Joe Kidd
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“Señoría, tengo tres cargos contra Joe Kidd: resistencia a la autoridad, alteración del orden público y caza en vedado. Un testigo le vio sacar un gamo de la reserva de Jicarilla. Le advertí que no lo hiciera, pero él no me hizo caso. Cuando le dije que tendría que comparecer ante un juez me dijo que el se pitorreaba del juez y del juzgado”. Clint Eastwood es ‘Joe Kidd’.

“Lamar, tenga la seguridad de que le partiría el cuello antes de que moviera un dedo” (Joe Kidd)

Crítica de Joe Kidd

A pesar de ser ambos dos iconos del western, John Sturges y Clint Eastwood solo colaboraron juntos en una ocasión. Y fue en el film que hoy nos ocupa, ‘Joe Kidd’, una adaptación de una novela de Elmore Leonard producida por Universal y por el propio Eastwood bajo su compañía, Malpaso. La película se estrenó en cines norteamericanos el 19 de julio de 1972. Tal y como vemos estamos ante un film que cumple ¡50 años!

No fue esta la gran muestra del género que uno podía esperar. Al menos viendo los elementos puestos en ella. No obstante, sí que es un más que decente film del oeste. Eastwood nos entrega un gran personaje totalmente antiheroico y deudor de sus apariciones en el Spaghetti western. Su “pistolero” va actuando en el film según le conviene… También es cierto que ‘Joe Kidd’ se eleva por encima del producto genérico de su época. Esto lo consigue además de por su protagonista… por su impresionante fotografía en territorios reales de Arizona, la presencia de un bien elegido grupo de indeseables (que irán retando al personaje de Eastwood durante el metraje) y el villano cliché a cargo del siempre excelente Robert Duvall.

Al parecer, y durante el rodaje, Sturges ya afrontaba su clara cuesta abajo y se presentó en varias ocasiones en el set totalmente borracho. Esto acabó por provocar la total desaprobación de Eastwood. El actor decidió entonces dirigir él mismo las secuencias que protagonizaba. Verdad total, o a medias, si miramos la filmografía de Clint, y tras ‘Joe Kidd’, no volvería a ser dirigido en ningún western más por nadie que no fuera él mismo.

El guión fue escrito por el propio novelista Elmore Leonard, quien detalló fielmente las armas que usaban todos los personajes. El guionista también presentó importantes ecos de otros westerns escritos por su pluma como: ‘El tren de las 3:10’ (Delmer Daves, 1957) o la figura del antihéroe mestizo de ‘Un hombre’ (Martin Ritt, 1967). Entre medias de ambas se puede encontrar ‘Joe Kidd’. Si bien, el esbozo de la figura que entrega de Luis Chama queda totalmente diluida. Más aún cuando, al final, este abandona el relato sin dejar apenas pozo y totalmente tapado por el grupo de asesinos de Harlan y la figura reacia de Kidd. Este último, no en vano, da título al film. A fin de cuentas es el personaje de Clint Eastwood.

Resaltar que la música, ciertamente inquietante en varias de sus tramas, estuvo a cargo de Lalo Schifrin. Y la fotografía, en su mayoría en campo abierto de Arizona y sus montañas, la firmo Bruce Surtees, un asiduo de la filmografía de Eastwood y un auténtico maestro en dicha labor.

Acerca de Luis Chama decir que es John Saxon quien encara dicho personaje. Chama bien podría ser el reverso amable del sádico Chuy Medina de ‘Sierra prohibida’ (Sidney J. Furie 1966). Saxon fue uno de los actores no mexicanos que más hizo por interpretarlos fuertemente en cines. Lastimosamente aquí su personaje no pasa de ser un intento muy blando de revolucionario…

Por el contrario, en el reparto sí que brilla el implacable Frank Harlan a cargo del anteriormente citado Robert Duvall. También destacan sus esbirros con especial mención a un par de ellos. El primero es el asesino en la distancia al que interpreta James Wainwright (Mingo). Y el segundo el tremendo bocazas llamado Lamarr encarnado por Don Stroud. También es justo reconocer al pistolero traductor Roy al que da vida Paul Koslo. De todos ellos, el mejor es Lamarr/Stroud que no deja de retar a Kidd con cada vez peores consecuencias para su propia integridad física.

En cuanto a Clint Eastwood, estamos ante la siguiente película que decidió protagonizar después del descomunal hit que supusoHarry el sucio (Don Siegel, 1971). Su personaje puede ser perfectamente intercambiable de otros suyos en western posteriores y mejores. Así pues, creo que puedo decir que Joe Kidd fue una especie de banco de pruebas para Clint en busca de perfilar su rol de pistolero con la conciencia justa.

“No tengo tiempo para juicios. Mandaré directamente al infierno a todo aquel que no colabore conmigo” (Harlan)

En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de Joe Kidd, como se suele decir de ella, no es un gran western… pero sí una más que decente pieza de género. Además tenemos a Clint Eastwood entregando un personaje por el que ya vale la pena visionar la cinta.

Tráiler de Joe Kidd

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