Tiburón 3D: La presa
Comparte con tus amigos










Enviar

David R. Ellis, director de la “solicitada” película ‘Serpientes en el avión’ (2006), abandona a esos peligrosos reptiles y nos trae una nueva “mascota” para que nos haga compañía. Esta vez tendremos que poner un acuario en nuestros salones para hacerle sitio a… ‘Tiburón 3D: La presa’.

“Pase lo que pase… no entréis en el agua” (Nick)

Crítica de Tiburón 3D: La presa

Esta película no pasa el corte, así de claro. Y no lo pasa porque no hay por dónde cogerla. Parece que ni su propio director ni los guionistas se la tomaron en serio. De hecho, es tan mala que hasta te ríes con ella, y de ella, de lo mediocre que resulta. A su lado Piraña 3D (Alexandre Aja 2010) es Dios.

El film está repleto de tópicos y personajes estereotipados al máximo. Personajes con unos coeficientes intelectuales en números rojo, a saber: cuadrilla de universitarios/as formada por “el atleta”, “el consejero”, “el follador”, “la folladora”,… Todos ellos, y ellas, forman un grupito que sólo piensan en atiborrarse a Red Bulls y en comerse alguna rosquilla. Al club hay que sumar el grupo de paletos locales cafres y racistas, y la típica chica y el típico chico sensibles que, irremediablemente, se atraen pero que no se atreven a expresar sus sentimientos.

Lo único que falta en este film es la consabida exhibición de tetas y culos. En esta ocasión el público masculino se ve privado de algún desnudo femenino. Esta vez nos tendremos que contentar con la simple exhibición de los bikinis de las protagonistas. Por su parte, las espectadoras cuentan con mejor suerte. Ellas disfrutarán viendo los torsos de gimnasio de algunos de los protagonistas masculinos. No nos engañemos, si para algo sirven también este tipo de películas es para exhibir carnaza en pantalla, pero ni siquiera en esto cumple ‘Tiburón 3D: La presa’.

Y si los personajes y las situaciones son típicos y tópicos… del guión mejor ni hablamos. Es un guión que produce vergüenza ajena y que podía haber sido escrito por cualquier best boy en un momento de “iluminación máxima”… mientras preparaba el café para el jefe de turno. Resulta tan ridículo, y cien mil veces escuchado en otras miles de cintas, que terminas por reírte de todo lo que dicen los personajes. Si el guión de cualquier film que se precie convierte las situaciones, «supuestamente», dramáticas en un cachondeo pues ya creo que está todo dicho.

Respecto al tiburón y a sus “parientes” sólo se nos mostrarán en pantalla en contadas ocasiones. Y cuando lo hagan, y salvo excepciones (los primeros planos en la jaula en la que el tiburón es un precioso y preciso animatrónico), “cantarán ópera a ordenador”. Sin duda, otra chapuza más que sumar a este delirio. Tampoco esperéis grandes ataques visuales de los escualos al estilo de la ya citada ‘Piraña 3D’. Aquí no hay grandísimas secuencias de “gore” y, salvo algún que otro brazo amputado, lo máximo que veremos serán las sacudidas de los protagonistas al ser atacados por el tiburón y la sangre que sale a la superficie, nada más.

Como dato adicional apuntar que para dar vida al tiburón animatrónico fueron necesarias nueve personas. Varios submarinistas posicionaban al tiburón antes de cada toma, lo monitorizaban durante las escenas y lo sacaban cuando terminaban. En tierra firme había un equipo de operadores usando teclados y joysticks para animarlo. “El uso de joysticks lo convierte en una especie de actuación en vivo. Tiene su truco, porque igual tienes a dos o tres personas utilizando joysticks diferentes. Si no está coordinado, el tiburón acaba pareciendo espástico, así que se trata de crear una actuación en vivo”, declaró Walt Conti, el responsable de la creación de los animatrónicos y nominado al Oscar en la gala del 2001 por los efectos de La tormenta perfecta(Wolfgang Petersen, 2000).

De las actuaciones hay muy poco que decir. No obstante, mencionar que la protagonista principal es la actriz Sara Paxton, a la que ya la vimos pasarlas canutas en La última casa a la izquierda (2009)’. Aquí, en un alarde de genialidad e inventiva por parte de los guionistas, da vida a la protagonista también llamada ¡Sara! nótese que los «escribanos» no se rompieron la cabeza ni a la hora de ponerle a su personaje un nombre diferente al real ¡Tremendo! Sara Paxton hace lo que buenamente puede para tratar de salvarse de la quema y luce un bonito bikini azul… no creo que se pueda decir nada más. Del resto mejor ni hablar, ¡Ah, sí! también sale enseñando el culo un tal Chris Zylka. Posteriormente sería Flash Thompson en The Amazing Spiderman(Marc Webb, 2012).

Y no se pierdan la curiosa sorpresa al final de todos los créditos con la emisión del Video-Clip del tema «Shark Cam« rapeado por los propios protagonistas de la película.

“Os invito al lago Crosby para celebrarlo” (Malik)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Tiburón 3D: La presa, una mala película que cuenta con un mal guión y malos efectos. Al final te terminas riendo de lo mala que es. No da más que para pasar unos 95 minutos pensando que el director y sus guionistas nos han tomado el pelo. Se pueden “hacer películas malas”, pero con un cierto grado de honradez e inteligencia y no tomando por tonto a todo el mundo. Como diría mi compañero Carlos G: “Es de esas malas películas que amenazan con salpicar…”.

Tráiler de Tiburón 3D: La presa

Escucha nuestro podcast