Jack Reacher
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Hay un tipo, un policía… o antes lo era. No le importa la ley, no le importa lo que está bien o mal, sólo le importa la verdad. Y me juró que sí volvía a meterme en un lío, vendría a por mí. Se llama Jack Reacher.

Crítica de Jack Reacher

No sabía, a ciencia cierta, qué esperar del segundo largometraje como director de Christopher McQuarrie. Era consciente, tras visionar una buena serie de veces Secuestro infernal(2000), que McQuarrie es uno de esos cineastas que se debe a unas reglas que él mismo ha escrito y por las que se autodirige. Unas reglas cinematográficas que hoy día no son moda, pero que en su cine funcionan con cierto tino. Por ello, ‘Jack Reacher’ me llamaba la atención. Además, rara vez un actor como Tom Cruise elige mal los proyectos en los que decide embarcarse. El resultado es un thriller de investigación policíaco de claro aroma setentero, una rara avis actual. Un film que funciona como vehículo de lucimiento de Cruise. Un Cruise duro y sin contemplaciones, más cercano al antihéroe de lo que acostumbra y que contiene las señas de identidad de los guiones de McQuarrie.

Pero conviene aclarar que ‘Jack Reacher’ no es un nuevo intento de franquicia a lo “Misión Imposible”. No hablamos de films del mismo estilo, ni mucho menos. La apuesta de McQuarrie es totalmente contraria a la de la saga “Imposible”. Aquí se deciden por tomarse su tiempo para presentar unos hechos: “el asesinato de seis personas”, un personaje al que llamaremos “el presunto culpable” y un hombre que tomará el bastón de mando en todo el asunto, el Jack Reacher del título. La acción deviene de los hechos y no es el principal atractivo del film, sino un extra colateral de los acontecimientos. Una acción real, sin flipaduras tecnológicas ni uso de efectos especiales. Una acción que no es la que la práctica totalidad de films optan por exhibir actualmente. Quizás ese fuera uno de los motivos por los que no fue el éxito de taquilla esperado.

«Voy a ir a por ti, a matarte a hostias y beberé tu sangre de una bota» (Reacher)

La mayor parte de la película se centra en la investigación para probar la inocencia o verificar la culpabilidad de James Barr en los hechos que le son imputados. Así es como vamos viendo los avances y las pesquisas de Reacher con la ayuda de Helen, que en un primer instante duda, y mucho, de los métodos de aquel. De vez en cuando McQuarrie acude al humor o, en menor medida, a las luchas cuerpo a cuerpo para animar el asunto de forma excelente.

Reitero que estamos ante una cinta que, principalmente, se centra en el caso Barr y no en la acción. Aunque eso no sea óbice para que veamos un par de secuencias notables: la persecución a tres bandas entre Reacher, la policía y un tercer coche conducido por un personaje secundario que se revela como otro de los puntos fuertes de la función. Un personaje al que da vida Jai Courtney, el que fuera hijo de John McClane en La jungla: Un buen día para morir’. Esta última secuencia culmina con otro punto humorístico realmente cachondo.

Finalmente tenemos el consabido clímax, donde todos los personajes que tomaron relevancia en la trama con el paso de los minutos convergen en el mismo punto para, de una vez por todas, limar asperezas. Acto que de nuevo es animado por otra aparición: la de un divertido Robert Duvall. El clímax contiene nuevamente ese estilo analógico de McQuarrie a la hora de visualizar los tiroteos. Algo que ya se pudo ver en ‘Secuestro infernal’, y que tanto recuerda al estilo seco y contundente de Walter Hill.

«Quieren que huya, pero no lo haré, voy a terminar con esto» (Reacher)

Pasando al capítulo de interpretaciones la verdad es que no encontramos ninguna que merezca ser catalogada como memorable, pero sí un buen número de notables performances. Por supuesto, Tom Cruise da el pego, y sobrado, como fostiador y avezado investigador. Su personaje tiene un cierto aire al del insolente policía militar interpretado por John Travolta en Basic (John McTiernan, 2003). Por su parte, Rosamund Pike es una abogada que cambiará para siempre su visión de la ley gracias a su encuentro con Reacher en “El Caso Barr”. Además de llevar a cabo su papel muy bien hay que resaltar que Pike luce aquí más bella que nunca.

«Recuerda: Tú lo has querido» (Reacher)

Richard Jenkins, veterano actor de reparto (muy habitual del cine de los hermanos Coen), da vida a Rodin, el fiscal del distrito. Este es un hombre que se vanagloria de no haber perdido nunca un caso. David Oyelowo (que si no fuera por el apellido, juraría que era hijo de Yaphet Kotto) es el policía Emerson, un agente que rápidamente tendrá sus rifi-rafes con Reacher por su intromisión en el caso.

Por otro lado está el director Werner Herzog que se marca una aparición especial a lo John Huston en un rol reptiliano muy del gusto del fallecido, y mítico, cineasta. Atención a la escena de presentación de su personaje saliendo de las sombras y describiéndose como un superviviente. Algo que deja bien claro al enseñar sus manos… Y luego pasamos a dos de las sorpresas de la función: un más que duro Jai Courtney (Charlie) demostrando que puede dar el pego, y muy bien. Y, por último, un descacharrante Robert Duvall pasándoselo en grande como Cash, el propietario de un campo de tiro en Ohio y veterano Marine. Reacher lo apoda jocosamente como «El Sargento».

«Siempre eligen la bala, no lo entiendo» (Zec)

En resumidas cuentas.
Finalizo ya esta crítica de Jack Reacher, una notable y agradecida recuperación del thriller de los 70 tipo ‘Bullit’ o ‘French Connection’ que, curiosamente, acaba con un clímax final a los 80 y 90. Contiene, en controladas dosis, la esencia McQuarrie (los que hayan visto ‘Sospechosos Habituales’ y ‘Secuestro infernal’ las detectarán rápidamente) y el aire de producción al estilo Tom Cruise.

Tráiler de Jack Reacher

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