Alerta máxima
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Después de décadas de servicio al ejército americano, y de ser un emblema militar, el acorazado USS Missouri se dirige a puerto para ser desmontado y expuesto como símbolo de cambio y paz en la política mundial. Pero sus armas tácticas son demasiado golosas para que acumulen polvo en un museo. En consecuencia, un grupo de renegados mercenarios y militares corruptos toman el control. Sin embargo, un cocinero llamado Steven Seagal acaba de activar la ‘Alerta máxima’.

“Sólo soy el cocinero” (Ryback)

Crítica de Alerta máxima

El artesano de acción Andrew Davis y el macho-man Steven Seagal se reunieron en 1992 para llevar la acción a un nuevo nivel en alta mar con ‘Alerta máxima’. Esta cinta es, sin duda alguna, una de las exploitations más célebres deJungla de cristal (John McTiernan, 1988). Aclarar que Davis ya había dirigido, previamente, a tipos duros como Chuck Norris en films como Código de silencio (1985). Incluso había hecho lo propio con Seagal en su debut en la gran pantalla:Por encima de la ley (1988).

‘Alerta máxima’ sigue al dedillo el esquema argumental de la imprescindible y ya citada obra de McTiernan. Simplemente se cambia un gigantesco edificio sitiado por un también gigantesco acorazado sitiado. De resto se toman sus puntos clave: el grupo de villanos liderado por un terrorista, el héroe a su pesar en el lugar equivocado, la amenaza que las agencias de seguridad nacionales no pueden detener y el inevitable one-man-army que irá minando a los malos hasta llegar al jefe final. No entraremos a valorar la invulnerabilidad de Seagal (Ryback) frente al héroe humano de Willis (McClane). La resistencia del maestro del Aikido forma parte de su leyenda de ser un intocable y llevar siempre llena la barra de poder.

En su momento, ‘Alerta máxima’ fue la más ambiciosa producción de Steven Seagal para la Warner Bros. El estudio puso encima de la mesa cerca de 40 millones para filmar por todo lo alto una de sus grandes apuestas del año 1992. El resultado fue un tremebundo éxito de taquilla: 156 millones mundiales y Nº1 USA en su fin de semana de apertura. Así las cosas, el film abrió las puertas para que Andrew Davis filmara al año siguienteEl fugitivo (1993)… y para que Seagal se permitiera el fugaz sueño de disputarle a Stallone y Schwarzenegger el cetro de héroes de acción en Hollywood.

Sobre la dirección de Davis se nota cierta incomodidad en su manera de filmar en cuanto a las secuencias que se supone están rodadas en la cubierta del barco. Hoy día, dichos momentos, se ven muy falsos y no aguantan el paso del tiempo. Se nota que, en realidad, estaban filmando en un set y no en un acorazado de verdad. Más cómodo se le ve cuando le toca rodar la acción, en su mayoría confrontaciones físicas entre Ryback y los esbirros de Stranix y Krill.

Por otro lado, destaca el entorno y las pocas armas que tiene Ryback a mano para ir minando al ejército de facinerosos. Quedan en la retina los trucos de las bombas caseras o el uso de las granadas en puertas y escotillas. Sobre las peleas, la verdad es que todas son bastante cortas. La más larga es la del clímax final entre Ryback y Stranix. En la misma, Tommy Lee Jones aguanta, cuchillo en mano, el tipo ante el maestro marcial Seagal como buenamente le dejan.

Pasando a otros apartados dignos de mención comentar que detrás del guión tenemos a J.F. Lawton, conocido por ser el autor de Pretty Woman (Garry Marshall, 1990). Por su parte, la score es obra de Gary Chang y luego sería reutilizada enDouble Team (Tsui Hark, 1997). Esta última protagonizada por el archí-enemigo de Seagal, el coloso belga Jean-Claude Van Damme. Finalmente, apuntar que ‘Alerta Máxima’ fue nominada a dos premios Oscar en la gala de 1993: mejor sonido y mejores efectos. Eso sí, no ganó ninguno.

Los actores principales y los que más lucen son, por supuesto, Steven Seagal (Ryback) y Tommy Lee Jones (Strannix). El primero cimentando su fama de todopoderoso action-man y el segundo ensayando para el papel de Harvey ‘Dos Caras’ enBatman Forever (Joel Schumacher, 1996). Sobre Ryback decir que, en este film y posteriores, se acabaría de instalar ese personaje recurrente de Seagal. Un tipo que con solo decir su nombre ya creaba miedo a sus rivales y daba pie a numerosas frases de ensalzamiento de su hombría. En ese aspecto se llevan la palma este film, su secuela Alerta máxima 2 (Geoff Murphy, 1995) y ‘En tierra peligrosa’ (Steven Seagal, 1994). Tampoco me olvido de Gary Busey (comandante Krill) tan descontrolado como cabe esperar y permitiéndose el lujo de travestirse para la ocasión.

El resto del elenco son puro adorno, incluida una muy perdida Erika Eleniak dando vida a una playmate que acumula tras de sí una vida plagada de malas decisiones, como la de subirse a un barco que está a punto de ser tomado a la fuerza por terroristas. Si acaso destacar también a Colm Meaney como Daumer, uno de los jefes de seguridad de Stranix. Un sujeto que, de boquilla, se las da de no tener miedo al ex-Seal y ahora cocinero Casey Ryback.

“¡Bienvenidos a la revolución!” (Strannix)

En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de Alerta máxima, una de las películas más conocidas y taquilleras de su protagonista: el invencible Steven Seagal. Con el tiempo se ganó un puesto de clásico noventero y sirvió para que Seagal entrara en las grandes ligas durante cerca de un lustro. El tiempo suficiente para que el público se diera cuenta de que solo tenía un registro interpretativo y su imagen comenzara a caer en picado. En definitiva, ‘Alerta máxima’ es cine de evasión al estilo años noventa. Ese tipo de película en la que sabes lo que va ocurrir pero que aún así disfrutas viendo cómo pasa.

Tráiler de Alerta máxima

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