Noche de miedo (Fright Night)
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En Hollywood parece que se han propuesto como meta no dejar ni un solo film de culto de los ochenta sin remakear. En 2011 le tocó el turno a ‘Noche de miedo’, un pequeño clásico del terror y la comedia ochentera. De momento, centrémonos en esta nueva noche. Tenemos por delante una velada de terror en donde un joven deberá dar un paso al frente en su vida. Un joven que deberá plantar cara alejando lo más posible su cuello de los colmillos de su vecino vampiro. Bienvenidos a… ‘Noche de miedo (Fright Night)’.

«Siento ser yo el que te lo diga… pero ese tío, tu vecino, es un vampiro» (Ed)

Crítica de Noche de miedo (Fright Night)

El hoy reconocido Craig Gillespie  fue el firmante de este remake. Hablamos de la actualización a nuestros tiempos del film Noche de miedo de Tom Holland, una cinta ochentera a más no poder. Gillespie opta por el camino de lo oscuro, poco espacio para la comedia y copiar del original sólo las escenas necesarias. El resto es nuevo en su envoltorio, siendo la misma historia pero con matices…

Entrando en materia recordemos que en la pequeña pieza de culto de 1985 teníamos a un friki como protagonista (William Rasdagle). Pues bien, aquí tenemos a un ex-friki que se ha vendido al lado de los cools. De su interpretación se ocupó Anton Yelchin, tristemente fallecido el pasado 19 de junio de 2016. Seguimos con la madre del chico que pasa de ser una señora cuarentona y desgastada a la siempre deliciosa Toni Collete. Por su parte, El no-muerto con aires de seductor de la vieja escuela y aroma ambiguo de Chris Sarandon es reemplazado por las pintas de macarra garrulo de Colin Farrell. Su vampiro es convincentemente insertado dentro del nuevo mundo de ‘Noche de miedo (Fright Night)’.

La chica en apuros sigue siéndolo. Se cambia a Amanda Bearse por Imogen Poots. Y el frikazo amigo del protagonista, Evil Ed (Stephen Geoffreys) ahora es Ed a secas. Lo interpreta ¡cómo no! Christopher Mintz-Plasse, un actor conocido por este tipo de roles. Mintz-Plasse sigue al pie de la letra el manual del frikazo incapaz de asumir que su mejor amigo pasa de él. Por ello está a cada rato extorsionándolo para que no lo abandone definitivamente… más que nada porque sólo tiene un amigo. En consecuencia, cuando llega el consabido momento de la transformación es bien visible su sumisión final hacia su inminente destino.

Por último tenemos el más peliagudo de todos los cambios. Me refiero al que tiene que ver con el personaje de Peter Vincent. El guionista de esta versión del 2011, Marti Nixon, pensó que lo de poner a un actor de pelis de terror con un programa cutre de medianoche no era lo suficientemente juvenil. Así las cosas, el nuevo Peter Vincent es un fantasmón, ilusionista y bastante irritante show-man. Lo encarna David Tennant.

Entrar a discutir lo necesario de este remake, y de todos en general, es una tarea tan aburrida que no merece la pena. Basta decir que, si se conoce el original, ver el remake es casi siempre perder el tiempo. Encima, y en este caso, estamos ante un remake de un film que era, y sigue siendo, una cinta muy simpática y pieza de culto, un film que impactó porque mezcló a la perfección comedia con terror. Además se benefició de unos trucajes en efectos especiales realmente magistrales y, sobre todo, era un film que tenía como protagonista a un chaval amante de pelis de terror que vivía en sus propias carnes un cuento de horror.

En esta versión renovada todo lo anterior desaparece y lo único que queda es la lucha de un chico por su novia. La madre resulta convenientemente apartada de en medio en la última media hora para que esta acabe siendo una simple historia de amor al uso, pero con vampiro de por medio. Sobre la dirección de Gillespie hay que agradecerle que no escatime en violencia y sangre. Aunque se echan de menos los planos aéreos que simulaban el vuelo del murciélago. La cinta mantiene el ritmo en todo momento incluso para los conocedores del original. Y, aunque carente de su humor negro lo suple con mayores dosis de acción, explosiones y flipadas. Todo esto servido  al gusto del consumidor actual.

Es justo resaltar la banda sonora obra de Ramin Djawadi. El compositor firma una score con espíritu «draculiano» que se eleva por encima de las imágenes en el primer mordisco de Jerry que vemos en pantalla. Y también lucimiento para los bien trabajados efectos especiales en cuanto a las transformaciones de los personajes (con los inevitables y agradecidos homenajes al original en un par de ellas).

En cuanto al casting anteriormente referenciado decir que, en general, cumplen a la perfección con sus roles. Anton Yelchin desprende ese aire de chaval normal a lo Shia LaBeouf cuando este era joven. Toni Collete es una actriz capaz de sacar adelante papeles como este sin pestañear. Mintz-Plasse siguió explotando sus características de bicho raro y sobreactuando lo suyo en su aparición triunfal como lacayo de Jerry El Vampiro. En el caso de Imogen Poots lleva a cabo una actuación muy natural y con importantes minutos como Amy, la novia del protagonista y luego posible víctima del acechador muerde cuellos. Con su labor aquí, sin duda, escaló un peldaño más hacia la madurez y papeles de mayor calado.

En el caso de Colin Farrell realmente está siniestro y disfrutando su personaje (atención a su voz en la versión original). Impagable su actuación y entonación cuando acude a pedir unas cervezas a casa de Charlie y avisándole, sutilmente, de que sabe que éste conoce su secreto… y de lo que pasará si lo divulga. Y atención a su rostro cuando prende fuego a la casa de los Brewster. Finalmente, la peor parte se la lleva un irritante David Tennant poseído por el espíritu del peor Nicolas Cage. En ningún momento te crees a este tremendamente abofeteable Peter Vincent. Encima le han metido con calzador un pasado trágico con vampiro de por medio… Imperdonable fallo de guionista, director y de casting. La performance de Tennant no ayuda en nada a salvar de la quema a su personaje. ¡Ah! Chris Sarandon tiene una pequeña (e insulsa) aparición especial.

«¿Lo hueles? Es tu miedo» (Jerry)

En resumidas cuentas. 
Termino esta crítica de Noche de miedo (Fright Night), sin ser una cinta a recordar consigue cumplir con su cometido, sobre todo, por lo acertado de su villano: un magnífico Colin Farrell, al que se le notaba con ganas de resucitar su carrera. Sin duda, Farrell es quién se lleva la palma en este innecesario pero, al fin y al cabo, entretenido remake. Si la ven sin pretensiones creo que les gustará, pero si son fans del original seguramente terminen bastante mosqueados con su visionado. Avisados quedan.

Tráiler de Noche de miedo (Fright Night)

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