Liga de la Justicia
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Separados son Aquaman, Batman, Ciborg, Flash y Wonder Woman. Reclutados por Bruce Wayne para intentar salvar al mundo, y hacer frente a las hordas de Steppenwolf, pasarán a ser conocidos como… ‘Liga de la Justicia’.

“Necesito guerreros” (Bruce Wayne)

Crítica de Liga de la Justicia

Mucho se ha comentado y escrito sobre la cantidad de problemas que esta costosa película (alrededor de 200-250 millones de presupuesto) ha tenido a lo largo de su producción. Problemas que llevaron a filmar nuevas escenas para rebajar su tono y que, al final, provocaron la salida del propio Zack Snyder por motivos familiares y personales. El relevo de Snyder fue tomado por Joss Whedon para finiquitar el asunto y encargarse de los reshoots. Lógicamente, todo esto se deja sentir en diferentes aspectos y tramos de la cinta.

Lo cierto es que ‘Liga de la Justicia’ empieza realmente bien con el estilo Snyder haciendo acto de presencia en esos videoclips que tanto le gustan (en esta ocasión con el tema “Everybody Knows”) y con la llegada y presentación del enemigo: Steppenwolf. Muy pronto conoceremos sus motivaciones y mitología: la búsqueda de “Las Cajas de Madre”. En esta parte incluso asistimos a un segmento que bebe directamente de ‘El Señor de los Anillos’.

Ahora bien, pasado el primer tramo comentado, el film va decayendo alarmantemente y se empiezan a introducir escenas que tienen poco sentido en el contexto general. Por si fuera poco, aquellas escenas realmente importantes (las relacionadas con Superman o la historia/origen de los nuevos metahumanos) se ventilan de una manera excesivamente rápida y con escasa profundidad. Amén de que, por el camino, te vas dando cuenta de que Steppenwolf no es ni la mitad de duro que al principio nos prometían. Además, y siendo sinceros, sus intenciones e intervenciones terminan siendo excesivamente típicas.

Otra cosa que cansa (y mucho) es el abuso en el empleo de la técnica de las imágenes generadas por ordenador. El propio Steppenwolf (y sus esbirros) es un ejemplo de ello. El villano llega a parecer una criatura sacada directamente de videojuegos del tipo ‘God of War’. Y eso por no entrar a hacer sangre con según qué escenas del clímax final. En esa parte la falsedad del “CGI” se deja sentir mucho sacándote por completo de las batallas.

Tampoco logra sorprendernos la plasmación de los poderes de “La fuerza de la velocidad” de esa novedad que supone la aparición del personaje de The Flash. Digamos que, habiendo visto antes a Evan Peters enX-Men: Días del futuro pasado (Bryan Singer, 2014), lo mostrado aquí con Ezra Miller no lo supera e incluso queda por debajo.

Lo que sí que vuelve a destacar, siendo muy de agradecer, son todas las secuencias de acción y peleas. Aquí tenemos escenas contundentes que están francamente bien rodadas con intercambios de puñetazos y patadas realmente devastadoras. Estas set-pieces amenizan las dos horas justas, siendo innegable que Wonder Woman resulta la que más luce (¡ojo a su presentación! intentando abortar un secuestro de rehenes). También es justo citar la aparición del Batmovil y la del Nightcrawler.

El guión ha pasado por las manos de Joss Whedon, Chris Terrio y Zack Snyder. Ninguno de ellos ofrece nada nuevo, siendo la historia muy típica: un villano que amenaza al mundo y unos héroes que intentarán detenerlo. También se intenta tratar de encajar a los nuevos personajes (Aquaman, Ciborg y Flash) como buenamente se puede en temática y minutos. La mano de Whedon se nota claramente en los toques de humor que se van insertando y que proceden, en su mayor parte, del joven Flash.

Ahora bien, al respecto de lo anterior, hay que alabar los intentos por incluir guiños al pasado de los personajes en los cómics y en el cine (ahí están las referencias a los pingüinos de Batman, por ejemplo), y a los cameos y menciones a otros superhéroes y supervillanos del Universo DC (eso sí, hay que estar muy atentos para no perdérselos). También conviene destacar que se parte de lo sucedido en Batman v Superman: El amanecer de la justicia (Zack Snyder, 2016). Así pues, se vuelve a visitar temas y lugares como la nave kryptoniana. Finalmente, la película presenta dos escenas post-créditos: una casi al final de los principales y otra al final de todo.

“La cuenta atrás ya ha empezado”… El equipo Bruce.

No cabe duda que los intérpretes escogidos para encarnarse en los más míticos personajes de los DC Cómics fueron un acierto de casting. Ahora bien, una cosa es que funcionen al verlos disfrazados y otra que lo hagan a la hora de las interpretaciones. Las mismas presentan luces y sombras, y denotan, de manera muy clara, una falta de química entre los actores. Por su parte, los secundarios no pintan nada más allá de puntuales presentaciones.

El que peor parado sale de todo el reparto es Ben Affleck. En esta ocasión nos entrega un Bruce Wayne/Batman absolutamente apático, rutinario, aburrido, desganado y hasta cansado. El propio Affleck alimentó así las dudas sobre su continuidad como “El caballero oscuro”. Vista su labor aquí… ya no cabe preguntarse si Affleck quería seguir siendo Bruce Wayne/Batman, sino si a WB/DC les interesaba seguir contando con este Bruce Wayne/Batman. La respuesta ya la conocemos todos…

Otro que tampoco sobresale nada es Ray Fisher como Victor Stone/Ciborg, el miembro cibernético de la Liga de la Justicia que no formó parte de la alineación clásica y que para el cine parece haber sido incorporado por motivos de diversidad. Lo cierto es que la labor de Fisher queda totalmente tapada por su “armadura” . Y, para colmo, la «armadura» tampoco es que esté muy bien realizada…

La parte buena la aporta muy claramente el joven Ezra Miller en su rol de Barry Allen/Flash. Miller se desvive por hacerse con el público y lo consigue entregando la interpretación más natural de todas. Además, en sus espaldas recae el hecho de ser el alivio cómico de todo el equipo y lo hace sin necesidad de estar haciendo payasadas todo el rato, sino con algunos comentarios bien tirados y que en sus labios resultan muy espontáneos. Al respecto de Aquaman, decir que su versión en esta película se viene a corresponder con la imagen que el personaje tuvo en los años 90. De interpretarlo se ocupa Jason Momoa. Queda claro que Momoa luce mucho más en sus escenas en solitario que en las conjuntas con todo el equipo, donde su personaje queda un tanto oscurecido.

Por su parte, Gal Gadot retorna como Wonder Woman/Diana, siendo innegable que es la que más brilla en las escenas de acción. Sin embargo, ya no resalta tanto en las secuencias normales en las que prácticamente lleva al mínimo todas sus expresiones.

Finalmente, intérpretes como Amber Heard (Mera), J.K. Simmons (Comisionado Gordon), Connie Nielsen (Hipólita), Joe Morton (Silas Stone), Diane Lane (Martha Kent) y Amy Adams (Lois Lane) únicamente salen “para saludar” y poco más. Quien sí que tiene más peso es Jeremy Irons acompañando bien como Alfred todas las acciones de su jefe, Bruce Wayne. Cerrando queda hacer referencia a Ciarán Hinds poniéndole la voz al villano Steppenwolf.

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Liga de la Justicia, un film que pasa a convertirse en la película menos acertada del DCEU de todas las realizadas hasta la fecha. Cierto es que no es un desastre y resulta una cinta entretenida. Sin embargo, a un film de esta categoría, coste e importancia en el Universo DC, siempre hay que exigirle la excelencia. Y esto último es algo que, claramente, ni Snyder ni Whedon han conseguido. Decir lo contrario sería o ser muy fan… o verla con una venda puesta en los ojos.

Tráiler de Liga de la Justicia

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