial, pero todavía hay un gran sector del público que permanece ajeno a él, más centrado en el cómic occidental. Por eso no es extraño observar cómo en ocasiones se relaciona el manga con la violencia, la comedia más disparatada o el sexo. Como si fuera un producto dirigido a un público muy concreto, cuando en realidad no es así.
Estamos ante un mercado que nos ofrece una amplia variedad donde elegir, y ‘Tierra de sueños’ es un ejemplo perfecto de ello. Estamos ante un manga cuyo autor muestra un claro estilo occidental en todas sus obras, con claras influencias de los autores franco-belgas. En la mayoría de sus trabajos conjuga el costumbrismo con el humanismo más puro, y de lo que podemos estar seguros es que para contar una historia sin una sola línea de diálogo, tal como hiciera en ‘El caminante’, es necesario dominar el medio y tener una visión narrativa magistral. En realidad comento esto porque Taniguchi se desmarca de la mayoría de mangakas, prefiere ahondar en las historias cotidianas que en algunos casos se adivinan autobiográficas.

Tal es el caso del manga que pasamos a comentar. Un compendio de cinco historias emotivas que conforman la visión intimista de una pareja sin hijos. En la primera de estas historias Taniguchi nos relata los últimos meses en la vida de un perro y cómo reacciona esta pareja que ha construido su vida alrededor del animal, creando esos lazos que sólo el que ha tenido un perro puede conocer. Poco a poco vamos siendo testigos de cómo intentan aferrarse a cualquier posibilidad para impedir que el animal muera, mientras nosotros contemplamos impotentes el padecimiento del animal y rogamos que pongan fin a su sufrimiento. También van apareciendo las primeras fricciones entre la pareja, al tiempo que hacen balance de los años vividos junto a su mascota y de los sacrificios que han tenido que hacer para conservarlo. En realidad el genio de Taniguchi es tal que incluso los que jamás hemos tenido un perro acabamos sumergiéndonos en este drama, no siendo difícil soltar una lágrima ante lo que nos muestra.

La segunda de las historias nos presenta a la misma pareja un año después. Su perro ha muerto y aceptan acoger temporalmente a una gata que ha sido abandonada. Poco a poco la pareja va volcándose en la gata y acaban encariñándose con ella, con la complicación de que descubren que está embarazada. Claro, una vez más surgen roces entre la pareja porque se enfrentan a nuevos problemas de convivencia con el animal y al mismo tiempo no saben qué hacer con los gatitos que han de nacer. Eso nos lleva a la tercera historia, donde se nos cuenta cómo deciden regalar los gatitos a otras personas. Y partiendo de algo tan sencillo el autor nos va desgranando las distintas emociones que sienten ellos y la propia gata al desaparecer los pequeños. Fijémonos que en todo momento se nos están mostrando situaciones cotidianas, aparentemente sin interés, pero es gracias al pulso narrativo de Taniguchi que todo adquiere una relevancia muy especial.

La cuarta historia introduce un nuevo personaje, en este caso la sobrina pequeña de la pareja, que va a visitarles para pasar unos días con ellos. Un claro reflejo hacia la hija que nunca han tenido, pero que además nos sirve para ahondar en las emociones humanas que giran alrededor de este grupo de personas. Y la verdad es que llegado este punto nos encontramos con un elemento que ha sido cuestionado no pocas veces. La quinta historia, en vez de mantener el hilo argumental del resto del manga, nos muestra algo totalmente distinto. Se nos relatan las peripecias de un alpinista que por segunda vez intenta coronar el Himalaya. Es lógico que mucha gente haya considerado que estamos ante un episodio de relleno. Pero la verdad es que en mi opinión no hay motivo de queja, con este quinto relato Taniguchi pasa de dibujar casitas y zonas residenciales a plasmar sobre papel montañas, páramos y paisajes. Con ello demuestra, por si había alguna duda, que además de ser un excelente narrador es un gran dibujante.

Conclusión.
Lo más importante a tener en cuenta es que quien busque el típico manga repleto de escenas de acción se ha equivocado de obra. No porque no vaya a gustarle, sino porque lo que ofrece es diametralmente opuesto. Y lo mismo podemos decir de aquellos que anden detrás de algún título en la línea de ‘Naruto’ o de los que prefieran una historia costumbrista ambientada en la época Edo. Tierra de sueños de Jiro Taniguchi es un viaje intimista a la realidad humana y a todas aquellas experiencias que podemos encontrar en cualquier rincón del mundo. Experiencias que son la esencia sobre la que se construye un hogar y el pilar más importante de toda relación. En mi opinión estamos ante una obra muy recomendable, siempre teniendo en cuenta que la experiencia que podamos extraer de su lectura dependerá en buena medida de como nos acerquemos a ella.

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