Cry-Baby (El lágrima)
En 1954, siendo Eisenhower presidente de los EE.UU., lo que se llevaba era ser un chico malo y Wade Walker, o más conocido como “el Lágrima”, sabía bien como serlo: una buena pandilla, un par de chupas de cuero, un poco de rock y algo de indecencia son los aspectos clave de los “Drapes”. Pero parece que a Wade le gusta ir más allá y acaba fijándose en Allison, una joven repipi de los “Square”, el grupo de los adinerados y pijos de la ciudad. Ella también se siente atraída por él y por su ambiente obsceno lleno de delincuencia, algo que no le gustará para nada a su querida abuela. (Cineycine).
“Por desgracia, hay delincuentes juveniles por todas partes, incluso aquí, en nuestra comunidad. Chicos con el pelo largo que llevan tatuajes y que suelen escupir en la vía pública. Chicas con pantalones indecentemente ceñidos, solo de verlas me entra una gran vergüenza. Si alguna vez una de esas criaturas se os acerca cuando vayáis por la calle, os recomiendo que repitáis en silencio las cuatro normas que han hecho célebres las enseñanzas de esta academia: Belleza, inteligencia, educación y caridad”. Johnny Depp es ‘Cry-Baby (El Lágrima)’.
“Estoy hasta la cola de ser una niña buena” (Alison)
Crítica de Cry-Baby (El lágrima)
El arranque de esta película es bastante cutre con una escena en la que se les pone a todos los alumnos del instituto la vacuna contra la Polio. Ya solo ver la calidad de las jeringas sabemos que la cinta no pretende aspirar a premios. ‘Cry-Baby (El Lágrima)’ tan sólo quiere hacernos reír y ridiculizar la fama que tuvo ese género del musical de Instituto. Un tipo de films de jóvenes adolescentes romanticones que sólo querían vivir la vida sin importar lo demás. Estas películas tuvieron mucho eco a finales de los años 70 y durante toda la década de los 80. Y claro, un icono de los ochenta y de la comedia ácida como John Waters no podía dejar pasar la oportunidad de hacer su propia versión.
Waters pudo hacer realidad ‘Cry-Baby’ gracias al éxito de ‘Hairspray, fiebre de los 60’ (1988). Las miras de Waters se situaron en redactar una historia que fuera un paradigma ochentero y, a la vez, un compendio del personaje de la vestimenta y modales de Marlon Brando en ‘Salvaje’ (Laslo Benedek, 1953), el tono de disconformidad con la sociedad de ‘Rebelde sin causa’ (Nicholas Ray, 1955) y los ambientes festivos de instituto de ‘Grease’ (Randal Kleiser, 1978).
Después de filmar ‘Hairspray’, con solo dos millones de dólares de presupuesto, Waters dispuso aquí de unos importantes 12 millones. Este dinero se nota en el vestuario, ambientación y atrezzo que se ven bastante logrados. Puedes sentir en todo momento que estás en los míticos años 50 y que el rock influye de pleno. Supongo que considerarían que debía ser un aspecto fundamental en la película. Está claro que John Waters pretendía crear una parodia y por eso hace un constante uso de lo grotesco y el exceso en sus imágenes.
Otro aspecto importante es la música. ¡Siendo un musical debe serlo! Si investigamos un poco veremos que las canciones fueron interpretadas bien por grupos musicales o bien por cantantes individuales. Por ejemplo, a pesar de que Johnny Depp ya cantaba y sabía tocar la guitarra, sus canciones son interpretadas por el actor y cantante James Intveld. En el caso del resto del reparto pasa igual, son otros los que ponen voz a la música de la película, supervisada por Patrick Williams.
La plena intención tópica y llena de un humor absurdo de ‘Cry-Baby’ la encaja de lleno en el cine de los años ochenta. Solo hace falta ver el primer encuentro entre los enamorados de la cinta. Me refiero a una suerte de Romeo & Julieta en versión rockera que se ven mientras les inyectan la vacuna. Ellos son Wade (Johnny Depp) y Allison (Amy Locane). Él le dedica a ella su primera lágrima para que quede constancia que está por ella y ella se quedará ya pillada por él.
Posteriormente, al salir del Instituto, se acercan al grupo de los “Drapes”, donde el Lágrima le presentará a toda su pandilla. Aquí tenemos a su embarazadísima hermana Pepper (Ricki Lake), Milton (Darren E. Burrows) y su espantosa novia Picadillo (Kim McGuire en un personaje que es un gag recurrente en todo el film por su extrema fealdad y mal carácter) y la despampanante Wanda (Traci Lords). Un grupo de lo más llamativo, sin duda. Como es lógico, esta pandilla no le gustará mucho a la abuela de Alison, la señora Vernon-Williams (Polly Bergen), amante de la etiqueta y la compostura, del buen hacer y los buenos modales. Pero Allison quiere cambiar de bando y está harta de ser una niña buena.
Los factores comentados convierten a ‘Cry-Baby’ en una película bastante subida de tono. Incluso me atrevería a decir que tiene momentos bastante incómodos, al menos hoy en día no se atreverían a rodarlos. A pesar de esto, resulta entretenida y se hace bastante amena, sobre todo gracias a la pandilla de los Drapes. Una banda encabezada por un principiante Johnny Depp que logra captar la atención y uno rápidamente puede intuir todo su potencial futuro, a pesar de que tan sólo se trataba de su primera película como protagonista. Ese mismo año su carrera se lanzaría directa al éxito gracias a ‘Eduardo ManosTijeras’ (Tim Burton, 1990), estrenada en diciembre.
Además de un guión muy bien planteado en su tono de sátira, el toque de humor lo aporta en su totalidad lo bien elegido del resto de la pandilla y actores en general. Amy Locane podríamos decir que quiere sobresalir haciendo su papel de rebelde. Sin embargo, se queda bastante por debajo del resto, llegando incluso a pasar desapercibida. Por su parte, la anticuada Señora Vernon-Williams le da un toque a su grupo de “siesos” e intelectuales, interpretada por la conocida televisivamente Polly Bergen. Como curiosidades del reparto llaman la atención los papeles del cantante y ocasionalmente actor Iggy Pop como el Tío Belvedere y el cameo de Willem Dafoe como un guardia de la cárcel.
Ahora bien, y no obstante todo lo anterior, no conviene engañarse. Me explico: si la película aún despierta curiosidad actualmente es por Johnny Depp, sin duda el mejor de la propuesta. Los 90 serían su primera década de gloria, llegando a labrarse gran parte de la fama que posee hoy en día.
“Soy el delincuente juvenil más feliz de todo Baltimore” (Lágrima)
En conclusión.
Termino esta crítica de Cry-Baby (El lágrima), una película que sirve para entretenernos un rato si nos gustan los musicales y, sobre todo, las parodias. Si eres de este género te resultará interesante añadirla a “tu lista”. Eso sí, no podemos esperar grandes diálogos ni grandes actuaciones. A excepción de Johnny y de Polly Bergen, el resto del elenco, aunque nos hagan reír, están muy por debajo.
Tráiler de Cry-Baby (El lágrima)
Escucha nuestro podcast