Número 9
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La lucha del hombre contra la máquina ha inspirado muchas películas. Pero aunque en la mayoría de los casos la trama se centra en dicha lucha, en esta ocasión nos asomaremos a un futuro desesperanzador. Un futuro donde el hombre ya ha desaparecido dejando como únicos testigos de su gloria a unos pequeños seres mecánicos. Es tiempo de conocer al ‘Número 9’.

«Teníamos tanto potencial. Prometíamos tanto… Pero desperdiciamos nuestro don. Por eso, 9, te he creado. Nuestro mundo llega a su fin y la vida debe continuar».-Científico.

Número 9

Crítica de Número 9

En 2004 Shane Acker presentó un cortometraje titulado ‘Número 9’ que fue nominado a los Oscar. Unos años más tarde se concretó la realización de esta película inspirada en dicho corto. Esto se pudo lograr con la inestimable ayuda de Tim Burton en el papel de productor. Acker, que calificó este proyecto como «un sueño hecho realidad», había realizado otros cortometrajes de animación como The hangnail’ y trabajó como animador en la trilogía deEl señor de los anillos de Peter Jackson. Pero fue su cortometraje ‘Número 9’ el que cosechó diversos premios y nominaciones, abriéndole las puertas para que pudiera expandir considerablemente el mundo que rodea a los personajes de esta historia. Un mundo que bebe directamente de la Europa industrial de principios del siglo XX. Otras fuentes son la obra visionaria de Julio Verne e incluso conceptos tan esotéricos como la alquimia y la magia.

Para el guión se contó con una profesional conocida en el mundo de la animación por su particular estilo visual, Pamela Pettler. Fue una de las colaboradoras de Tim Burton en La novia cadáver’ y también participó en el guión de Monster House’. La historia transcurre de forma muy fluida. El ritmo es acompasado y nos permite adentrarnos en las ruinas de un mundo post apocalíptico de la mano de estos simpáticos muñecos. Eso sí, a diferencia de otros guiones, aquí se opta por ocultar numerosos detalles importantes de la trama. Me refiero, por ejemplo, al origen de los muñecos y el motivo por el que han sido construidos. Unos detalles que, al final, nos son revelados para facilitar la compresión de la historia que acabamos de ver.

Es cierto que no estamos ante una trama demasiado original. Sin embargo, la belleza de lo que se nos cuenta radica en otros aspectos que hemos de descubrir por nosotros mismos. Quizás las palabras de la propia Pamela Pettler sirvan como pista: «Básicamente se trata de una historia universal acerca de un mundo donde no existen fronteras ni razas. Hay una lucha, pero se lleva a cabo con esperanza y optimismo».

Número 9

El proceso creativo que hay detrás de esta película es impecable. A diferencia de películas como Pesadilla antes de Navidad’, que emplean el stop motion y las figuras a escala, aquí hay un trabajo previo diferente. Storyboards, maquetas para previsualizar los futuros escenarios y, por supuesto, el minucioso trabajo de animación e iluminación. Se empleó una paleta de colores muy concreta, con tonos cálidos y grisáceos. Estos tonos contribuyen, en gran medida, a dibujar ese futuro desolado.

Lógicamente hay un aspecto que potencia la cierta épica que transpira esta película. Me refiero al hecho de que los personajes que pueblan este mundo devastado son de apenas 20 centímetros de alto. Es decir, lo que para nosotros serían unas simples ruinas para ellos supone un paisaje inhóspito y sumamente peligroso. En cierta forma es fácil asociar estos simpáticos muñecos de tela y sus rudimentarios utensilios con los juguetes que todos nosotros hemos usado en nuestra infancia para recrear mundos imaginarios. Y es que quizás la forma de apreciar aún más lo que se nos cuenta sea despertar esa imaginación que todos llevamos dentro.

Un concepto muy importante son las voces de los personajes. Hay películas como Wall-Eque consiguen transmitir sensaciones y sentimientos sin emplear apenas palabras. En este caso, y debido a la cantidad de personajes, se quería potenciar la personalidad de cada uno de ellos mediante un doblaje muy particular. No se buscó simplemente a actores famosos para que sirvieran de reclamo, sino que se fue más allá. Shane Acker explica por qué: «Quería estar seguro de que las entonaciones fueran sutiles. De que los actores hablasen con realismo dramático. Por eso buscamos a actores que tuvieran ciertas similitudes con los personajes y que pudieran usar su voz habitual». Incluso se dotó a los muñecos de la  misma gestualidad que los actores que les iban a doblar. Un ejemplo perfecto para comprender esto es la elección de Christopher Plummer para dar voz al líder autoritario y manipulador del grupo.

Y como fondo a esta hermosa trama tenemos los temas compuestos por Danny Elfman, de quien a estas alturas poco hay que decir. En esta ocasión su música acompaña perfectamente a ese mundo lleno de esperanza que tratan de construir los pequeños muñecos que protagonizan la película. Para acompañarle en el trabajo se contó con Deborah Lurie, que ya había trabajado en la banda sonora deSpiderman’ y enWanted’.

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Conclusión.
Termino esta crítica de Número 9, una película con una historia conmovedora y con un claro mensaje que, no por ser simple, tiene menos valor. Y no ya por lo que retrata sino por cómo lo hace. Los pequeños protagonistas llegan a adquirir la humanidad y el alma de aquellos que los han construido y tan sólo buscan descubrirse a sí mismos y averiguar cuál es su papel en el mundo. En realidad estamos ante la pregunta que el ser humano lleva más tiempo haciéndose: «¿Quiénes somos y dónde vamos?». En definitiva, una cinta imaginativa y con una animación impecable, pero que exige que dejemos aflorar al pequeño niño que llevamos dentro para poder disfrutar sin barreras ni prejuicios de la aventura que nos presenta.

Tráiler de Número 9

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