Transcendence
El Dr. Will Caster está a un paso de lograr lo imposible: la creación de una inteligencia artificial capaz de pensar y actuar como un ser humano, pero al mismo tiempo usando también la lógica para resolver los problemas actuales. Por desgracia, su sueño se ve truncado cuando sufre un atentado que le condena a una muerte lenta. Entonces, su compañero Max y Evelyn (su mujer) deciden salvarlo. Para ello introducen su mente en un ordenador, sin tener en cuenta los enormes riesgos que puedan sucederse. (Cineycine).
Wally Pfister debutó en la dirección intentando prevenirnos ante el mal uso de las nuevas tecnologías. Un mal uso que podría provocar el fin de todo. Ahora nos toca a nosotros saber si lo que ha hecho Johnny Depp podría salvar al mundo o destruirlo de raíz. Adelante con ‘Transcendence’.
«Yo no quiero matarlos. Quiero salvarlos» (Will)
Crítica de Transcendence
“Zapatero, a tus zapatos”, esa sería mi contestación a Wally Pfister después de haber visionado ‘Transcendence’. Esta es una película que, al principio, pintaba bien, salvo ciertos «elementos Nolan» en la misma. No en vano, Christopher Nolan fue uno de los catorce productores ejecutivos del film realizado en co-produccion con China. Ahora bien, no quiero decir que la cinta en cuestión sea mala o un film pésimo, en absoluto. ‘Transcendence’ contiene elementos muy interesantes y aspectos visuales muy logrados e incluso originales. Sin embargo, en lo que se refiere a cuestión de desarrollo dramático falla miserablemente.
El mejor acierto de Pfister es el de mantener a lo largo de su metraje un tono serio y realista, especialmente en lo que concierne a los elementos tecnológicos. Sin embargo, toda la trama relacionada con la decisión de subir la mente del personaje de Johnny Depp al ordenador, y su posterior estado, dan un vuelco muy decepcionante. Lo que pintaba ser uno de los puntos fuertes de la película, Pfister no lo sabe resolver. El realizador se limita a seguir los parámetros de Nolan e incluso plagia algunos puntos clave de su obra. Por ejemplo: ciertas secuencias, especialmente expuestas para el desarrollo de la historia, suceden en sitios oscuros y fríos. Inclusive hay una escena que recuerda claramente a ‘Origen’ (2010), donde un grupo de personajes se reúnen para hablar sobre el plan a seguir.
Todo lo anterior es algo que, por desgracia, baja enteros a un director de fotografía que pensaba que seguir el camino de su mentor haciéndose un nombre dentro de la industria. Bueno, más que “mentor”, jefe, porque Pfister simplemente aportaba aspectos visuales a las cintas de Nolan y jamás los aspectos dramáticos o de realización.
A pesar de que la dirección de Pfister es correcta, y de que el guión de Paglen contiene elementos muy atractivos e incluso ideas realmente buenas, el problema es que tanto Pfister como Paglen tienden a dar un festival de confusión al espectador más que otorgarle una razón de peso para seguir la trama. Además, la base dramática del film desaparece hacia la mitad del mismo. Entonces vemos una sensación de vacío y falta de motivación en algunos de los tramos de la cinta. Una lástima.
No sirve como ayuda una cierta carga ‘religiosa’ (no lo es tanto, pero tiene similitudes con Jesús). Tampoco esos ‘secuaces’ en plan ‘Terminator’ (James Cameron, 1984). Todo esto provoca que el tema no termine de ser plenamente satisfactorio. Y esto a pesar de contar con algún momento interesante, especialmente al principio del metraje, algunas ideas buenas y unos efectos especiales y una fotografía satisfactorios.
Por su parte, los actores son lo suficientemente correctos. A destacar especialmente Paul Bettany y Morgan Freeman. Ambos sobresalen gracias a su carisma más que al desarrollo de sus personajes. Pero si algo falla de manera total aquí es el escaso desarrollo del protagonista encarnado por Johnny Depp. El enorme problema es que, a priori, parecía que el actor volvía a interpretar esos personajes que se alejan de lo estrambótico (algo que ha caracterizado su filmografía durante mucho tiempo). Sin embargo, después de que su Will Caster introduzca su mente en el ordenador, se vuelve terriblemente aburrido y escaso de chispa. A Depp tampoco le ayuda la escasa química con Rebecca Hall (Evelyn, la esposa de Will). Curiosamente, al principio de la película, no sucede esto. Por otro lado, también cabe citar las aportaciones de Kate Mara (Bree) y Cilliam Murphy (agente Buchanan).
“Usted y sus compañeros no tienen ni idea de lo que han hecho” (Bree)
En conclusion.
Termino esta crítica de Transcendence, un quiero y no puedo de Wally Pfister, quien debuta de manera un tanto decepcionante. Eso sí, para nada es tan mala como se sostuvo en diferentes foros o críticas. Simplemente es un film demasiado grande para alguien que, a pesar de tener un excelente pasado como director de fotografía, no supo dotar a su película de un desarrollo más interesante.
Tráiler de Transcendence
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