IRMA, LA DULCE.
Deliciosa y descacharrante. Jack Lemmon en su mejor época y en su salsa. Shirley Mclaine luce arrebatadora. Tiene unos cuantos gags de puro humor absurdo y que te hacen partir de risa. Incluso acabas olvidándote de su imposible argumento...Gendarme francés (Lemmon) se enamora de una prostituta encantadora (McLaine), deja su trabajo y se convierte en su protector... y con el tiempo en el rey de los Chulos de París...como no soporta que otros coqueteen con su novia, se acaba haciendo pasar por un Lord Ingles, Sir X, convenientemente impedido de cintura para abajo, que paga grandes fortunas a la meretriz por pasarse horas junto al solitario...al juego de cartas. Y con esas fortunas, que el ex-gendarme consigue trabajando toda la noche como un negro en el muelle descargando fruta, carne y pescado, pueden vivir felices sin que ella este con otros...
Antologico lo del Bar-Man que antes de tener un Bar, había desarrollado mil y un trabajos...
9,5/10