Desde Rusia con amor
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“El simple hecho de que sea tan claramente una trampa asegura el éxito de la misión. Para la mentalidad británica una trampa se afronta siempre como un desafío. En cualquier caso, no pueden dejar que se les pase la menor posibilidad de hacerse con el descifrador Lektor… habrá ocasión de vengar personalmente la muerte de nuestro colaborador, el Dr. No, porque es casi seguro que el hombre que los ingleses emplearán en una misión de esta clase será su agente James Bond”. Prepárate Bond, tu lapida ya tiene epitafio: ‘Desde Rusia con amor’.

“¿Tiene un fósforo?” (Bond)

Crítica de Desde Rusia con amor

Un año después del estreno de la primera aventura del agente 007, llegó la película que elevó al personaje a la categoría de mito: ‘Desde Rusia con amor’. Esta segunda entrega de la saga terminó por asfaltar el camino empezado porDr. No (Terence Young, 1962). Y lo hizo sentando por siempre las bases de todas las aventuras Bond que le siguieron. Así hasta el punto de ser, sin duda ninguna, la más parodiada de todas las entregas de la saga, especialmente por parte de Mike Myers. Este último creó su versión en clave de comedia chorra con ‘Austin Powers: Misterioso agente internacional’ (Jay Roach, 1997). Algo que hizo a partir de todos los clichés vistos en ‘Desde Rusia con amor’.

La dirección fue de nuevo a parar a las manos de Terence Young. Y la película se rodó en localizaciones en Turquía, Escocia, Venecia y, por supuesto, los estudios Pinewood. La filmación se llevó a cabo oficialmente desde el 1 de abril de 1963 hasta el 23 de agosto de ese mismo año. Y, aunque parezca mentira, contó con solo el doble de presupuesto de la original. Pero, visto el film, lucen muchísimo más. Por lo menos cinco veces más, sobre todo teniendo en cuenta el nivel de espectacularidad del film. Por no hablar ya del tono de aventura y acción en cualquier medio… ya fuera por mar, tierra o aire.

Al principio hice mención a lo mitificada, parodiada y revisitada que está ‘Desde Rusia con amor’. Y eso, claramente, juega en parte a su favor (es un film que roza la perfección como aventura de Bond) pero también en su contra (si uno está familiarizado con las parodias es altamente difícil tomarse en serio de nuevo al film). Y es que la cantidad de personajes y secuencias inolvidables es antológica… Nadie puede negar que esta producción hace buena la regla de toda secuela que se precie: el más y mejor. Más grande, más acción, más legendaria, más momentos Bond´s y la entrada de los gadgets con la primera aparición de Desmond Llewelyn del departamento del Mi6, Q. Sin duda, estamos ante el ejemplo perfecto de película Bond.

En cuanto al elenco sobresale Pedro Armendáriz como Kerim Bey. El actor mexicano borda su rol con un carisma y un toque señorial absolutamente insuperables. Ojo a una de sus líneas de diálogo más genial: “Todos mis empleados claves son hijos míos. La sangre es la mejor garantía en este negocio”. Por desgracia, Armendáriz murió al poco del rodaje. No llegó siquiera a ver el estreno de la película en USA ni la repercusión de su papel. Lo cierto es que la química entre Armendáriz y Sean Connery (repitiendo como Bond) es una de las grandes bazas del film. Juntos forman un equipo realmente estupendo con una dinámica inigualable.

No menos legendaria fue la letal, y casi en su totalidad silenciosa, aparición de Robert Shaw (Grant/Nash). Encarna al asesino entrenado por SPECTRA para acabar con James Bond. Ojo al prologo que abre la cinta, puesto que, en su momento, fue todo un shock. Shaw se presenta como un rubio oxigenado y un importante trabajo físico. Personificó como pocos el rol de amenaza física definitiva. Para la historia queda su escaramuza con Bond en el tren camino a Zagreb.

En el apartado de SPECTRA veremos algunos de sus esbirros más emblemáticos. Este sería el caso de la fugada coronel Cleeb interpretada por Lotte Lenya. También está Vladek Sheybal como el pérfido jugador de ajedrez Kronstreen. Y no me olvido de Anthony Dawson encarnando al enigmático Blofeld. A este último no lo veremos. Lo único que podremos será escuchar su voz mientras se mece en su sillón gato blanco en mano, con sus guantes y su anillo con el octópodo… Inolvidables apariciones para los tres, yendo sus personajes directos a la galería de imprescindibles del universo Bond.

Jugando a dos bandos, y apunto de caer rendida a los brazos de James Bond, hallaremos a Daniela Bianchi (Tatiana Romanova). La actriz, gracias a su belleza, saca adelante su papel. Pero cuando se le exige actuar deja claro que los motivos de su elección fueron puramente físicos. Incluso, llegado el momento, su personaje se hace cansino perfilándose como una niña caprichosa incapaz de darse cuenta del peligro que corre.

“Vino tinto con el pescado, eso debió hacerme sospechar” (James Bond)

En resumidas cuentas.
Acabo esta crítica de Desde Rusia con amor, una imprescindible de la saga. Un film emblema de todo lo que debe ser una película de James Bond. Aliados, enemigos, traidores, dobles juegos, conspiraciones, acción, aventura y exotismo. Sin duda, la licenciatura definitiva para Sean Connery como James Bond y un rival para la historia encarnado por una leyenda del nivel de Robert Shaw.

Tráiler de Desde Rusia con amor

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