El nombre de la rosa
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Año 1986, Jean-Jacques Annaud nos traslada a una oscura abadía del año del Señor de 1327. Allí acompañaremos a Fray Guillermo de Baskerville y a su novicio Adso de Melk en la investigación de unas horribles muertes. Unos crímenes que están teniendo lugar en… ‘El nombre de la rosa’.

Cuídate de este lugar. La Bestia aún sigue entre nosotros… Puedo sentirla ahora, aquí mismo, entre estos mismos muros. Tengo miedo” (Ubertino da Casale)

Crítica de El nombre de la rosa

El siglo XIV fue una época que podríamos definir como oscura. Cabe recordar, por ejemplo, que en 1348 tuvo lugar el estallido de la conocida y maldita “Peste Negra”. También fue tiempo de guerras y de diferentes crisis. Entre estas últimas sobresalió la crisis secular. Por un lado, teníamos el poder y riquezas de los Papas y los obispos que además tenían a su disposición el terrible azote de la Inquisición. Y, por otro lado, estaba el clero más humilde y cercano al pueblo: franciscanos, curas, frailes,…

En este contexto es en el que tiene lugar la acción de este film de Jean-Jacques Annaud titulado ‘El nombre de la rosa’. Un film basado en la famosa novela de Umberto Eco. Algunos se preguntarán qué tal resulta como adaptación. La respuesta se la dejo a Annaud: “La película se inspira bastante fielmente en el libro, pero no es el libro”. Pues bien, el director francés nos entrega una fabulosa película de misterio e investigación. Además, el equipo de guionistas pone sobre la mesa muy bien colocados muchos temas objeto de polémica e interesante debate. Ahondemos en algunos de ellos…

En primer lugar tenemos el tema de la pobreza del clero. Esto se debate entre pobres franciscanos contra ricos y soberbios delegados papales. Se resume en la pregunta lanzada por un franciscano y que da inicio al debate en el film:¿Era Cristo o no era dueño de las ropas que llevaba? Su significado no es otro que la Iglesia no debe ser un banco de riquezas. En este sentido, quiero traer aquí, por su tremenda actualidad, las palabras de Jorge María Bergoglio, días después de haber sido elegido nuevo Papa de la Iglesia Católica como Papa Francisco. Bergoglio afirmó que el nombre de Francisco lo escogió como homenaje al fundador de los franciscanos: San Francisco de Asís. Además, declaró: «Me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres«… ¿Se cumplirá?…

El pecado queda representado por los libros prohibidos, la risa y la mujer. Los “libros prohibidos” lo eran porque así lo habían decidido ciertos mandamases religiosos que no querían que determinados saberes pudieran socavar la fe. La risa era pecaminosa porque podía dar lugar a la falta de respeto. Y, finalmente, la mujer era vista por determinados sectores del clero como un medio de perdición para el hombre. Un hombre que, a través de la mujer, sucumbía a los pecados de la carne.

Otras temáticas importantes son la creencia en lo sobrenatural. Aquí provocada por el miedo al Libro del Apocalipsis de Juan y la creencia de que los asesinatos cometidos en la abadía son una señal inminente del mismo. Finalmente, vemos la labor de la Inquisición. Su «látigo» y «fuego» quedan representadas a través de la figura de Bernardo Gui (F. Murray Abraham). De sus crueles métodos de investigación y tortura nadie estaba a salvo, ni siquiera sus propios hermanos de fe.

La película presenta una atmósfera y una caracterización de personajes absolutamente geniales. La atmósfera resulta totalmente natural, ominosa y desasosegadora al máximo. La oscuridad, el misterio y el mal agüero se dejan sentir para el espectador nada más que Guillermo y Adso ponen pie en esa abadía con sus siniestros pórticos góticos y estatuas. Y si la atmósfera está lograda pues ¡qué decir de la caracterización de los personajes! Los hermanos de la abadía, la pobre gente del pueblo, los franciscanos… Todos ellos se muestran con una fealdad que casi podríamos decir que es máxima. Esos rostros narigudos, las dentaduras casi todas ellas destrozadas y amarillas, la pobreza y suciedad de las vestimentas. Atención especial al orondo y albino Berengario que se mortifica por las noches, la deformidad del hermano Salvatore, o los ojos ciegos de cataratas del amargado hermano Jorge.

Para conseguir la sublime ambientación y atmósfera, el equipo de producción, tras buscar por Francia e Italia, recreó la Abadía en el Monasterio Alemán de Eberbach del siglo XII y situado en el valle del Rin. El equipo italiano de Cinecittà acondicionó y preparó el lugar. Por otro lado, las escenas que transcurren en la “Biblioteca oculta” se recrearon en un plató realizado en los estudios italianos de Cinecittà con tres salas a modo de rompecabezas.

Es también obligado hacer referencia a la siniestra, ominosa y escalofriante banda sonora de James Horner. A destacar que Horner era un compositor tremendamente versátil que compuso la música de más de 100 películas tan diferentes entre sí como: ‘The Amazing Spider-Man’, ‘Me llaman radio’ o ‘El niño con el pijama de rayas’.

Hasta los frailes tienen pasado”… La abadía del crimen.

Sean Connery y Christian Slater son los protagonistas principales. En el film dan vida Fray Guillermo de Baskerville y a su novicio Adso de Melk. Guillermo de Baskerville es un perspicaz, observador e inteligente franciscano que usa la lógica, la razón y la ayuda del conocimiento técnico para la investigación. Adso, por su parte, es un ingenuo e inocente joven tomado bajo el tutelaje de Guillermo. A su lado se irá formando y descubrirá todos los secretos y conocimientos que este veterano y sabio fraile le brinda.

Sean Connery fue elegido personalmente por Jean-Jacques Annaud para el papel protagonista. Annaud lo seleccionó tras una entrevista personal en la que quedó fuertemente impactado por la personalidad de Connery. La elección cogió por sorpresa a Umberto Eco, que sólo lo conocía de sus papeles como James Bond. Otros actores que habían sido barajados para el papel fueron Robert De Niro (que quería un duelo a espadas entre su personaje y el Inquisidor) o Jack Nicholson. Realmente, Connery realiza una de sus mejores y más recordadas interpretaciones como Fray Guillermo de Baskerville. Y no es de extrañar, porque había mostrado un especial interés en interpretar al personaje y su mentalización fue muy grande. Su Guillermo está inspirado libremente en la figura real del franciscano Guillermo de Ockham (Siglos XIII y XIV).

Christian Slater apenas contaba con 17 años y una escasísima participación artística (centrada, sobre todo, en la televisión) cuando interpretó a Adso de Melk. Su actuación es francamente buena y sin borrones. Es justo también resaltar cómo, a pesar de su corta edad, sale muy airoso de una complicada escena sexual. Escena que tuvo que rodar no sin ciertas dificultades con Valentina Vargas (la muchacha en el film). Ese encuentro amoroso marca tremendamente a su personaje en el resto de la película. La secuencia fue rodada casi en la intimidad para que los dos jóvenes intérpretes se sintieran lo más cómodos y relajados posibles. El realizador francés se sintió plenamente satisfecho del resultado de este “encuentro” entre Christian y Valentina. “La distancia entre la visión estática y el frenesí pecador es demasiado corta” (Fray Guillermo de Baskerville).

Dos actores con reconocimiento también en la actualidad como F. Murray Abraham y Ron Perlman dieron vida a Bernardo Gui y Salvatore. El primero es un terrible inquisidor basado en el personaje real del mismo nombre. Bernardo Gui vivió durante la última parte del siglo XIII y la primera del XIV. Por su parte, Salvatore es el jorobado y feo hermano de la abadía de pasado hereje. Ahora se dedica a los más diversos «oficios».

F. Murray Abraham dibuja aquí una excelente interpretación ofreciendo al público a un personaje fanático. Un tipo que además emplea terribles y crueles métodos para sacar «la verdad». Es de destacar que, a pesar de hacer su aparición en el tramo final, la presencia y crueldad con la que Murray desempeña su papel es de las que dejan huella. Ron Perlman también tiene otro gran papel para su lucimiento. Esto es debido a que su personaje de Salvatore resulta tan grotesco que es difícil no recordarlo. Lógicamente, y con un papel tan jugoso entre manos, Perlman se luce bárbaramente repitiendo aquello de “Penitenziagite”.

Otros actores destacados, fenomenalmente caracterizados y sublimes en sus papeles, a los que cabe hacer mención especial son los siguientes: Michael Lonsdale como el Abad. William Hickey es el viejo franciscano Ubertino da Casale. Michael Habeck interpreta al inolvidable albino hermano Berengario. Feodor Chaliapin Jr. es el amargado hermano Jorge.

Finalmente, mención especial para Valentina Vargas. La actriz chilena interpreta a “la muchacha” que hace “tratos” con algunos hermanos. A destacar que a Annaud la joven intérprete le parecía “una burguesita”. En consecuencia, Valentina (que deseaba el papel a toda costa) se «asilvestró» totalmente para conseguirlo. La escena de amor entre Adso y la muchacha la recuerda así: “Creo que me convertí en la chica y me dejé llevar. Fue una sensación estupenda. Algo verdadero, puro y conmovedor. Nunca la olvidaré…”.

En conclusión.
Finalizo esta crítica de El nombre de la rosa, un film realmente sobresaliente. Una masterpiece que cuenta con geniales caracterizaciones e interpretaciones. Amén de una sublime ambientación ominosa. Un clásico imprescindible y digno de estar en la videoteca de cualquier persona que se considere amante del cine. Poco más se puede decir al respecto.

«Si no consigo tranquilizar a mi congregación… no tendré más remedio que recurrir a la ayuda de la Santa Inquisición» (Señor Abad)

Curiosidades.
-”El nombre de la Rosa” era una expresión utilizada en la Edad Media para designar el poder del lenguaje.
-La novela de Umberto Eco ha sido traducida a más de 24 idiomas y vendido más de 30 millones de ejemplares. En los países comunistas gustó por el hecho de denunciar la prohibición de acceso al conocimiento.
-Para el papel de “la muchacha”, Jean-Jacques Annaud había seleccionado a tres jóvenes. Una chica española, una italiana y la chilena Valentina Vargas que residía en Francia. Christian Slater quedó totalmente “enamorado” de Valentina.
-La compañía española Opera Soft lanzó para ordenador el juego ‘La abadía del crimen’ inspirado en la película/novela y presentaba unos gráficos sublimes (sobre todo en la versión Amstrad). No se le pudo poner el mismo título que al film debido, según el especialista en juegos José Manuel Fernández, a que Umberto Eco nunca contestó a la solicitud.

Tráiler de El nombre de la rosa

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