Juego de patriotas
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Después del éxito de ‘La caza del Octubre Rojo’ (John McTiernan, 1990), Paramount quiso repetir con el Jack Ryan de Tom Clancy. Para esta secuela, tanto literaria como cinematográfica, adaptaron la trama sobre el terrorismo del IRA. Aquí nos encontramos con un adversario que está dispuesto a todo para acabar con Jack Ryan en su personal ‘Juego de patriotas’.

“Estarás jodidamente orgulloso, ¿A qué si? Has metido las narices donde no debías y has matado a mi hermano” (Sean Miller)

Crítica de Juego de patriotas

El éxito cosechado por John McTiernan en 1990 con ‘La caza del Octubre Rojo’ puso nuevamente la obra de Tom Clancy como objetivo de la Paramount Pictures. En concreto, todo el material relacionado con Jack Ryan. En esta ocasión fueron directos a adaptar la segunda novela del personaje, ‘Juego de patriotas’. Por aquel entonces, parte de la misma tenía bastante relación con los sucesos del brutal terrorismo del IRA. Esta temática tenía más sentido y actualidad que volver a resucitar a los rusos como villanos de la trama, sobre todo cuando la Unión Soviética se estaba acabando.

Las negociaciones para traer de regreso a Alec Baldwin no fructificaron. Tampoco McTiernan volvería para repetir detrás de las cámaras. Así las cosas, los ejecutivos de la major empezaron la búsqueda de unos sustitutos a la altura. Como director se terminó fichando a Phillip Noyce, un realizador australiano con experiencia en el thriller. Previamente había dirigido las muy reivindicables ‘Calma total’ (1989) y ‘Furia ciega’ (1989). Estas cintas le habían valido para ser considerado como un artesano bastante competente y con experiencia para acometer el proyecto. Por su parte, y para interpretar a Jack Ryan, se consiguió a Harrison Ford. El popular actor firmó para tres películas que, finalmente, se quedaron en dos.

En el guión tenemos algunos cambios con respecto a determinados detalles de la novela original. Por ejemplo, Tom Clancy ponía como objetivo del atentado al Príncipe Carlos (inspirándose en un suceso verídico, en el que se intentó secuestrar a un miembro de la familia real, pero fue interrumpido por varios viandantes). El hijo de Isabel II terminó siendo sustituido en la película por un miembro ficticio, Lord Holmes. Además, el clímax de la novela fue cambiado por uno más hollywoodiense. Este último cambio molestó a Clancy, que incluso llegó a decir que rompería lazos con la productora. Finalmente, y tras ser invitado a un pase privado, el autor quedó satisfecho con el resultado.

Hablar de ‘Juego de patriotas’ no es tan complicado dentro de lo que es el film. Aquí estamos ante un thriller de suma eficacia filmado con notable pulso por un artesano como Phillip Noyce. Por supuesto está el carisma de Harrison Ford como protagonista absoluto. Y otro tanto es el villano, Sean Miller, encarnado por Sean Bean. El actor inglés nos entrega a un despiadado terrorista que ve como Ryan frustra sus planes y encima termina dando matarile a su hermano. Todo esto en la secuencia inicial que ya nos mete de lleno en lo que será la trama del film: las ansias de venganza de Miller.

Expuesto lo anterior, la película cumple sobradamente como thriller de acción con algunas secuencias que muestran a Ryan como el anti-James Bond. Jack Ryan no es un combatiente experto. Sí que sabe manejar armas, pero no tiene gadgets ni coches potentes. Ryan no es más que un “simple” analista que, por estar en el sitio equivocado y en el momento más inoportuno, se convierte en objetivo de una célula terrorista…

‘Juego de patriotas’ es radicalmente distinta a ‘La caza del Octubre Rojo’ en todos los sentidos. En aquella primaba la tensión y la claustrofobia al desarrollarse en un submarino. En esta secuela prima la acción con algunas dosis de suspense (por ejemplo, el doble atentado que sufren Jack y su esposa). La música de James Horner también ayuda lo suyo para terminar de rematar la propuesta. Resaltar que Noyce volvió a llamar a Horner, con sus gaitas y shakuhachis generadoras de tensión y suspense, para ‘Peligro inminente’. En general este film es un claro ejemplo de hacer bien las cosas. Algo parecido pasaría en la citada secuela también dirigida por Phillip Noyce, pero el material de ‘Juego de patriotas’ es más interesante,

Evidentemente, parte de lo más importante del film es el manejo de las escenas de acción y suspense por parte de Noyce. En este aspecto poco tiene que envidiar a McTiernan. Las set-pieces están filmadas con muy buen pulso y con un montaje bien ideado. Para el recuerdo queda el clímax en la casa de Ryan, con una culminante persecución de lanchas muy de la época (¡ojo! este fue uno de los puntos que no convenció originalmente a Clancy porque cambiaba su final). Sin embargo, sí que es cierto que ‘Juego de patriotas’ tiene una “lacra”. Después del impactante inicio, el film tiene cierto bajón narrativo al intercalar algunos elementos secundarios con la trama principal. Personalmente, entiendo que no era tan necesario recordar al espectador, de manera constante, que la célula terrorista no tenía vínculos con la parte política del IRA.

En el reparto la gran estrella es Harrison Ford. Gracias a su carisma innato, logra meterse al cien por cien en el rol previamente interpretado por Alec Baldwin y darle un peso potente en la cinta. Aun siendo una secuela, no hay una sensación de “despojamiento” del personaje. Además creo que es el film en el que tenemos al Jack Ryan más humano de todas las películas. Hay que tener en cuenta que el villano va a por todas… y eso incluye también a la familia del “analista”. En consecuencia, Jack Ryan también se ve obligado a volver a la CIA para poder localizar al comando del IRA que lo quiere muerto. Junto a Ford, y completando a su familia, tenemos a Anne Archer como Kathy (la esposa de Ryan) y a una jovencísima Thora Birch (la hija).

El que sí regresa del film anterior es James Earl Jones como su superior, Greer. Como mentor, y amigo, apoyará al máximo a Ryan. Atención con un jovencísimo Samuel L. Jackson en su rol de Robby Jackson, un duro comandante de la Marina. Por otro lado, el papel del malo de la función ya comenté que va para Sean Bean. Como curiosidad, dos años después interpretaría a otro villano de otro espía famoso de la Literatura. Bean se entrega a saco en un rol tremendamente bien perpetrado y, quizás, el único maloso de toda la franquicia cinematográfica que se ofusca directamente con el héroe del relato. Esto otorga al film una personalidad y elementos bastante únicos. Por último hay que destacar la enorme aportación del veteranísimo actor británico Richard Harris como el presidente del brazo político del Sinn Féin.

En conclusión.
Concluyo esta crítica de Juego de patriotas, un más que loable film de un Phillip Noyce entregado a la causa tanto como Harrison Ford. Gracias a la presencia de Ford no echamos de menos a Alec Baldwin y encima sabe dotar a Jack Ryan de una mayor humanidad. Y como todo héroe necesita un buen villano… ahí tenemos al vengativo maloso de un brillante Sean Bean. En definitiva, de las mejores adaptaciones del personaje creado por Tom Clancy.

Tráiler de Juego de patriotas

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