Daylight (Pánico en el túnel)
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Me llamo Latura, Kit Latura. Hace ya ¡25 años! me vi envuelto en una catástrofe en el túnel Holland de Manhattan. Por aquel entonces había sido despedido de mi puesto de Jefe de urgencias y me ganaba la vida como simple taxista, pero uno no puede esconder al héroe que lleva dentro cuando el caos y la destrucción te reclaman. Y como toda gran historia merece ser contada… ¡aquí la tenéis!! Así pues, contened la respiración y sed… ¡Bienvenidos a una noche de ‘Daylight (Pánico en el túnel)’!

«¡Tú insiste, maldito cabrón! ¡Insiste! ¿Cuántas oportunidades necesitas? ¡Los has matado a todos! Pero sabes, es a mi a quien debiste matar, porque he encontrado tu corazón. ¡Lo he descubierto y lo voy a hacer pedazos!» (Kit Latura)

Crítica de Daylight (Pánico en el túnel)

Entre 1996 y 1998 surgió un nuevo boom! de los films de catástrofes. Un boom! avivado por el enorme éxito a nivel mundial de Independence Day(Roland Emmerich, 1996). A partir de ese megahit, los grandes estudios empezaron a dar luz verde a films en donde se destruyera el mundo, o parte del mismo, de todas las formas posibles. Algunas propuestas se estrenaron con atronador éxito como Armageddon (Michael Bay, 1998) y ‘Twister’ (Jan de Bont,, 1996). En cambio, otras como ‘Volcano’ (Mick Jackson, 1997) o Un pueblo llamado Dante´s Peak’ (Rogar Donaldson, 1997), que se empeñaron en ver la luz con apenas un par de meses de diferencia, terminaron con un revolcón en taquilla.

Por supuesto, también salieron al «expositor» muchas otras películas lanzadas a rebufo del resurgir del género. Hablo de cintas que tenían como primer mercado el doméstico. Sin embargo, algunas quisieron probar su parte del pastel como: Tormenta de fuego’ (Deam Semler, 1998), o la muy entretenida e injustamente olvidada ‘Hard Rain’ (Mikael Salomon, 1998). Incluso a Emmerich le dio tiempo para volver a su género predilecto con su personal visión del mito de Godzilla(1998).

De todas las películas citadas, y junto a ‘Armageddon’, la más esperada era el film que hoy nos ocupa: ‘Daylight (Pánico en el túnel)’. Esta producción fue anunciada por el propio Sylvester Stallone como: «Mi última incursión cinematográfica como héroe de la función». Pero el fracaso del film en USA, y la falta de guiones con posibilidades dramáticas, le hizo cambiar de opinión. Y eso a pesar de que en 1997 estrenó Cop Land’  (James Mangold), uno de sus mejores trabajos interpretativos que fue injustamente ninguneado por todos.

A pesar de que esta cinta no calara en el público estadounidense como debería… no fue porque estuviéramos ante un film fallido, todo lo contrario. ‘Daylight’ es un notable regreso a los films de desastres que tanto abundaron en los 70. Podemos hasta decir que siguió su fórmula al dedillo. Precisamente, esa es una de sus mejores bazas: un protagonista con carisma, un grupo de actores secundarios cuyas interpretaciones e historias personales nos llegarán al corazón, un despliegue de efectos especiales de gran nivel y un crescendo de tensión sobrecogedora que nos pondrá el corazón en un puño.

‘Daylight’ representa, como pocas, lo que viene a ser una montaña rusa emocional. Un espectáculo en donde los espectadores rápidamente consiguen situarse emocionalmente identificados con el grupo de supervivientes y jalearlos en los momentos más difíciles (que serán muchos). Y eso que Pánico en el túnel’ (titulo Made in Spain) vino firmada por Rob Cohen en el que es, y de largo, su mejor largometraje. En el apartado técnico también hay que destacar la portentosa partitura musical de Randy Edelman. Y ¡cómo no! sus tremendísimos efectos especiales y de sonido nominados al Oscar en la gala de 1997.

Y si hablamos de las excelencias de la cinta, tenemos que hablar de Sylvester Stallone. Pocos actores trasmiten el carisma y hacen sentir al espectador una empatía igual que él. Desde su primera aparición en pantalla sabemos que estamos ante uno de esos personajes de la calle. Tipos humanos y auténticamente “Stallone” que tan bien le va a sus características interpretativas (limitadas, sí, pero que en su registro, y bien utilizadas, logran grandes resultados). Me atrevo a decir que su Kit Latura es uno de los personajes imprescindibles de su filmografia. No es un héroe, no es un superhombre, no va alardeando, sólo busca su redención personal y tiene como armas la valentía y una fe inquebrantable. Además de eso, Stallone hace bueno su lema de hacer él mismo las escenas de acción que su personaje lleva a cabo en la pantalla.

A Stallone le acompaña un acertadísimo reparto de actores secundarios de diferentes generaciones. Todos ellos logran llevar sus roles mucho más allá de lo presumible. Amy Brenneman borda un papel nada fácil, más aún teniendo en cuenta que la mayoría de sus escenas son junto al protagonista principal, Stallone. Stan Shaw da vida al guardia George. También está Viggo Mortensen, que comenzaba a hacerse un nombre en la industria, y que clava su personaje de chulo listillo. El resto de intérpretes, aunque un escalón por debajo de estos, también consiguen insuflar vida a sus personajes en la pantalla de forma notable, incluido el propio hijo de Sly, Sage Stallone. La excepción la pone Danielle Harris, una actriz que cimentó su carrera en los 90 haciendo de niñata repelente.

«¡Juntos podremos hacerlo! ¡Juntos podremos hacer cualquier cosa!» (Kit Latura)

En resumidas cuentas.
Finalizo esta crítica de Daylight (Pánico en el túnel), un film que fue para los 90 lo que ‘El coloso en llamas‘ (John Guillermin, 1974) para los 70. Un largometraje cuidado hasta el más mínimo detalle, con un reparto de actores grandioso, un dramatismo latente y dotada de un precioso tono de cuento redentor: la titánica lucha de un hombre contra su propia creación. Decididamente estamos ante un film a recordar.

Tráiler de Daylight (Pánico en el túnel)

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