Blancanieves y la leyenda del cazador
Un próspero reino cae en manos de una hermosa mujer llamada Ravenna que se revela como una malvada. Ravenna acaba encerrando en una oscura torre a la pequeña Blancanieves, heredera por derecho al trono. El tiempo pasa y la niña Blancanieves se convierte en una hermosa joven. Todo a la vez que su reino se pierde en la maldad y la oscuridad. Muy pronto, Blancanieves se convierte en la clave para la inmortalidad de Ravenna, que entonces decide eliminarla porque “sólo con la sangre más hermosa se hace. Y sólo con la sangre más hermosa se deshace”. (Cineycine).
Rupert Sanders, un novato en la dirección para la gran pantalla, se ocupa de esta una nueva versión del clásico cuento popularizado por los Hermanos Grimm. Bajo su mando, y como principales estrellas de la función, encontramos a Kristen Stewart, Charlize Theron y Chris Hemsworth. Es hora de dar paso a la leyenda de… ‘Blancanieves y la leyenda del cazador’.
“Espejo, espejo… ¿Quién de todas es la más hermosa?” (Ravenna)
Crítica de Blancanieves y la leyenda del cazador
Tras la diversión, el colorido y la excentricidad que trajo a nuestras pantallas aquel divertimento puro que fue ‘Blancanieves (Mirror, Mirror)’, también nos llegó, ese mismo 2012, una nueva versión del mismo personaje del famoso cuento popularizado por los conocidos Hermanos Grimm. Me refiero a ‘Blancanieves y la leyenda del cazador’. Esta película vino con la firma de Rupert Sanders. Hablamos de un experto en anuncios de TV de videojuegos que luego dirigiría ‘Ghost in the Shell: El alma de la máquina’ (2017).
Destacar que los productores, Joe Roth y Palak Patel, siempre pensaron en Sanders para dirigir la película. Sin embargo, éste al principio se mostró reacio y pensó que todo era una broma. Finalmente, al leer el guión entendió que el proyecto sería interesante y aceptó: “Quería crear un mundo fantástico muy rico y, al mismo tiempo, separar el cuento de hadas de la fantasía. En mi opinión, no tienen nada que ver. Se trataba de realizar una película musculosa y, a la vez, emotiva a una escala épica. La mayoría de películas con efectos visuales carecen de emociones. Me parecía importante que esta historia tuviera corazón”.
Esta versión, más allá de Blancanieves y la malvada Reina, no tiene nada que ver con la que dirigiera “el visionario” Tarsem Singh. Aquí tenemos una versión oscura y sombría. Características que se aplican al personaje de Ravenna y que esta se encarga de extender a todo el film con su poderosa presencia. Sólo tendremos un momento para alegrar nuestros ojos con la visita al Reino de las Hadas, lugar donde la hermosura y el verde esplendoroso brillarán en todo su máximo esplendor.
Rupert Sanders divide, clarísima y acertadamente, la película en «tres partes». Estos segmentos son: el fabuloso prólogo inicial de presentación de personajes, la odisea de Blancanieves y el final. Tres partes que se apoyan básicamente en lo que he dado en llamar “la odisea de Blancanieves”. Fundamentalmente el film es eso: una especie de “road movie” en la que somos testigos de la larga huida de Blancanieves para salvar su vida. Una fuga en la que conocerá a los míticos personajes por todos conocidos como: El Cazador y Los Siete Enanitos. Y una escapada en la que visitará lugares tan ominosos como El Bosque Oscuro, o el paraíso de El Reino de las Hadas.
El ochenta por ciento del film se centra en esa escapatoria y en las aventuras y desventuras que en ella vivirá el personaje interpretado por Kristen Stewart. En la medida en que el espectador conecte con ese fantástico viaje se medirá su gusto o no por este film. Un film cuyos efectos son destacadísimos. Ni una pega, sino todo lo contrario. Basta con ver, por ejemplo, la fabulosa recreación del citado Reino de las Hadas, o ese espectacular troll que habita en el Bosque Oscuro, tremendísima criatura.
Y si los efectos son buenos, también lo es el vestuario elaborado por Colleen Atwood, diseñadora ganadora de 4 Oscars. Destacan especialmente los vestidos que va luciendo Charlize Theron a lo largo del metraje. Sus trajes llaman la atención por sus sobrios tonos negros. Atención, en este apartado, a las mallas de debajo de la falda de Blancanieves que le sirven para todo el film. Curioso.
Pero más allá de todo esto y de su fabulosa producción, en mi caso particular, no llegué a conectar del todo con esta nueva versión, especialmente con esta Blancanieves. A mi “si me dan a elegir”, que diría Sabina, creo que me quedo con la Blancanieves de Lily Collins. En mi modo de ver Kristen Stweart no está al nivel, salvo momentos puntuales, para llevar el peso de esta película en la cual su protagonismo es muy grande.
La música de la cinta queda para todo un genio como James Newton Howard. El maestro californiano lleva poniendo música y sentimiento desde los años 80 a cantidad de éxitos de la gran pantalla. Éxitos que van desde la romántica ‘Pretty Woman’ (Garry Marshall, 1990) hasta, por ejemplo, la fabulosa ‘El caballero oscuro’ (Christopher Nolan, 2008).
“¡Necesito su corazón!”… Érase una vez.
Vamos ahora con los principales personajes reales de este cuento. En primera lugar tenemos a Kristen Stewart como Blancanieves. Lo siento mucho por los fans que tiene esta chica, pero ella resulta lo menos bueno de la propuesta. Personalmente hace que la misma no consiga llenarme del todo. En esta cinta Kristen es una joven de una sola pose y de una sola expresión. Expresión que mantiene a lo largo de todo el metraje. Da igual que esté a punto de morir que a punto de lanzar un discurso motivador. Sólo hay una parte en la que realmente su rostro cambia, se ilumina, enamora a la cámara y se gana a la pantalla y al espectador. Eso ocurre en su visita al Reino de las Hadas. Ahí Kristen está muy bien, pero ese momento es demasiado corto para un film de más de dos horas.
Por su parte, Charlize Theron da vida a Ravenna. Esta elección del casting fue la primera y resulta en un total acierto. La australiana recrea una sobria, atormentada y malvada Reina que está en las antípodas de la autoparodia de Julia Roberts en la ya citada ‘Mirror Mirror’. Genial Charlize como Ravenna, una mujer de tormentoso y triste pasado. Una mujer que ahora ha abrazado las artes más oscuras para prevalecer más allá del tiempo, devorando todo a su paso. Uno de sus lemas es: “Si una mujer se mantiene joven y hermosa el mundo es suyo para siempre”.
Sam Spruell interpreta a Finn, el hermano de Ravenna y por ella daría hasta su propia alma. Es su mano derecha en la política del reino y su ejecutor en el campo de batalla. Muy bien también Sam Spruell que no le pierde la cara a Charlize Theron en sus escenas conjuntas.
Chris Hemsworth se mete en el pellejo de El cazador, un hombre tosco y de trágico pasado al que Ravenna hace una oferta de esas que “no podrá rechazar”. Todo para que le traiga el corazón de una prófuga Blancanieves. Hemsworth se mueve como pez en el agua en este tipo de roles de «hombre bruto y rudo». Este es el caso del cazador, un bruto que da y recibe trompadas a humanos, trolls o enanos. Como curiosidad, el rol de Hemsworth inicialmente era incluso de mayor importancia que el de la propia Blancanieves. Esto fue cambiado al final antes de empezar la filmación
También destaca Sam Claflin como William, el amigo de la infancia de Blancanieves. De su lado fue separado cuando Ravenna se hizo con el poder. Ahora vive esperando volver a verla mientras vela armas como genial arquero que defiende el castillo de su padre, el Duque Hammond, interpretado por Vincent Regan.
Y, finalmente, nos quedan los “enanos” que están encabezados por un Bob Hoskins que se pasa casi todo el metraje como extasiado/alucinado y encantado de verse así mismo como el enano llamado Muir. El resto de sus compañeros “enanos” son interpretados por actores de renombre «miniaturizados» para la ocasión: Ian McShane (Beith), Ray Winstone (Gort), Nick Frost (Nion), Eddie Marsan (Duir), Toby Jones (Coll), Johnny Harris (Quert) y Brian Gleeson (Gus). La «miniaturización» de estos intérpretes en la pantalla fue el resultado de una mezcla de efectos visuales y de clásicos trucos cinematográficos (dobles enanos, reducción de tamaño por ordenador, uso de plataformas y encuadres diferentes). Además, cerca de 400 prótesis (cejas, pelos, bigotes,…) fueron necesarias para su transformación.
Estos enanitos antaño fueron prósperos mineros pero, tras la muerte del Rey Magnus, se dieron al pillaje y al bandidaje. Si me lo preguntan, yo me quedo con los enanos de la versión de Tarsem Singh. No hacen mal papel estos nuevos “enanitos” ¡para nada!, pero aquellos me parecieron un poco mejores.
En conclusión.
Termino esta crítica de Blancanieves y la leyenda del cazador, un film diametralmente opuesto a ese loco divertimento que fue ‘Blancanieves (Mirror, Mirror)’. Siendo las dos películas disfrutables, cada una en su estilo, la pena es que esta versión de Rupert Sanders, aun teniendo un sobresaliente diseño de producción y de inspirarse en según qué momentos en clásicos como ‘Legend’ (Ridley Scott, 1985), se ve lastrada por la inexpresividad de su estrella principal, Kristen Stewart. Con otra Blancanieves al frente del reparto a lo mejor estábamos hablando ahora de un film bastante más redondo y digno de alcanzar las cotas del 8.
“Su inocencia y pureza es lo único que puede destruirme” (Ravenna)
Curiosidades.
-Durante el rodaje de unas escenas de acción Kristen Stewart le pegó un derechazo en la nariz a Chris Hemsworth. Como consecuencia del guantazo, Chris pasó unos días con la nariz hinchada teniendo que ser maquillado para que no se notara ese “accidente”.
-El espectacular traje del manto de cuervos que luce Charlize Theron en una de las escenas del film tardó 4 semanas en ser elaborado y su precio se estima en unas 20.000 libras.
-El ser del espejo de Ravenna está inspirado totalmente en la escultura “Face Off” de Kevin Francis Gray, un talentoso artista irlandés afincado en Londres.
-Unas gotas de sangre real del propio director Rupert Sanders fueron empleadas en una escena que tiene lugar en el inicio de la película.
Tráiler de Blancanieves y la leyenda del cazador
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